Eldorado volvió a Canarias el pasado día 29 de noviembre, casi un año después de su última visita a Gran Canaria, dando un concierto en la Sala 3×1 Live (antiguo Infinity) organizado por Salan Producciones.
Y volvió con su reciente mención bajo el brazo, recibida por su último trabajo «Paranormal Radio» como mejor disco de Hard Rock, obtenido en los premios independientes de la música en España. Una reseña más de la muchas que han obtenido allá por donde han pasado (Mejor disco y mejor canción –La Casa de las 7 Chimeneas- para IMA, Independient Music Awards. Mejor canción internacional en los premios australianos Musicoz. The International Songwriting Competition (ISC) seleccionó entre 15.000 canciones “Atlantico” entre las finalistas a la mejor composición de rock)
Según cuentan ellos ha sido un año excepcional, en el que han girado por toda España y gran parte de Europa (Alemania, Francia, Reino Unido, Suiza, Bélgica y Holanda) dejando a sus espaldas más de 60 conciertos.
Eldorado: (Lista de Reproducción, concierto en la sala 3×1 Live, Las Palmas de Gran Canaria, 29/11/2013)
El 3×1 Live, presentó menos de media entrada, una lástima teniendo en cuenta quienes tocaban esa noche. La sala es difícil y de sonido complejo, y que ha albergado a lo largo de su historia, a/de casi todo. Desde ser templo latino del «Reguetón«, a punto de encuentro de bandas rock, pasando por pista de baile para que almas solitarias danzaran al ritmo del sonido disco.
Una hora antes de comenzar el concierto la banda se encontraba en medio de la sala recibiendo y saludando a amigos y aficionados. Eldorado tomó el escenario con un set directo, vibrante y visceral, dando una verdadera lección de como manejar el tiempo a su antojo, estirando los temas de forma suave y sedosa en muchos casos, logrando ese ambiente místico rocanrolero. El sonido fue mejorando a medida que desgranaban el Set-List preparado para esa noche y todo marchaba ya sobre ruedas cuando llegó la hora de interpretar el cover de «Helter Skelter» de The Beatles. Jesús Trujillo espléndido con el micrófono en mano, con una voz que llenaba la sala y Cesar y Andrés sólidos a cargo de la base rítmica y las melodías. Eldorado nos dio a todos lo que queríamos, se nota que están en un estado de forma envidiable, dulce infierno.
Es simplemente milagroso presenciar como una banda puede transformar una sala en un lugar oscuro y peligroso, casi maligno, gracias a esas guitarras y voz moduladas que inyectan alma.
Y esa noche, además, contaba con una novedad, la de ver a Eldorado junto a su nuevo baterista, Christian Giardino, hijo de Walter Giardino, guitarrista de «Rata Blanca» la popular banda de metal Argentina, surgida en Buenos Aires allá por los ’90.
Christian volaba sobre su silla planeando sobre los Tom-toms y los platillos de la batería para golpearlos con violencia, parecía que tuviera las plantas de los pies adheridas a los pedales y esto le impedía salir despedido sobre el público. Tremendo el argentino, afincado en España desde hace muchos años, toda una muestra de actitud y entrega. Y así desde el principio al fin.
