Delta Saints dejaron las cosas bien claras ante el que tuviera alguna duda de la formación de Nashville, agotaron existencias en la taquilla recibiendo una abrumadora acogida por el público madrileño la pasada noche del 25 de Septiembre en la céntrica Sala El Sol. No se andaron por las nubes y fueron a por todas, no había cristo que les parase. Su agilidad encima del reducido escenario hizo que cada músico cumpliera con su labor, la potencia de la base rítmica que estuvo presente durante toda la noche no tenía nada que ver con los exquisitos y delicados riffs de guitarra, el batería a la retaguardia marcando el ritmo acentuaba el magistral sonido que se apreció en la sala.
Los teclados recordaban las mejores épocas de los setenta mientras el cantante se desgañitaba apreciándose cierta afonía en los temas de más esfuerzo vocal. La actuación adquirió un elevado nivel de conexión con el público que no decayó por ambas partes. Este entendimiento entre público y grupo se debe a la entrega por parte de los músicos, encima de las tablas ponen todo su empeño para que la gente se mantenga enganchada y disfrute de su show. El quinteto se marcó un repertorio que englobó parte de su último lanzamiento despuntando en directo mucho más que su escucha en el aparato reproductor.
Su música abarca todas las vertientes de la música norteamericana desde el blues, country, rock… dándole el gusto afín que marca la personalidad del grupo permitiéndose el lujo de hacer alguna que otra versión de Gnarles Barkley y John Prine , ésta última interpretada a capela. Hubo más y tras el clamor popular agradecieron la gran aceptación de la concurrencia con un último tema que daría paso a fotografiarse, firmar autógrafos y charlar con la peña. Todo un lujo de formación.
