Cracker tuvo el suficiente poder de convocatoria para abarrotar el 1 de Diciembre la madrileña sala El Sol dentro de una extensa gira por nuestro país motivo de la presentación de su último trabajo «Berkeley To Bakersfield». Juana Fernández despertó el interés entre los asistentes en lo que fue la apertura de la velada presentando su primer trabajo «Golden Hearts» junto a una gran banda. Actitud y ganas no le faltan a esta cantante y compositora que cabalga en el amplio terrenal de la música americana apostando en este último trabajo por composiciones propias influenciada por sus referentes musicales. La espera de Cracker no se hizo larga, sino todo lo contrario, la gran actuación de Juana Fernández triunfó por méritos propios y de la banda que intensifica musicalidad a la voz de esta gran cantante, revelando un satisfactorio resultado que ha muchos nos sorprendió.
Con la sala ha reventar les tocaba el turno a los que este verano en el Azkena Rock Festival demostraron que su actuación no fue moco de pavo, engrandeciendo el nombre de Cracker gracias al carisma y empeño de los únicos miembros originales, David Lowery y Johnny Hickman. Una posible prueba de fuego a la que se sometieron en Vitoria y viendo el buen funcionamiento del binomio grupo-público, la mejor manera de disfrutar de Cracker es en salas de medio aforo. De esta forma la banda norteamericana supo exteriorizar un repertorio fundamentado en su último trabajo y rescatando clásicos de su amplia carrera.
La banda no pudo sonar mejor, chapó. Su peculiar forma de aplicar la mezcla de sonidos country, punk, psicodelia…. se enfatizan una vez más bajo los soberbios solos de guitarra del magistral Johnny Hickman, pura canela en rama para los oídos, sin olvidar todos los recursos instrumentales que la música americana proporciona como la Pedal Steel o la armónica aportando ímpetu, elegancia y suspicacia musical a la hora de seducir a un público, que desde los primeros temas se rindieron a los pies de esta gran formación. Cracker apechugaron con gran dignidad alrededor de dos horas de concierto, mostrando su mejor forma de discernir su peculiar y eficaz procedimiento de hacer frente cada noche encima de un escenario. Sin dudarlo… nos descubrimos ante Cracker.
Texto: Angel Manuel Hernández Montes
Fotografías: Jorge Taus Gómez
