Dan Baird & Homemade Sin se presentaban junto a Junkyard el pasado 9 de Octubre en la madrileña sala Arena, doble concierto de dos grupos que cada uno por su lado encauza su manera personal de entender el rock and roll. Abrieron Dan Baird & Homemade Sin con algo de retraso impacientando a un público que echaba sus cuentas del tiempo que restaba a la formación siguiente. Y es que el límite horario al que están sometidos los grupos en salas que después abren su sesión discotequera hacen que no se explayen como buenamente quisieran. Con la misma formación que nos visitaron el año pasado Dan Baird & Homemade Sin presentaron en directo su último reciente trabajo «Get Loud!».
Como buenos perros viejos mantienen viva la astucia en seguir el rastro marcado por elevar el rock más elemantal, rock sin maquillajes sin parafernalias… Como siempre el grupo se mostró simpático y sonriente con esa mirada pícara a la que nos tiene acostumbrado el señor Baird, cómplice del gran juego de guitarras que junto a E. Hodges sacaron el máximo rendimiento a las seis cuerdas.
Una vez más Dan Baird & Homemade Sin exteriorizaron sus mejores dotes que son hacer rock and roll aunque en esta ocasión se notara cierto distanciamiento con el público, una sala de mayor dimensión es lo que tiene. Con la pista llena casi en su totalidad Dan Baird & Homemade Sin se despedían para dar paso a Junkyard. No es muy habitual verles por estos lares a la formación estadounidense, por lo que Junkyard despertó cierto interés por el público madrileño. Junkyard se dejaron notar con los primeros acordes y dejaron bien claro la diferencia de estilo en cuanto a la formación anterior.
Su cantante y uno de los miembros iniciales, David Roach desde que saltó al escenario mostró su lado más macarra y provocador siendo todo un alborozo para las primeras filas. Figura indispensable la del señor Roach que llenó de dinamismo el escenario de la sala Arena no aflojando la marcha en ningún momento.
Junkyard expusieron todo su armamento musical donde el punk y el hard rock fueron de la mano toda la noche, aún así no tuvieron bastante con un repertorio basado en temas propios que nos regalaron el «Nice Boys» de Rose Tattoo, asentando que el rock and roll no es para guaperas de escaparate.