Bryan Adams presentó en el Bizkaia Arena de Bilbao su nuevo disco «Get Up»

Sí, es él… el rubio de oro del rock canadiense tenía sólo quince añitos cuando tomaron esta foto. La imagen no tiene la misma calidad que las instantáneas atómicas del señor Orue que acompañan este artículo, pero tened en cuenta que está sacada con mi cutre móvil tecnología Corea del Norte. El que aparece junto a él a la derecha es Brian Vollmer, compatriota cantante de la banda de heavy metal Helix, y la imagen está sacada de la autobiografía de Vollmer «Gimme an R!«, en el capítulo en el que habla de cómo en 1974 coincidieron con nuestro protagonista, que por entonces daba sus primeros pasos en el mundo de la música como vocalista del grupo Sweeney Todd, y disfrutaba su primer hit en la radio estatal con la canción «Roxy Roller«. Apenas cinco años más tarde se aliaría con una máquina perfectamente milimetrada para escribir canciones imbatibles, el gran Jim Vallance, y se catapultaría como una estrella del rock a nivel planetario en 1984 con su cuarto álbum «Reckless«.

Bryan Adams presentó en el Bizkaia Arena de Bilbao su nuevo disco Get Up

Fui testigo de la primera visita de Bryan Adams a Bilbao, el 12 de Junio de 1988 en el pabellón de La Casilla, durante el tour de presentación de «Into The Fire«, otro gran disco que aguantaba la presión del todopoderoso superventas anterior, y que sin embargo se quedó sin representación en el concierto de anoche en el BEC… Hablamos de la época en la que no existían las putas entradas de fotocopia por internet con gastos de distribución, así que tocaba batirse el cobre haciendo cola en los puntos de venta oficiales en busca de entradas de taco, pues el aforo se reventó con casi seis mil fanáticos… Bufff, lo que vivimos aquel domingo de hace casi 28 años forma parte de la historia del rock en mi ciudad. La banda del canadiense -el guitarrista Keith Scott, el bajista Dave Taylor, Tommy Mandel a los teclados y Mickey Curry tras la batería-, en su momento de máximo esplendor, con un set imbatible ante un público ansioso de rock´n´roll y presa del delirio desde el minuto uno. Pocas semanas después de actuar en Euskadi grabó su concierto en el festival de Werchter en Bélgica ante 50.000 personas, y lo editó bajo el nombre de «Live, Live, Live» sólo en Japón. Aún recuerdo lo que me costó conseguir el cd de marras vía importación, pero mereció la pena. Un disco en vivo que te pone los pelos como escarpias y que es una muestra perfecta de lo vivido aquel verano en el pabellón bilbaíno. En aquella época uno podía pasearse por la ciudad con LP´s de Adams, Rainbow y Purple bajo el brazo y sentirse orgulloso. Bryan rockeaba muy duro, y el público heavy lo aceptó masivamente. Lamentablemente aquello cambiaría en un futuro no muy lejano.

Nuestro protagonista aún me daría otra alegría con «Waking Up The Neighbours» (1991), pero es un vinilo muy lastrado por la producción de Robert John «Mutt» Lange, que calcó sin sonrojarse el sonido Def Leppard, y sobre todo por la sobreexposición mediática de la balada de la peli de Robin Hood de los cojones con el mingafría de Kevin Costner -RIP Alan Rickman, lo único salvable de aquello junto a la buenorra Mary Elizabeth Mastrantonio-. Esa gira también pasó por La Casilla, y aunque no alcanzó las cotas de tres años antes, fue una actuación excelente también. A partir de aquí la cosa degeneró mucho, Adams abandonó a su público más hard en pro de adolescentes poperos con coeficiente intelectual negativo, y algunos dijimos adiós. Recuerdo con especial agobio su show en el Velódromo de Anoeta de San Sebastian en 1996, rodeado de niños insufribles chillando como condenados mientras sus papis esperaban en las puertas del pabellón, aunque por entonces yo ya estaba más interesado por Melissa Etheridge, que teloneaba su concierto entonces, que por el chico que abandonó sus camisas de cuadros a cambio de codearse con la beautiful people.

Sin embargo, la reedición deluxe 30 aniversario de «Reckless» hace un par de años era una golosina muy apetecible. La remasterización del disco, con siete temazos extra que se quedaron inexplicablemente fuera de la grabación original, caso de «Play To Win» o «Draw The Line«, acompañada de un directo de la época, sirvió para recuperar el pulso dos décadas después. Y su nuevo disco «Get Up«, con algunas canciones premeditadamente muy básicas bajo la producción de Jeff Lynne, no ha resultado tan penoso como uno podía esperar. Sólo por «You Belong To Me«, un rock and roll desnudo con toques años 50, ya merece la pena escuchar el cd.

Con ganas nos plantamos en el BEC. Casi 10.000 personas en el aforo. El poder de convocatoria se mantiene intacto… y dos enérgicas horas después podemos decir contentos que el directo actual de Adams es técnicamente notable, visualmente casi sobresaliente, el set es matador durante la primera hora e incluye algunos insufribles temas en la segunda, pero devuelve al espectador la pasta pagada por la entrada con creces, en mi opinión. Por lo que respecta al que esto escribe, te devuelve durante unos instantes a la adolescencia, cuando creías que el verano del 69 sería el mejor de nuestras vidas.

Protagonismo especial para Scott, que sigue como lugarteniente más de tres décadas después, y un placer ver ahí a Curry también, batería de pegada sólida que ha trabajado con multitud de artistas como músico de sesión. La próxima vez que pinchéis «Sonic Temple» echad un vistazo a los créditos del disco. Su bajista no se desplaza 20 cm de su posición en todo el show, pero Gary Breit destacó en su trabajo a los teclados también.

Arrancaron con la nueva «Do What You Gotta Do«, enlazada con «Can´t Stop This Thing We Started» y los estupendos collages de imágenes en la pantalla principal, acompañada de otras dos laterales más pequeñas centradas en imágenes de los músicos. Y, como os digo, aquí comenzó la parte brutal de la actuación, cuando Adams gastó el cargador del revólver casi entero disparando de golpe «She´s Only Happy When She´s Dancing«, «Run To You» -qué recuerdos con este tema-, «Go Down Rockin´«, una espectacular «Heaven» -olvidaros de la tonadilla de Robin Hood o de los tres mosqueteros, este es el baladón de Bryan forever and ever- que puso la piel de gallina con todo el pabellón cantando y un gran punteo de Keith, «Kids Wanna Rock«, «It´s Only Love«, «This Time«, «You Belong To Me» y «Summer of ´69«. Reckless casi entero en la puta cara y no llevamos la mitad del show.

Bryan Adams presentó en el Bizkaia Arena de Bilbao su nuevo disco Get Up.3

El sonido es muy bueno y la gente está encantada de la vida… incluidos los que están más pendientes de captar todo con el puto iphone que de disfrutar del concierto. Se acabaron los tiempos de esquivar cabezas para ver bien el escenario amigos, ahora un puto mar de pantallas táctiles dificulta la tarea de ver si Adams coge la Strato o prefiere una Gretsch para atacar la siguiente canción.

Partes infumables también hubo. La jodida canción con aquella torda que llevaba chándal en un grupo prefabricado de adolescentes sin título de ESO, «You Belong To Me«, «Let´s Make A Night To Remember«, «I´ll Always Be Right There» o la especialmente nefasta «Have You Ever Really Loved A Woman?«, que por supuesto provocó algarabía general. Pero le perdonamos mientras intercale enmedio «Somebody» o «Cuts Like a Knive«, aunque fue triste que no apareciese ninguna canción de «Into The Fire» -un «Only The Strong Survive» o un «Heat Of The Night» por ejemplo-. Terminaron la parte principal con «18 Till I Die» y «The Only Thing That Looks Good On Me Is You«, antes de retirarse brevemente y abrir los bises con la reciente «Brand New Day» y la habitual cover de «C´mon Everybody» de Eddie Cochran, mientras las pantallas ofrecían imágenes de la gente de las primeras filas.

La banda se retira definitivamente y Bryan se queda solo para cerrar como suele ser habitual. Aquella noche del 88 una sentida interpretación de «Into The Fire» fue la elegida, mientras que ahora toca «She Knows Me» -ni fu ni fa-, una notable «Straight From The Heart» cantada casi más por el público, y el cierre con «All For Love» y el pabellón iluminado por miles de teléfonos móviles. Los bises son mejorables, en mi opinión, pero lo mejor es ver lo sobrado que se encuentra Adams solo con una acústica en un escenario tan grande, y sobre todo, que treinta años después sigue manejando audiencias masivas como si fuesen alfeñiques. Prueba superada para los 80´s die hard fans como yo. Voy a pinchar «You Want It, You Got It» una vez más. A cuidarse.

Texto de J. M. Martínez. Fotos: Koldo Orue. (sitio web de Koldo Orue)

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