Crucified Barbara junto a las madrileñas Lizzies protagonizaron la pasada noche del 3 de Diciembre, lo que fue el gran evento del heavy rock femenino. Una vista atrás en el tiempo en la que este estilo musical estaba en pleno apogeo estas guerreras mantienen la actitud y empuje porque perdure en el tiempo aunque sea música para minorías, da igual pero hacen lo que les gusta y les apasiona. Con un par arrancaron las jóvenes Lizzies con una imagen macarra, de corte clásico, ochentero, vamos del heavy de toda la vida. Al igual que su música están marcadas por bandas legendarias del género con un talante encima del escenario digno para no caer en el aburrimiento. La verdad, me gustaron y mucho porque hoy en día el heavy que se hace no me dice nada, tiro más para los ochenta y es aquí donde estas féminas se desenvuelven de maravilla, sonrientes, dinámicas, se marcaron una actuación donde cuajó el sonido compacto del grupo.
Con tan solo un EP defendieron un repertorio propio merecedor de una buena respuesta del público que salió satisfecho por la actuación de estas chavalas. Las suecas Crucified Barbara salieron a por todas, a dejarse la piel en las tablas, guerreras como sus compañeras presentaron su última entrega discográfica «In The Red» con esa fiera actitud. Mia a la voz y guitarras mantiene ese talante de líder del grupo amparada a los lados por las rubias Ida al bajo y Klara a la guitarra que intentan guardar unos ensayados movimientos que a veces obligan demasiado y se nota su falta de espontaneidad. Merecidas ovaciones entre tema y tema hacían de enlace para traspasar el calor del público a unas chicas que por méritos propios se ganaron al personal. Melenas al viento, riffs rápidos, cortantes, una gran voz agresiva y una más que sobresaliente base rítmica gratificaron al personal con un repaso a su discografia en algo más de una hora y cuarto. Algo escasa se nos hizo esta actuación pero intensa, tanto el grupo invitado como las protagonistas no se dejaron llevar por corremástiles ni voces guturales de ultratumba, lo que contemplamos es a dos grupos de chicas envenenadas por la simbiosis del heavy rock and roll de siempre, cosa que es de agradecer. Por momentos la Sala Independence nos recordó a más de uno a los grandes conciertos vividos en la desaparecida sala Canciller… que tiempos!!!
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