Si hay un comentario que hemos repetido los que adoramos la música de raíces puramente americana a lo largo de nuestra existencia, es el ya clásico «vaya mierda de islas, aquí no viene ni Dios»…
Siempre hemos maldecido este bendito paraíso por traer aquellos artistas con los que nuestras particulares masas se sentían más cómodas. Admitámoslo, somos un archipiélago de parranda (que vendría a ser nuestro Folk, y a mucha honra dicho sea de paso) y de música latina, aunque en los últimos tiempos hay una creciente ola electrónica que inunda recintos.
Nosotros dejamos de maldecir de todo cuanto se movía el día en que caímos en la cuenta de que con coger un avión podías disfrutar de todo aquello que te contaban las revistas, y entrabas en un pabellón a escasas dos horas y media de aquí y te dabas cuenta de que Angus Young era de carne y hueso, que sus Satánicas Majestades hacían honor a su nombre con cada uno de sus acordes, que había gente que vibraba como tú alrededor de ti, que te habías dado cuenta de una vez por todas de que no estabas loco y que había más gente como tú, no solo tus cuatro amigos del instituto con los que habías crecido escuchando viejas cintas de cassette, o compañeros de trabajo, que quizás compartían tus inquietudes musicales, sino que te dabas cuenta de que el Rock era legión, que éramos miles, y digo «éramos» porque una vez allí TÚ eras parte de todo aquel maravilloso tinglado. We take care of our Own que diría aquél.
Ese fue el día en que dijimos que no nos rendiríamos más, y que reuniríamos dinero, para cuando llegara el día señalado tener nuestra oportunidad, había que pillar avión, hotel, la siempre difícil entrada, y luego darte un palizón… pero la recompensa era incalculable. Como diría el mismísimo Springsteen, «No Surrender» .
Para leer la crónica del concierto de Bruce Springsteen en Barcelona del 17 de mayo de 2012, clica en éste enlace.
Fotos de Carlos Pérez Báez. Concierto Bruce Springsteen en Las Palmas de Gran Canaria, 15 de mayo de 2012
No volvimos a quejarnos más, si queríamos tener sensaciones fuertes algo nos iba a costar, pero una vez descubierto el tesoro sabíamos que valía la pena pagar el precio.
Sin embargo, otros siguieron quejándose, «que si no traen a éste», «que solo traen músicos latinos», «que si ésto, que si lo de más allá»… Pues bien, el tiempo pone a cada uno en su sitio y se ha demostrado.
El Rock perdió en Canarias definitivamente el pasado martes 15 de mayo. Lo triste es que ni siquiera fue algo paulatino porque teníamos una idea de lo que podía ocurrir, sino que encima recordaremos la fecha con el estupor de lo que representa, y no es otra cosa que el auténtico sabor a fecha de defunción. Nos han puesto en nuestro sitio irremisiblemente.
Bruce Springsteen & the E Street Band tocaron en Gran Canaria. Sí señores, es cierto, damos fe de ello. Buena parte de las gradas, vacías, y los rockeros quejándose. Eso sí, en sus casas.
En ningún caso quiero que se interpreten mis palabras como una crítica hacia los que no fueron, más que nada porque no tienen la obligación de ir a ninguna parte, faltaría más. De hecho, los que fuimos no tenemos queja, los conciertos son para los que asisten no para los que no lo hacen, así que creo que es momento de sentirnos unos auténticos privilegiados.
Además, las excusas están en la voz del propio Springsteen, estamos en crisis profunda, así que la excusa perfecta está ahí para todos, menos mal que se había anunciado el concierto desde febrero que si no…
Por eso creo que el concierto fue un éxito, rotundo además, porque la Canarias rockera hizo el esfuerzo por estar presente y muchos pudieron cumplir un sueño que parecía imposible para los amantes del Rock, y no me refiero a ver a Springsteen y su legendaria banda, que son el auténtico Tótem del directo, sino poder disfrutar de cualquier espectáculo de rock en mayúsculas.
A muchos se les pudo ver en ocasiones fuera de lugar «¿damos palmas?» «¿saltamos en ésta?» «¿cantamos lo de pío pío?»… madre mía, quizás esto último fue lo peor de la noche, ya que provocó desconcierto en el mismísimo Bruce Springsteen, como anécdota está bien pero tela no le falta al asunto.
Y es que no tenemos cultura rock en estas tierras, al menos esa es mi conclusión. Si no, no se explica que momentos antes de empezar el concierto hubiera gente por fuera del recinto preguntándose si era hora de entrar o no.
Desde aquí quiero expresar mi admiración por ese ‘loco’ (con todo el respeto del mundo) que es Leopoldo Mansito. En primer lugar por el atrevimiento. Ésto es para valientes, y si hay una música que representa la valentía y el descaro, ésta no es otra que el Rock and Roll. No conozco personalmente a Leopoldo Mansito pero a buen seguro es un buen conocedor del mercado y sabía a lo que se arriesgaba con un concierto de Rock, un martes y lo más importante… en Canarias. Y aún así, lo intentó. Ésto, unido a las pocas ayudas gubernamentales que recibió, vamos a insistir en que el concierto fue un éxito. Desde estas letras, mi reconocimiento, y mi agradecimiento más sincero.
Ésto ha servido para darnos contra la pared con todos los dientes. Tal y como cantara Bruce el martes, «My City of Ruins», ésto se acabó para Canarias, aunque también se nos podría aplicar el «Death to my hometown» o «Shackle and Drawn»… su último álbum parecer definir algo más cercano a nuestra cultura musical canaria que incluso a nuestra situación social. Siento ser pesimista pero me da que vamos a tener que seguir saliendo del archipiélago para ver lo que de verdad nos hace vibrar y sentir ese cosquilleo único por el cuerpo.
Entre mis compañeros de viaje y un servidor sumamos muchos conciertos de Springsteen, pero el pasado martes nos ganó por completo con un hecho…. Una leyenda y una banda, que unidos forman el binomio perfecto que año tras año les sitúa en lo más alto de los rankings americanos por votación popular como el mejor directo de rock de todos los tiempos, se encuentra con una entrada de público como ésa y que aún así diera lo que dio es para quitarse el sombrero.
Springsteen trajo un nuevo espectáculo, muchísimo mejor y más completo que las anteriores versiones de la banda de la calle E (opinión personal), con coristas que daban un color góspel a muchas de sus canciones, con una sección completa de viento, y con una voz como no se le recuerda.
El concierto fue tremendo, absolutamente brutal, esta gira está resultando como de las mejores que se le recuerdan. Pero insisto, la profesionalidad durante cada minuto de las tres horas de reloj que duró la actuación fue lo que nos marcó, esa entrega sin reservas, el tocar todas las canciones desde la primera como si fuera la última, no ya del concierto sino de su carrera.
Y lo hizo aquí señores, ¡¡¡en Canarias!!! Como si este señor se tuviese que ganar algún público a estas alturas. Esta actitud nos permitirá en el futuro poder decir que «vivimos un concierto de Bruce Springsteen & the E Street Band» en toda su gloria. Que no es poco.
Vídeo reproductor con canciones de Bruce Springsteen & the E Street Band en Las Palmas de Gran Canaria en mayo de 2015.
Para leer la crónica del concierto de Bruce Springsteen en Barcelona del 17 de mayo de 2012, clica en éste enlace.
Por Patricio González Machín.