SHOOTER JENNINGS se dejaba ver por primera vez en los escenarios españoles de Barcelona, Zaragoza, Madrid y Bilbao. La presentación de su último trabajo «The Other Live» en Madrid le correspondía la noche del 7 de Marzo en la sala Copérnico. Aunque en las inmediaciones de la sala los bares aledaños no respiraban ese típico ambiente pre-concierto, bien es cierto que la sala registró una más que aceptable entrada. A las nueve y media con todo preparado salía al escenario Shooter Jennings y su grupo.
El único hijo de dos de los iconos de la música country Waylon Jennings y Jesi Colter lleva por bandera toda la esencia mamada desde la cuna del rock americano, su impredecible puesta en escena y su característica identidad le hacen uno de esos tipos con una acentuada personalidad. Con ciertos problemas sonoros en el primer tema » A Hard Lesson to Learn» de su último trabajo, fueron subsanados con rapidez, se sucedieron un listado de canciones de sus anteriores trabajos «Some Rowdy Woman», «Gone To Carolina», «Old Friend»… para adentrarse en la presentación de su último lanzamiento, «The Low Road», «Mama, It´s Just My Medicine», «The Outsider»…. , que tocó casi en su integridad.
Shooter marca la diferencia a la hora de cantar los temas y rasguear la guitarra marcando un ritmo que ensalzan sus compañeros con el bajo , la batería y esa magnífica guitarra, vaya solos, dignos de mencionar, destacar la superioridad del guitarrista que juega un papel estelar y añade una minuciosidad y delicadeza durante todo el concierto.
El forajido del rock americano explora todas las derivaciones que abarcan los sonidos de su tierra, en general el concierto mantuvo una tónica tranquila, de corte acústico, rozando el folk, sonidos sureños.
Para electrificar en cierto modo el ambiente hubo ciertas muestras por animar el entorno, Shooter aparcó su guitarra acústica y se colgó la Gibson dejando a un lado los temas de corte country-folk y pasar a otros más rockeros aunque el concierto se mantuvo en una línea bastante tranquila y sin grandes sorpresas, con una gran calidad de sonido dejando atrás los pequeños incidentes que hubo.
En cuanto al público no hubo muestras de decepción, volcado con el grupo durante todo el concierto y envuelto por su música hizo que salieran los músicos de los camerinos para que se despidieran del público madrileño con cuatro temas. Considero que tanto público como grupo salieron satisfechos de la actuación con ganas por ambas partes de haber tocado algún tema más. Una de las futuras promesas del country rock americano pasó por Madrid protegido por la memoria de su padre.
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