Aullido Atómico, la banda de Rock & Roll valenciana, visitó el pasado fin de semana Gran Canaria para dar dos conciertos, uno en el Adrenaline en la Playa del Inglés (27 de marzo) y el segundo en el pub PKDK en Las Palmas de Gran Canaria (28 de marzo). En esta minigira organizada por «Open Your Mind«, promotora que empieza a funcionar en Canarias, tuvimos la oportunidad de disfrutar de otro de los proyectos, en solitario, de Don Rogelio J. (frontman de Aullido Atómico) Tumba Swing one man band y de las bandas locales Creepy (en los 2 conciertos) y de The Bar Riders (en el PKDK) Dirty Rock asistió al concierto del día 28 de marzo en el PKDK.
Aullido Atómico presentó en Canarias su primer larga duración (y segundo trabajo publicado) “Asalto al Corral” (enero 2014) y su reciente Ep de 4 cortes (marzo 2015) Su actuación se hizo esperar. Era una noche con 4 bandas programadas y todo comenzó una hora y veinte después de lo previsto. Cosas del «directo». A Don Rogelio J. motor de la banda, guitarrista y vocalista, lo acompañan Quique «medianoche» a la batería y Jussi Folch al bajo. En la noche del sábado dieron un eléctrico recital de Rock ‘n Roll aderezado con los «aullidos» del trio. En el escenario fueron intensos, rabiosos y espídicos, despachando, durante más o menos una hora, un repertorio de casi dos decenas de temas en el que no faltaron esencias de Rockabilly, Surf y Trash & Roll en Castellano (como ellos lo llaman), ni tampoco «Tranquilo Rogelio«, «Ambición» y «100% Pagano«, y también «Mata y Muere» y «Spicy Pollito» de su último Ep, entre muchas otras. Una banda a seguir y que dará muchas satisfacciones. Es que cuando se cree en lo que se hace…
Escucha «Asalto al Corral» de Aullido Atómico:
Pero esa noche la abrió Tumba Swing one man band, otro de los proyectos del polifacético Don Rogelio J. Dibujante, tatuador, guionista e ilustrador de cómics, creador de fastuosas portadas de discos y carteles de conciertos, «customizador» de instrumentos musicales y por desgracia, músico. Tumba Swing one man band es una monobanda mediante la cual afloran sus más perversas inquietudes, dando rienda suelta a los sonidos mas grasientos del Blues y primitivos del Rock and Roll, exprimiendo hasta la última gota, de manera soberbia y «chatarrera», un bombo, un charles, una guitarra de vertedero acariciada por su slide y su voz desgarrada y cruda. Tumba Swing one man band cuenta con tres trabajos en la calle y un cuarto disco en fase de preparación (su segundo larga duración) Tan sólo fueron 4 temas los que interpretó, conectando con el público desde los primeros compases en un perfecto y fluido diálogo. La noche iba a ser larga.
Escucha «Solo y Mal Acompañado» de Tumba Swing one man band:
The Bar Raiders tomó el relevo y se plantó en el escenario en formato trío, Antonio Manzanares a la guitarra y la voz, Rober Rodríguez al contrabajo y coros e Ivan Saugar con la percusión y coros (por imposibilidad de su cuarto componente Elohim Salvador, guitarra acústica) Aunque algunos de sus miembros acumulan bastante experiencia, The Bar Riders es una banda creada en el 2013 y que tiene como inmediato proyecto publicar su primer trabajo, el cual contendrá 5 cortes que ya se encuentran masterizados. The Bar Riders se movió con soltura esa noche en un estilo, el rockabilly más clásico de los ’50, muy difícil de interpretar pero mucho más de ser capaces de que convenza y de que transmita, y lo consiguieron con creces. Una base rítmica sólida con la elegancia y sencillez de Saugar y la rabia contenida de Rodríguez, envuelto todo ello por los acordes de la guitarra de Manzanares. Una excepcional banda que disfrutó en el escenario e hizo saltar a la pista de baile a los que acudieron esa noche al PKDK.
Y fue el turno de Creepy, banda local de Rock and Roll, con notas punk y surf, descaro y mucha diversión, y que esta formada por Eduardo Salazar, Emilio González y Luis Henríquez. Actualmente están dando los últimos repasos a los temas que tienen grabados y que conformaran su primer trabajo que verá la luz previsiblemente este verano. En una hora y media, aproximadamente, finiquitaron su repertorio dando muestras de ser una banda rodada, con fuerza y sólida, y con una estética y puesta en escena que rememoran los antecedentes de la cinematografía gore. Subidos en un escenario son siempre garantía de una «fiesta de sangre».
Galería fotográfica del concierto en el PKDK:
