LPA Fest Ciudad de las Músicas arrancó el pasado viernes 21 de noviembre en el Parque de Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria, a pesar de las inclemencias meteorológicas anunciadas. El festival, que vino a enriquecer la oferta cultural de la capital Gran Canaria, en la época del año reservada a la celebración del desaparecido Womad, se organizó en tiempo récord y tuvo que lidiar con dos tormentas de las que por estas latitudes no se suelen sufrir. Estos acontecimientos obligaron a reestructurar la programación, teniendo que suspender algunas actuaciones por motivos de seguridad.
A pesar de ello y teniendo en cuenta la imposibilidad de luchar contra lluvias y vientos, la impresión dejada en la celebración de su primer «round» fue muy positiva. Las actuaciones en el Parque de Santa Catalina los días 21 y 22, que se desarrollaron en tres escenarios, uno cubierto dentro del Edificio Miller dedicado a la puesta en escena de distintos Dj’s y dos carpas a ambos lados del mismo sobre las que fueron desfilando las bandas programadas (salvo esas reestructuraciones y suspensiones que comentamos)
La noche del viernes 21 fue abierta por la cantautora canaria Bel Be Be, en el escenario 2, y le tendría que haber tomado el relevo el Coro de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, en el escenario 1, pero tuvo que suspenderse por las lluvias que descargaron en ese momento litros y litros de agua. Dicho escenario, tenía una peor orientación y quedó momentáneamente inutilizado. Continuó el Festival, en el escenario 1, con la actuación de Mondo Diávolo y su apocalíptica propuesta musical e inquietante puesta en escena recogida ya en 2 Epés, «El Rey de los Cobardes» (2012) y «Mundo Ausente» (2014) a pesar de ser una banda que se dio a conocer muy recientemente. Prácticamente saltaron a la popularidad en el Capital Sonora de 2012, donde fueron finalistas y obtuvieron el 2º premio. Recientemente obtuvieron el 1º premio en el LaLacore de 2014.
Mondo Diávolo
Seguiría en alternancia en el escenario 1, Cosmosoul, la formación multicultural afincada en Madrid que impregnan su «easy listening» en sonidos Soul, Jazz y Funk, resultando de esa mezcla unas melodías delicadas y exquisitas, capaces de transportarte a cualquier lugar del mundo. Su trabajo hasta la fecha esta recogido en los dos álbumes que tienen publicados, «Sunrise» (2011) y «Terra» (2013) Y fue el turno de uno de los grupos que más expectación había levantado en el cartel de ese día, León Benavente, con dos discos publicados, «León Benavente» (2013) y un Ep «Todos contra todos» (2013). El cuarteto está formado por Eduardo Baos, Abraham Boba, Luis Rodríguez y César Verdú, cuatro músicos con una dilatada experiencia sobre las tablas (y fuera de ellas) y a los que se le ha puesto la etiqueta de «Super Banda Indie» con la que parecen sentirse cómodos. No dejan de ser etiquetas con todo lo de artificial que tienen en ocasiones, acercándote a un tipo de publico, pero probablemente, alejándote de otro. Los de León Benavente en directo son intensos, sabiendo desenvolverse perfectamente con canciones que me evocan, desde las guitarras más after-punk del malogrado Eduardo Benavente, al pop rock más ácido y consumible de Nacha Pop.
Segundo problema de la noche. Cuando llegó el momento de Adanowsky, el escenario volvía a estar inundado, pero el parisino «tenía unas ganas locas de actuar» (en palabras del Director del Festival que tranquilizaba al publico, dirigiéndose micro en mano desde el escenario) y esperaría. Así, se adelantó la actuación en el otro escenario de The Monos, la banda del sureste grancanario que cuenta con dos discos en el mercado, «The Monos» (2011) y «Ke siga la fiesta» (2013). The Monos, esa noche con diez músicos sobre el escenario, es sinónimo de fiesta y baile, ska, reggae, rock y funk se mezclan en un tarro de esencias explosivo, que funciona y convence. Y llegó Adanowsky, si se nos permite, el gran triunfador de la noche. Un carnívoro con el maquillaje del glam rock de los 70, y que jugando a una dualidad sólo visible a través de un fino velo, enloqueció al público presente con su «ESPECTÁCULO» dance, teniendo que saltar en más de una ocasión a la valla quita-miedos, para dejarse tocar por sus rendidos seguidores y permitir que comprobaran que, sí, era real. Se atrevió con algún que otro «incunable» como Ghostbuster y Jump y repasó su tercer y último trabajo, «Ada» (2014) Un lujo (y una lección) ver a siete músicos con esa pasión y esa ambición sobre el escenario.
Galería de imágenes de LPA Fest Ciudad de las Músicas el día 21 de noviembre
Mientras todo eso ocurría en el exterior, en el interior del edificio Miller hacían lo propio los Djs Mr. Paradaise, Alex Brinken, La Capria y Dave Tarrida.
El Sábado 22 continuaba el festival en horario diurno. Era el momento de «Territorio África», con Susurros Isleños, Parranderos de Global, Yone Rodríguez, Hermanos Thioune, Mas que Son y Rasta Glover. Pero también existieron inconvenientes climatológicos, lo que hizo reestructurar los horarios. Ya entrada la tarde subió al escenario 2, Red Beard, el proyecto del canario Jaime Jiménez Fleitas que liga magistralmente las esencias del Folk, el Country y el Blues, aderezándolo con el más puro sonido western, tal y como pudo haberlo entendido Ennio Morricone. En breve verá la luz su primer trabajo, un Ep de 6 cortes altamente recomendable, pero además está trabajando ya en su segundo disco. Continuó en la noche la Orquesta Maestro Valle de la ULPGC y la maravillosa y cercana Avery Sunshine, que desde los primeros temas, al mando de un teclado y acompañada por un guitarrista, se metió al público en el bolsillo a base de jazz y soul. Y cuando estaba desgranando su repertorio la Perinké Big Band, apareció en escena nuevamente la lluvia teniendo que suspender las actuaciones en los 2 escenarios. El director del festival, Miguel Ramírez, sentado en el backstage del primer escenario mostraba un semblante que reflejaba su impotencia frente a esas inclemencias. No obstante, los potentes daneses Reptil Youth se negaban a rendirse, aunque su vuelo de vuelta a casa despegaba a las 4 horas de esa madrugada. En el momento en que la lluvia cesó, se pusieron al frente de sus instrumentos y salieron a escena. Sólo pudieron interpretar 4 temas, fue imposible proseguir por seguridad.
Galería de imágenes de LPA Fest Ciudad de las Músicas el día 22 de noviembre
LPA Fest Ciudad de las Músicas continuó con su programación durante la semana del 24 al 30 de noviembre, con distintos actos que fue necesario reestructurar por las tan recurrentes condiciones climatológicas de esa semana. La proyección en la sala Rodríguez Quegles del documental “20.000 days on Earth”, sobre la figura Nick Cave. El taller de autogestión de proyectos musicales a cargo de Ainara Legardón, en la Sala Caracol. Y las actuaciones en la zona de Vegueta de Viltown Muzik Band, Gospel M. Lou, Cuarteto Saint Saens, Trio Gabriel Rodó, Infante & Lemes y el Cuarteto Ornati, además de las sesiones a cargo de distintos Dj’s. Y como colofón, las master-class y el concierto de Ari Malikian el domingo.
Pues esto fue lo que dio de si la 1ª edición del Festival LPA Fest Ciudad de las Músicas. Un festival que surgió por sorpresa, a la sombra del desaparecido Womad, y que fue posible montarlo en unos pocos meses. Contó un presupuesto de 160.000 €, de los cuales, 60 mil fueron aportados por patrocinadores privados y el resto por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Y en este aspecto tampoco pudo abstraerse a la comparación con su antecesor, que consumió la misma cantidad de dinero en su última edición, que fue de un día. De lo que no cabe duda es que estamos frente propuesta cultural que la capital Gran Canaria demanda, sobre todo al haber estado acostumbrada a disfrutarla durante muchos años, bajo una denominación u otra o bajo una organización u otra. La pregunta que nos hacemos es la siguiente, ¿Habrá 2ª edición de Lpa Fest Ciudad de las Músicas? Quien sabe. Más difícil se nos hace contestar a esta pregunta si tenemos en cuenta que esta iniciativa no se puede desprender de ese «olor» a maniobra política. Y es que recuperar los réditos electorales perdidos por la nefasta gestión política, al ver las urnas a la vuelta de la esquina, bien vale una inversión en cultura, o en otras áreas.
No podemos finalizar este artículo sin felicitar a la organización del festival, por haber sido capaces de sacar a delante este evento en tan poco tiempo y poderlo desarrollar con calidad, a pesar de las inclemencias meteorológicas, y también, como no, agradecerles las facilidades que nos brindaron.
Red Beard: «Here comes the storm»
