Cord Carpenter Band: Rock americano en progresión

Si ya es difícil promocionar un concierto en una ciudad con tanta oferta de música en directo como Madrid, más complicado resulta para un grupo con una muy limitada presencia en Internet (principal medio de difusión hoy en día), y además actuando por primera vez en nuestro país. Cord Carpenter Band llegaban a La Boite con escaso poder de convocatoria pero afortunadamente también con intenciones de no dejarse desanimar.

Su nuevo disco Days Within The Dash centró la primera parte de la actuación. Canciones como ‘Mexico’, ‘Coming Around’, ‘All Wrong’, ‘Little Bit More’, ‘The Keys’… se fueron sucediendo sin apenas pausa entre ellas. Más tarde sonarían también ‘John Mclain’, ‘Good Ain’t Good’ y ‘Little Suzzie’.

Hasta bien entrada la noche, Cord no empezó a dirigirse hacia el público, y sólo para cumplir con las presentaciones de rigor y responder a algún comentario de los asistentes más participativos. Escueto y no muy expresivo, tenía su contrapunto en el otro guitarrista (notable también al pedal steel), que parecía disfrutar tocando como si la sala estuviera llena.

Retrocediendo a su disco del 2011, Nights on the Old No. 9, rescataron temas como ‘Used Again’ o ‘Songs To Sing’, dejando otros como ‘Drink Up’ y ‘Know Me By Name’ casi para el final de la actuación. Es patente cómo se han ido concretando las ideas respecto a sus primeros trabajos de mediados del 2000 (editados simplemente bajo el nombre Cord): las canciones suenan mucho más consistentes y se percibe mejor una idea sólida de grupo.

Si hay colaboraciones que marcan el punto álgido de un concierto, esta noche no presenciamos una de ellas. Virginia Labuat, que actuaba en otra sala un poco más tarde, fue invitada a subir al escenario para una canción. No se conocían de antes, les acababan de presentar, por lo que obviamente no había complicidad ni conexión ni apenas entendimiento.

A la hora de escoger versiones recurren a unas influencias más que evidentes. Destacaron entre otras ‘Honey Bee’ de Tom Petty, el blues de Muddy Waters con ‘Champagne And Reefer’ y una ultra enérgica revisión de ‘Folsom Prisom Blues’ de Johnny Cash.

Ante grupos que acortan el setlist hasta el raquitismo si la asistencia de público no es la esperada, se agradece el ejemplo de Cord Carpenter, superando los 90 minutos y entregándose al 100%. Todavía le queda camino por recorrer pero con conciertos como éste demuestra que va en la dirección correcta.

Por CGM

 

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