Qué orgulloso tiene que sentirse Dave Meniketti con la trayectoria que ha seguido la banda que fundó hace ya cuarenta años en la Bay Area de San Francisco. Dos primeros álbumes -«Yesterday & Today» (1976) y «Struck Down» (1977)-, con los que consiguieron abrirse camino en la industria y lograr un contrato que les diese cierta estabilidad en el negocio, para inmediatamente después golpearnos muy duro y ganarse la admiración de cualquier amante del Hard Rock con buen gusto mediante la descomunal trilogía que permanece hasta el día de hoy como la cúspide de su carrera: «Earthshaker» (1981), «Black Tiger» (1982) y «Mean Streak» (1983). Tres discos tan sensacionales que simplemente animo a quien no los haya escuchado a que ponga remedio a eso de inmediato… Yeah, los 80 fueron una gran época para Y&T: «In Rock We Trust» (1984), el directo «Open Fire» (1985), «Down For The Count» (1985), «Contagious» (1987)… pero como les sucedió a muchos de sus compañeros de generación, se vieron obligados a pasarse la década de los 90 castigados de rodillas contra la pared, con los brazos en cruz y sujetando las pesadas discografías de la era grunge y alternativa. Los tiempos de la música festiva ideal para escuchar en la playa mientras veías a hot chicks tostarse al sol dejaba paso a un rock´n´roll de poso más intelectual. Que nadie se me tire al cuello, amo a las bandas de Seattle, pero ya sabéis lo que quiero decir.
Sin embargo, mientras que algunos inquilinos de aquella escena sólo podían presentar como credenciales de supervivencia cantidades de laca intolerables para la capa de ozono, Dave, Phil Kennemore, Leonard Haze y Joey Alves siempre tuvieron muy claro que las canciones iban primero, la pericia instrumental detrás, darlo todo cada noche era lo siguiente, y el look formaba parte del pelotón de cola. Pasada esa travesía del desierto, con el nuevo siglo el grupo descubrió una segunda etapa de éxito, si bien no con muchas grabaciones nuevas -porque la industria musical está como está tras el boom de internet-, sí reconquistada paso a paso a base de integridad, toneladas de pasión, giras continuas, mucho feeling y sobre todo la fidelidad de unos fans que sabemos que estos tipos no se van a bajar de un escenario antes de las dos horas de show y de habernos entregado el 200% de su capacidad noche tras noche.
Por el camino se apearon Alves y Haze, y el maldito cáncer se llevó a Kennemore de forma fulminante, pero a pesar de ello la banda de Mr. Dave Meniketti lleva más de una década visitando nuestro país prácticamente cada año, siempre bajo el auspicio del promotor Robert Mills -podeis chequear sus programaciones de conciertos en la web www.rmconcert.com-. Este es el tipo que trajo a Cinderella aquí por vez primera, y sólo por eso ya tendrá mi reconocimiento eterno. Cuando llega el otoño Y&T hacen la correspondiente gira europea de casi dos meses, y así como en años anteriores su periplo por el viejo continente solía finalizar en nuestro país antes de cruzar el Atlántico, este 2015 las cosas se han desarrollado al revés, y su tour ha comenzado con cuatro shows por el norte del país, en Pamplona, Vitoria, Santander y Gijón. El caramelo era demasiado tentador para dejarlo pasar, así que el que esto escribe decidió asistir a los conciertos de Vitoria y Santander. No os voy a aburrir con desgloses de setlists por separado, así que simplemente comentaré las similitudes y diferencias entre ambos shows.
La estructura del concierto fue común. En las dos ciudades el cuarteto de inicio fue igual: la esperada intro con «From The Moon» enlazada con «Hurricane«, dos temas de la década oscura -«Hard Times» y «L.A. Rocks«-, más «How Long» de «Facemelter» (2010). Más gente en Vitoria, pero mejor sonido en Santander, donde también se dejaron las vísceras durante 2 horas y cuarto, a diferencia de Gasteiz donde tocaron 15 minutos menos. La guitarra rítmica de John Nymann también tuvo mayor volumen y nitidez en Cantabria, aunque Brad Lang estuvo igual de soberbio las dos noches y Mike Vanderhule se salió la segunda con un clinic de batería… Eso sí, Meniketti estuvo colosal tanto el primer día como el posterior. Mantiene la voz igual que en los 80, y de su pericia guitarrera ya pocas más alabanzas se pueden decir. Un músico de los que ya no quedan. Después de todas las ofertas que ha tenido en su carrera para unirse a grupos más grandes y ganar mucho más dinero, ha seguido fiel a la banda de su vida a pesar de todo. Algo que sus fans también saben reconocerle.
Tras este inicio empezaron las bombas nucleares en las dos ciudades: «Black Tiger«, «Rhythm Or Not«, «Mean Streak«, «Dirty Girl» y «Midnight In Tokyo» -emocionante con todo el público cantando el tema-. También fue éste el momento en que aceptaron peticiones de la gente: en Vitoria cayeron «Lonely Side Of Town» y «Don´t Wanna Loose You«, mientras que al día siguiente sonaron «Don´t Be Afraid Of The Dark«, «Rock & Roll´s Gonna Save The World» y un «Knock You Out» dedicado a un fan de las primeras filas. Si llegan a tocar «Sentimental Fool» me hago caquita en los pantalones.
La tercera parte fue idéntica las dos noches: «Take You To The Limit«, «Cold Day In Hell«… hasta llegar al momento cumbre con «I Believe In You«, que en Alava fue espectacular, pero a la noche siguiente fue sobrenatural. El solo de Meniketti fue tan memorable en el Escenario Santander que la audiencia cayó rendida sin remedio y regaló una ovación atronadora. Fue una de las mejores interpretaciones del tema que he visto a Y&T. Las caras de sus compañeros mirando a Dave lo decían todo… tocan juntos día tras día pero a pesar de ello siguen sorprendiéndose. Siguieron con «Eyes Of A Stranger«, «Contagious«, «I Want Your Money«, «Summertime Girls«, la increíble «Rescue Me» -esa intro, esa intro…-, para terminar con «I´m Coming Home«. Sabes que el nivel va a ser muy alto seguro, pero siempre te dan más de lo esperado. Tremendos shows.
En los meses previos a esta gira han estado dando forma al documental, financiado por aportaciones de los fans a través de una campaña de kickstarter, que se publicará el año que viene cubriendo sus cuarenta años de historia. Seguro que el film estará a la altura de una banda de este calibre.
Vamos con los bises. Me gustaron más en Vitoria, pero sólo porque allí nos ametrallaron con «Open Fire«, mientras que en la otra ciudad eligieron «Hell Or Highwater«, antes de cerrar por todo lo alto ambos shows con un «Forever» coreado por toda la audiencia. Que DIO salve a Y&T, y que alguien le haga una estatua a Dave Meniketti de una puta vez. A cuidarse.
Texto de J. M. Martínez y fotos de Fran Cea .
Fotos de Fran Cea.