Howe Gelb pasó por Valencia en el comienzo de la gira por seis ciudades en España, su actuación en La Rambleta, sitio acogedor para cierto tipo de conciertos y de una acústica casi perfecta, en cierto modo debe resultar un tanto frío para el músico, por el mero hecho en que el publico permanece sentado y esto tratándose de Gelb, el cual necesita el contacto con la audiencia para interactuar y comunicarse con ella pudiera ser un hándicap, él siempre prefiere las distancias cortas, pero en ese espacio a priori frío sale a relucir el carisma y ese escenario en principio demasiado grande él se las arregla para convertirlo en una reunión íntima en el que su gran personalidad llena cada hueco.
Con un formato de trío, acompañado al bajo del danés ThØger T. Lund y de Gabriel Sullivan de Tucson (Arizona) en la batería, guitarra y coros nos ofrecieron un concierto de esos mágicos en los que todo el mundo sale con cara de felicidad.
El concierto lo estructuraron en tres partes diferentes, la primera básicamente acústica precedió a otra en la que Gelb se sentó al piano crando un clima muy íntimo al principio pero que fue evolucionando, pasando por momentos más jazzy en los cuales siempre le gusta sacar su adoración por Thelonious Monk, claro que todo esto de una forma siempre muy alejada de lo convencional, lo convencional para este gran músico no existe, sería muy aburrido.
El repertorio que nos ofreció no se basó especialmente en la presentación de su último trabajo «The Coincidentalist», más bien fue un recorrido a todos sus álbumes sin Giant Sand, quizás también para promocionar ese box que se ha publicado de su carrera en solitario, aunque como he dicho antes no es un hombre que le guste ceñirse a un guión y ahí radica su genialidad.
Tras la parte al piano, hechó mano de una guitarra que parecía más bien un juguete, nos dijo que era de 1952 pero que le gustó su sonido, seguramente se la encontró en algún sitio perdido y cualquier cosa extraña o diferente para él es una tentación; en esta tercera parte se desató la electricidad haciendo versiones casi incendiarías de canciones que en sus discos son totalmente diferentes, todo lo que interpretó fue prácticamente deconstruido en ese aspecto, a veces costaba reconocer los temas, incluso introducía efectos y utilizaba escalas disonantes en los solos.
Todo el concierto fue in crescendo dejándonos a todos en un estado de embriaguez con su maestría y su voz arenosa e intimando con el público con bromas y momentos graciosos, como cuando nos pidió que le dijéramos que más quería que tocaran y alguien nombró a Raimundo Amador, el cual colaboró en su disco “Alegrías”, en ese momento desapareció del escenario dejando a sus dos compañeros un tanto perplejos para volver tras un momento con su iphone en el que tenia un video del guitarrista flamenco, lo conectó a su amplificador y nos lo reprodujo.
Se le pidió un bis y nos pidió que fuéramos comprensivos porque aún no habían cenado y les esperaba una paella a medianoche, no obstante fue especialmente generoso alagándonos con cuatro o cinco temas más y con su gran carisma y personalidad. ¡¡¡Que grande eres Howie!!!
Miguel A. Galán.
Fotos de Litelestudio por Juan Carlos Pestano. (https://www.litelestudio.com/)
