Lemmy Kilmister, cantante y bajista de Motörhead y de The Head Cat con Slim Jim Phantom y Danny B. Harvey ha muerto hoy 28 de diciembre a los 70 años recién cumplidos el pasado 24 de diciembre a causa de un fulminante cáncer.
Lemmy es uno de esos personajes del Rock con marca propia, ludópata, perdedor, gran amante del poker y el Blues siempre guiado por su bajo Rickenbacker saturadísimo, lo convierte en Metal austero, cruce entre Rock duro y Punk veloz, la marca y sello de Motörhead, que le ha servido para atreverse tras tres décadas desde el surgimiento del nombre en 1975.
Lemmy con esa voz de whisky y tabaco, se ha convertido casi en un personaje de novela negra, nunca fue un artista con pretensiones o ganas de romper moldes, solamente quiere tocar y vivir según las normas del Rock & Roll, nada más, es de esos tipos que llevan en su rostro y su voz las marcas de miles de horas de vuelo, un tipo auténtico, excesos a mansalva, días enteros sin dormir, sexo, drogas y Rock and Roll. Ver y escuchar a Motörhead en directo es de las cosas que mejor te pueden pasar en la vida.
Lemmy junto a Ozzy Osbourne, dos de los dioses indestructibles del Rock, son idolatrados en su lugar de residencia, la ciudad de Los Angeles, dos leyendas monolíticas e irremplazables, te los puedes encontrar en cualquier lugar de la ciudad tomándose una botella de Jack Daniels o del magnífico Maker’s Mark o jugando con una máquina tragaperras, sobre todo si te pasas por el Rainbow Bar & Grill en Sunset Strip, Los Angeles, como me ocurrió una vez, la misma avenida que inventó al glam metal de los años 80.
Ian Fraser “Lemmy” Kilmister nació en Inglaterra formando parte de varias bandas como Hawkwind, donde cantaba la canción más famosa del grupo, “Silver Machine” hasta convertirse en vocalista, bajista y principal compositor de Mötorhead a mediados de los años 70, publicando 22 discos de estudio, el último «Bad Magic» publicado este año y vendiendo más de 30 millones de discos en todo el mundo, del líder de los incansables Motörhead que este año cumplían 40 años en la carretera.
Su apodo proviene de su juventud, «Lemmy«, (lemme have a few quid) en la que solía pedir dinero a los demás para poder seguir jugando en las máquinas tragaperras. Este año también se publicó su autobiografía Lemmy. La autobiografía.
“Ace of Spades” o “Victory or die” por ejemplo, son el heavy metal en carne y hueso representado por Lemmy y Motörhead y su maravillosa banda de Rockabilly The Head Cat, publicando tres maravillosos discos y un DVD, su fascinación por el sexo, loco y desenfrenado sexo era a lo que estaba acostumbrado, revelando en una entrevista que había tenido más de 1200 encuentros sexuales y que además podría reconocer a cada una de sus ex-parejas sexuales.
Lemmy no pasará más por su bar favorito en Los Angeles, el Rainbow Bar and Grill, esa esquina, esa máquina tragaperras, las copas de Jack Daniels con coca cola y las cajetillas de Marlboro quedarán para el recuerdo. Su música y la línea nueva de consoladores con la marca Motörhead perdurarán por siempre.
Esta es una de las últimas entrevistas que dio, el pasado 11 de Noviembre, en donde habla sobre los ataques terroristas ocurridos en París.