JORGE PARDO, CARLES BENAVENT y JOSEMI CARMONA pasaron una vez más por el escenario de la Sala Clamores durante dos noches consecutivas.
En un principio estaba anunciado TINO DI GERALDO a la percusión, que no actuó por motivos que desconocemos, su lugar lo ocupó el guitarrista Josemi Carmona (Ketama, La Barberia del Sur….), que supo dar un aire más flamenco a las composiciones.
El trío precursor del flamenco jazz, en esta ocasión sin percusión, supo afrontar un concierto fundamentado en las bases flamencas y con un apoyo jazzístico que deja lugar a la mera improvisación.
Comenzó Jorge Pardo con su flauta travesera interpretando un tema propio, dando lugar a que Carles y Josemi se acomodaran y se unieran con sus instrumentos a compartir el escenario, atentas y cómplices miradas entre los tres intérpretes percibían los cambios que pudieran acontecer. Poco tardaron en dejar solo al sr. Benavent con su bajo de cinco cuerdas y pusieran sus manos ese aire flamenco que tan complicado es ejecutarlo con este instrumento y que de muy buena manera sabe llevarlo a cabo, todo un maestro.
Temas largos cargados de complejidad, naturalidad, espontaneidad y dinamismo sepultaban una primera parte con unas bulerías , los tres músicos tuvieron su espacio para mostrar su destreza, apoyarse el uno en el otro y llegar a un público vigilante en todos sus movimientos.
Tras el largo descanso apareció en solitario Josemi Carmona interpretando una exquisita melodía que ratificaba su elevado nivel artístico, de sobra para acompañar a estos músicos inquietos, llenos de creatividad y capaces de hacer de la música un estilo de vida. Jorge y Carles tomaron sus respectivos puestos para unirse al tema de Josemi, tal reunión confluyó en unos tangos en el que, nuevamente, la improvisación se apoderó de los músicos.
Continuaron con alegrías y unas bulerías como punto y final de la velada, el público en pie agradeció la prominente concentración de los tres artistas que volvieron a satisfacer a sus fieles y nuevos seguidores un viaje musical que marcó, una vez más, los cimientos sobre lo que descansan los sonidos del nuevo flamenco.