Maika Makovski, «poción mortífera de pasión» en Tenerife, 24 nov 2011

Maika Makovski en Tenerife
Maika Makovski en Tenerife
Maika Makovski durante su actuación en el Teatro Leal, La Laguna, Tenerife.
Maika Makovski durante su actuación en el Teatro Leal, La Laguna, Tenerife.

Maika Makovski (voz, piano y guitarra acústica), David Martínez (batería), Juan Carlos Luque (bajo y coro) y Oskar Benas «Benitt Ash» (guitarra eléctrica y coro), envenenaron con una sobredosis de poción mortífera de pasión, a una variada audiencia de emperatrices, amigos, vagabundos y bastardos, que terminó soñando dentro de un sueño, y despertó antes de lo previsto porque un truco diabólico dio al traste con la Gibson SG del prodigioso donostiarra Benitt Ash.

El concierto fue un viaje onírico encantadoramente rebelde en el que Maika nos llevó de la mano desde lo más hipnótico hacia un envolvente explosivo, descrito en letras y armonías sencillas con texturas musicales endiabladas.

Había muchas ganas de ver a la mallorquina y se apreciaba una gran expectación. Las ganas de agradar de Maika y sus músicos eran más que evidentes ante su primer concierto en la isla. Uno a uno fueron buscando su sitio en el escenario y arrancaron con mucha electricidad y energía, remolcándonos hacia terrenos difuminados, engendrando ambientes próximos, a veces crípticos, pero siempre envolviéndonos con delicadeza.

Ya sea por la tan exagerada crisis, o porque el material de estudio no es igual de seductor que su directo, el recital de anoche registró una buena entrada, pero no el abarrotado absoluto que merecía. No hay tiempo que perder, había muchas canciones que interpretar, y ninguna de ellas precisamente corta.

 

A las diez y cuarto subían  los músicos al escenario, elegancia, Maika aparece armada y sin dilación hacia su piano. No será su última demostración de energía, pues cada vez que cambie de instrumento y reaparezca, lo hará moviéndose con sinuosa gracia.

Sus discos, «Desaparecer», «Kraj so Kóferot» y su homónimo,  son la plantilla y universo sobre la que se basó casi todo el repertorio, con leves variaciones y presentando nuevos temas. Poco importa la canción que estén tocando, en realidad, todas comparten esa cualidad de ser como un masaje en las sienes.

Los aullidos de Maika «Poe» Makovski e instrumentos están perfectamente armonizados, estridencia y talento rayano a la excelencia, por lo que escucharlos es, no se me ocurre una palabra mejor, embriagador. Estallido de guitarras, domino de técnica vocal, angelical y cavernosa, andrógina como su madrina Patti Smith, «ladrona» de robar «roots», texturas oscuras, rock guitarrero, aires sureños, el diablo, crisol de culturas musicales, la muerte, en definitiva, todos los allí presentes encontramos la luz en estos momentos más tristes y económicamente duros.

Ver a Maika Makovski sobre las tablas en La Laguna fue como ver fluir un río, escuchar ese blues ofidio que produce la misma paz que una copla andaluza y que crudamente al interpretar sus canciones subrayaba esa idea.

Nunca permanecía quieta, «Body», «Friends», «We’re alive», «The Gate», «No Blood», «Game Od Doses», «City Life», «The Deadly Potion of Pasion», «Only innocence is capable of pure evil», «Oh M Ah», «Avoiding you» y «Lava Song» nos retorcían crudamente en el pantano lagunero, aire rasjado de energía, prodigiosa.

Después dos bises con «Dissapear» y «When The Wind Blows» (The Dirt Spreads), canción que define a la perfección lo que es Maika Makovski, ritmos de batería precisos, y líneas de bajo y guitarra sugerentes al servicio de una voz épica que rebosa verdad. El conjunto fue una travesía inédita en un clímax incesante.

La ovaciones se suceden, la maldita Gibson SG de Oskar Benas no quiere sufrir más, tienen que visitarnos de nuevo, se comprende, no hay recambio de vihuela eléctrica, glamour necesario para vivir sobre el escenario para un sonido prístino.

Me apuesto un brazo a que Maika Makovski visita de nuevo  Tenerife y Canarias, «quid pro quo» o «do ut es», te tenemos más guitarras y cuerdas de repuesto si vuelves.

Queremos seguir siendo tus espurios y granujas, (The Bastard & The Tramp).

 

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