Bilbao BBK Live, larga vida

Bilbao BBK Live – 2015. Prólogo: Larga vida (1/4)

Bilbao BBK Live – 2015 . La ciudad de Bilbao a primeros del pasado mes de julio respiraba y olía a BBK Live, las farolas de alumbrado público de las grandes avenidas de la capital de Bizkaia estaban totalmente ocupadas por los carteles aéreos de algunos de los artistas incluidos en el cartel de la décima edición del Bilbao BBK Live (Mumford & Sons, Alt-J, The Jesus & Mary Chain, Muse…) compitiendo directamente con la de las inauguraciones de las exposiciones de los norteamericanos Jean-Michel Basquiat y de Jeff Koons en el Guggenheim.

En apenas diez años el Bilbao BBK Live se ha convertido, junto a las curvilíneas y retorcidas formas del museo diseñado por Frank O. Gehry, en una de las referencias principales de lo que se ha ido denominando la “marca Bilbo”, lo que permite que semanas antes del inicio del festival ya se hayan agotado la totalidad de los 35.000 los abonos puestos a la venta para las tres jornadas del evento organizado y producido por Last Tour International, por lo que en días previos solo se podían adquirir entradas sueltas para la primera y segunda jornada (jueves 9 y viernes 10 de julio), ya que para la del sábado 11, ante la presencia de la banda británica Muse como headliners, en lo que se anuncio como única aparición sobre escenarios españoles en la gira de presentación de “Drones”, se encontraba agotado el billetaje del día.

 

 

Eso ya era garantía de éxito de esta décima edición del festival bilbaíno, que a pesar de su adolescencia, puede situarse, junto con el Primavera Sound de Barcelona y el Festival Internacional de Benicassim, en una de las mejores citas festivaleras del país y con una gran proyección internacional ya que durante esos días la ciudad se convierte en un hervidero de personas procedentes de todas las autonomías, además de un cada vez mas importante número de espectadores de otros países europeos, a ello también contribuye su proximidad en fechas a los sanfermines de la cercana ciudad de Pamplona, capital de la Comunidad Foral de Navarra.

A primeras horas de la mañana del pasado 9 de julio, jornada inaugural del Bilbao BBK Live, la Gran Vía de la ciudad registraba una inusitada presencia de publico que se agolpaba a las puertas de la Sala BBK para canjear sus abonos por la correspondiente pulsera, este año de color naranja, que le permitiría el acceso al recinto, mientras tanto la espera en las largas colas era amenizada por la actuación de una banda británica tributo a Coldplay, tras lo cual la gente se desperdigaba para perderse por las calles del Casco Viejo o por las riveras de la ría.

 

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Un excelente servicios de autobuses gratuitos que partían desde el parking del BEC (Bilbao Exhibition Center) o bien desde las inmediaciones de Termibus, en la zona del San Mamés, empezaron a desplazar, desde primeras horas de la tarde, a los miles de espectadores hasta el recinto, el llamado Kobetamendi.
A la llegada a las puertas de acceso se puede observar una de las mejores panorámicas sobre la ciudad, y ya una vez superado los controles para acceder al recinto, lo que toca es perderse en su interior y, a través de la guía o programa de mano del festival, empezar a conocer la ubicación de los diferentes espacios y escenarios para comenzar a planificar las largas jornadas del festival. Y es que a una media de una treintena de conciertos diarios repartidos por los cinco escenarios, incluyendo la inmensa carpa translucida, lo que toca es organizarse para así poder disfrutar del mayor número posible de bandas y artistas.
Lo mejor es que los conciertos que se celebran en los dos grandes escenarios, el Bilbao y el Heineken, no se solapan entre si y que gracias al sistema de repetidores de sonido y pantallas de vídeo lo que ocurre en uno u otro de los dos escenarios principales puede ser visto y oído con perfecta claridad en el otro mientras se prepara el backline del artista siguiente.

 

 

Este sistema de repetidores aéreos y pantallas de vídeo hace posible una perfecta audición y visión desde la loma que bordea parte del recinto, en especial la situada al fondo del escenario principal, el Bilbao, lo que permite a los espectadores que así lo desean, descansar cómodamente sobre el césped para recuperar fuerzas en esta especie de grada natural con la que cuenta el recinto.
Los otros escenarios se reparten en las proximidades de la zona de entrada donde se sitúa el Red Bull Tour Bus, la zona próxima a la salida del recinto donde estaba localizada la carpa traslucida citada, para finalizar con el coqueto escenario llamado Red Bull Studio Live que lo compartía con la firma Jägermeister y su proyecto Jägermusic y que también recibía el nombre de escenario del bosque al estar insertado en un área de descanso prácticamente a las puertas del bosque que circunde al Kobetamendi.
Todo ello inserto entre varias zonas de descanso en las que se disponían de mesas y bancos de madera, así como los correspondientes puestos de venta de bebidas, merchandising, bocadillos, pizzas, churrerías, Kebab, Sushi, comidas vegetarianas y exóticas, además de espacios propios de algunos de los grandes patrocinadores del evento, incluyendo un punto de una compañía de telefonía local que ofrecía wifi gratuita, que convierten al Kobetamendi en una pequeña ciudad con toda clase de servicios gastronómicos, aunque la calidad y su elevado precio…

 

 

No obstante, a pesar de la buena distribución de escenarios y espacios, el recinto ya no da mas de sí, impidiendo de cara al futuro el crecimiento del festival en cuanto a acoger una audiencia superior a los 50.000 espectadores por jornada, lo que llevó durante esos días en la prensa local a cuestionar el estudio de un futuro cambio de ubicación.
Por lo que pudimos hablar con algunos campistas, y a pesar de las mejoras que se han ejecutado en la cercana zona de acampada situada en el monte Arraiz, colindante al Kobetamendi, con la incorporación de supermercado y duchas con agua caliente, su limitada capacidad, solo habilitada para unas 10.000 personas, también impediría su futura ampliación.
Pero estos dos últimos puntos son aspectos que sólo competen a la organización y producción del festival y a las expectativas que se planteen de cara a próximas ediciones. Por mi parte creo que es mejor mantener la actual ubicación en el Kobetamendi que alejar el festival, mas aun, de la ciudad que le da nombre.
Ya que varias fuentes consultadas estiman que el impacto directo del BBK Live sobre la ciudad, en lo que a hostelería y restauración se refiere, podría rondar mas de 20 millones de euros directos, lo que se ve reflejado en la alta ocupación hostelera, con alojamientos agotados y en muchos casos duplicando y hasta triplicando el precio habitual para esos días, así como en el lleno que presentaban las terrazas y restaurantes de la ciudad.

Primero de una serie de cuatro artículos sobre todo lo que aconteció en el BBK Live – 2015.

Tanto las imágenes como los vídeos que se utilizarán para ilustrar la serie de cuatro crónicas están proporcionadas por la organización del Festival, LTI.

Próximo Artículo: «Bilbao BBK Live, la noche americana»

 

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Texto: José Manuel Hernández Castellano.

 

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