Ginger Baker uno de los mejores baterías que ha dado la escena del rock visitó la pasada noche del 5 de Mayo el escenario del Teatro Lara testigo de ver pasar por sus tablas a míticos artistas dentro del ciclo Leyendas con Estrella. El locutor Jose Miguel López de Radio 3 presentó al sr. Baker acompañado por la banda Jazz Confusion, atrás quedaron los tiempos rockeros de Cream o Blind Faith y hoy en día se centra en una temática jazzística que es lo que viene ejecutando desde hace treinta años.
Cuando uno va a este tipo de conciertos en los que el artista tiene unos cuantos años y ha tenido un pasado bastante turbio con los excesos de las drogas y el alcohol no sabe lo que se va a encontrar, si una actuación penosa o un satisfactorio resultado. En este caso me declino por lo segundo.
Con una excelente banda Ginger Baker Jazz Confusion lo forman el fantástico Pee Wee Ellis al saxo tenor (saxo de Van Morrison), Abass Dodoo a la percusión, Alec Dankworth (bajista de Van Morrison) al bajo eléctrico y acústico y el propio Baker a la batería interpretaron temas de su último trabajo «Why?» con una compenetración y sonoridad implacable. Los problemas pulmonares y el delicado estado físico que sufre Ginger Baker obliga a sus compañeros a conducirle hasta el taburete y una vez allí es capaz de mostrar sus pericias con las baquetas ejercitadas durante toda una vida dedicada a la batería.
Magnífica ejecución de un jazzcontemporáneo basado en los sonidos africanos resaltando una percusión enérgica capaz de tapar los errores, que los hubo, y dar sustento al experimentado Baker que marca los tiempos con una gran destreza y soltura.
Cuidadoso a la hora de tocar los numerosos platillos, timbales y los dos bombos de su gran batería daba tiempo al desahogo con los soberbios solos de bajo y saxo.
Lástima que no pudimos ver un solo de Baker sin el acompañamiento de la percusión de Abass que destacaba con creces el sonido de la batería y consigue un aplastante soporte sonoro, previsión inevitable el no enfrentarse en solitario viendo su deplorable estado de salud, de todas formas el público se lo hubiera agradecido y si existiese fallo alguno todavía queda la palabra comprensión. En términos generales un gran concierto estructurado que no puede ir más allá teniendo en cuenta que estamos ante una leyenda viva que vivió al límite toda la locura de los años sesenta.