Howlin´Rain presentaron en la madrileña Sala Caracol su último trabajo «Mansion Songs» dentro de su gira por España, en Madrid estuvieron acompañados por Hollis Brown que fueron los encargados de emprender un recorrido musical que continuaría con los auténticos protagonistas de la noche. La actuación de Hollis Brown no pasó desapercibida y supieron corresponder a un público que poco a poco se hizo notar en la sala.
Presentaron parte de los temas de su último trabajo «3 Shots» completando un repertorio con el resto de canciones que componen su andadura musical desde 2009. Rock melódico con una naturaleza convincente gracias a ese aporte musical que coquetea a medias entre la guitarra acústica y la eléctrica moldeando así la personalidad de Hollis Brown.
Sonaron bien, los riffs de guitarra eléctrica dieron ese toque especial con cierto aroma sureño mientras la cadencia sonora del conjunto se veía acotada por el acercamiento a un rock con claros guiños al pop. No obstante la banda salió airosa que para no ser muy conocidos por el personal que se dio cita si recibieron una clamorosa acogida.
Con un aforo de media sala para presenciar el plato fuerte de la noche se respiraba cierta impaciencia y es que no es para menos. Howlin´Rain son un auténtico volcán en erupción, auténtica hipnosis guitarrera que deja con la boca abierta al más pintado. Su puesta en escena es un conjunto de cosas y todas a su favor porque si algo hay que destacar de Howlin´Rain es su tremendo directo. Podrás escuchar sus discos en casa y estar fascinado con ellos pero en directo lo que más me sorprendió es que los temas que compusieron el repertorio los tocaron como les salió de…. ahí mismo.
Hicieron lo que les vino en gana, improvisaciones con extensos y psicodélicos solos de guitarra, tres a la vez, parecía como si el ácido estuviese haciendo su efecto y tanto la expresividad sonora como la visual acarician la locura desatada.
Las guitarras echan chispas cuando el rock sureño se ve apoderado por la acertada combinación con la psicodelia. Rock hipnótico, insólito, impetuoso… que duró una hora y cuarto del más intenso y vehemente rock sureño-psicodélico.
