El pasado sábado 23 de marzo de 2013, a las 20:30, se celebró el primer aniversario del Espacio Guimerá Música (EGM). Para la ocasión se organizó un concierto que contó con la actuación de Green Rocket, Cabeza Borradora, Las Ratas, El Veneno Crew y con los efectos visuales de VKMonitor.
Llamó la atención que el espectáculo, que empezó con una puntualidad encomiable, se realizara en la sala principal del Teatro Guimerá, y no en el propio espacio objeto del aniversario. Hubo que reponerse de la presencia contundente de unas butacas que estuvieron delimitando el desarrollo del evento hasta el final, condicionando, como resultaba previsible, la interacción artistas-público.
Los primeros en actuar fueron Green Rocket, con Ventor, antiguo Species, erigido como guía y conductor del evento, una mestiza y más que original mezcla de guitarra, percusión y música electrónica: la Hybrid Music.
Pudimos disfrutar de su clase y su contundencia, que habría sido mayor si también lo hubiese sido la potencia de sonido. Estilo peculiar y polivalente; guitarras sónicas, percusiones tribales y voces ambient. Eché de menos un poco más de luz en su set del escenario.
Tras una progresiva, original (y no sé si fortuita) transición y entrada en escena, el siguiente grupo en actuar fue Cabeza Borradora con Ruymán García (guitarras), Felu (bajo), Damián Padrón (batería), Jomi (teclados, programación) y Carlos Robles (voz). Fieles a su estilo, rotundo a veces y sutil otras, rememorando a Stone Roses o Happy Mondays en ocasiones, y con un casi insolente divismo del vocalista. Una actuación completa y apropiada en la que la base rítmica, secuencias, bajo y batería, fueron a mi modo de entender lo más destacable.
Lamentaron no poder disponer de cerveza en el escenario, normas del teatro. Muchos de nosotros lo agradecimos. Una dedicación particular e íntima de la última canción quizás no pasó desapercibida (desde aquí un abrazo).
A partir de este instante el evento se vistió de largo y se hizo mayor por un momento. Aparecieron en escena Las Ratas. En su línea habitual, duros, precisos, potentes, reivindicativos, «africanos» y mejor conjuntados que nunca; la guitarra y el bajo precisos, la batería fuerte y potente, las voces nítidas y durísimas y las letras muy reivindicativas. Más allá del demandado por el público desnudo del carismático e irrepetible Chowi, que tuvo lugar, sí, la actuación fue impecable. Algunos la catalogaron como la mejor que le habían visto al grupo. Quizás lo sobrecogedor del Teatro Guimerá hizo aflorar lo mejor de todos los participantes en el evento. De Las Ratas también.
Por fin pareció que las localidades desaparecían y la cubierta del foso del escenario se tambaleó como un columpio por los saltos de los incondicionales que, como un servidor, se negaron a encerrarse en una butaca. Un clamor, que alcanzó su momento más intenso en la última canción, que consiguió levantar a toda la audiencia de sus asientos.
Tras unos minutos de descanso guiados nuevamente por Green Rocket pudimos ver en el escenario a la multitudinaria formación El Veneno Crew. Originalísimo grupo por el número de miembros que lo componen, muy comprometidos con su actividad y contundentes en el resultado… A primera vista me parecieron un poco simples y de temática recurrente. Me equivoqué. Este grupazo de rap con, por lo menos – no pude contarlos – once miembros, demostraron que no en balde llevan trabajando desde 2003. Y eso se notó en la coordinación, en la claridad de las voces, en las rimas y, si me lo permiten, hasta en la coreografía. Muy bien.
Todo el evento contó con los efectos visuales de VKMonitor, que estuvieron a la altura de la ocasión, aportando el complemento necesario en los momentos de más intensidad, en su justa medida y sin apoderarse del escenario. En este punto reseñar que, en alguna ocasión, el equipamieto de iluminación de la escena me pareció insuficiente y demasiado cenital.
Por último quisiera destacar la labor del personal del teatro, de tanta calidad como siempre, la del equipo técnico y la de la organización, atentos y receptivos en todo momento. En definitiva, un buen espectáculo, una buena muestra de la producción musical canaria comprometida, con ideales, con identidad y de mucha calidad.
Un insuperable plan para la tarde-noche del sábado.
Texto: Jesús Villa
Fotos: Juan Carlos Pestano y Jesús Villa