Delta Moon cruzaron el charco para darse a conocer por nuestras tierras en una gira que les ha mantenido ocupados gran parte de la semana pasada. El 22 de Octubre el tándem guitarrero de Tom Gray y Mark Johnson exteriorizaban los sinuosos sonidos del Mississippi, seña indiscutible en la identidad del grupo, ante una pésima respuesta del público madrileño. La noche no acompañaba para nada, «importantes» partidos de fútbol, el amplio abanico de eventos que ofrece la ciudad y un personal dormido que deja pasar estas actuaciones esperando a que llegue una estrella consagrada, ofrezca un concierto en un gran recinto y le limpie bien el bolsillo y éstos luego son de los que dicen que no hay conciertos en Madrid. La sala Wurlitzer Ballroom, un local reducido donde se puede disfrutar de la buena música a escasos metros de los músicos con unos precios más que asequibles, al igual que la entrada, no sirvió de gancho para llamar la atención del público.
Testigos únicos un reducido número de fieles devotos de la buena música los que arroparon de buena manera al cuarteto Delta Moon que nos dieron una auténtica bofetada de los sonidos más pantanosos que te puedas echar a la cara, compatibilizando con un exquisito talante el blues con el rock. La particular forma de tocar la guitarra de Tom Gray, semi-tumbada y con dedales, manifestaban esos sonidos tan característicos del slide en una velada de blues con raíces donde su aliado Mark Johnson hacía de engranaje perfecto para llevar a buen puerto el gran juego de guitarras acentuado por una formidable base rítmica. Simpatía, agradecimiento y empeño no les faltó y les importó un carajo estar actuando ante treinta personas, cosa que es de agradecer porque los asistentes disfrutamos al máximo de su buen gusto en hacer música. Generosos en el despliegue de temas que no escatimaron en complacer a un público entregado con el grupo, profesionales como la copa de un pino. Así es como nos deleitaron haciéndonos pasar una genuina noche de buen blues echo exclusivamente para unos pocos.