Chris Robinson Brotherhood en una grandiosa noche madrileña el pasado 10 de marzo con atmósfera de cita importante, Chris Robinson, Neal Casal, Adam MacDougall, Mark Dutton y Tony Leone justificaron en su segundo concierto de la gira española su estatus de banda muy grande y de actual referencia del Rock envolvente y colorido plasmados en dos partes con fuego abrasador en sus tonadas durante tres horas.
Durante esa noche, durante esas tres horas que estuvimos junto a Chris Robinson Brotherhood, todos esos temas se convirtieron en una sola canción, como una novela, una película que contenían muchas historias y personajes y escenarios diferentes, extraídos de los propios álbumes de la banda californiana, Delaney Bramlett y Mac Davis, Bob Dylan, Hoyt Axon, Hank Ballard and the Midnighters, Slim Harpo o Johnny Russel conectados entre sí por ser parte de esta práctica secuencial, en la gran mayoría de las veces no ejecutando los acordes identificables de cada uno de sus temas como hacían Grateful Dead o hace Bob Dylan, files a la tradición de estos grandes artistas y bandas, sobre la atención sobre las formas conceptuales en la que su obra se percibe y se presenta.
El incienso colocado junto al conejo de Alicia en el País de las Maravillas tras los teclados de Adam MacDougall teclista de The Black Crowes desde 2007 y músico de sesión para otras bandas, hicieron presagiar en tiempos de extrañas y contrapuestas mezclas, ese camino fuera de la ortodoxia familiar, esa senda por la que discurriría la música de Chris Robinson Brotherhood, ahora sin el LSD, pero sí con la experimentación y todos esos trucos con instrumentaciones libres cabalgando sobre el blues, rock´n´roll, country, jazz y psicodelia.
Chris Robinson como guía espiritual de la banda junto a su inseparable Neal Casal, genial compositor, músico de sesión y guitarrista de Ryan Adams, componente de Hard Working Americans junto a Todd Snider y autor de 10 álbumes en solitario, su último el fenomenal Sweeten the Distance (2011), comenzaron la noche con algo de agua desde San Francisco con el Hello L.A., Bye Bye Birmingham de Delaney Bramlett y que popularizaran Blue Cheer por parte de esta banda que por sí sola son la quintaesencia del género, la banda en la que todos piensan cuando se habla del popular jamming, como fueron los Grateful Dead, Country Joe and the Fish, New Riders of the Purple Sage, Little Feat o ahora My Morning Jacket.
Chris Robinson Brotherhood saciaron sin duda el apetito más exigente en Madrid, repertorio admirable y una banda absolutamente arrolladora con una base rítmica musculosa formada por que ha participado en discos y giras de Phil Lesh (Grateful Dead), Shooter Jennings, Bruce Springsteen, The Allman Bros Band o Lou Donaldson., más la finura en las manos del bajo de Mark Dutton bajista en los inicios de Marc Ford en Burning Tree, productor y diseñador, que acaba de anunciar que deja la banda y el dominio en las teclas de Adam MacDougall teclista de The Black Crowes y unas guitarras metralletas a cargo de Neal Casal y el propio Chris Robinson, guitarras que hablaban y disparaban, nos perturbaban, conducían, subían y arrastraban con sus guitarras. Una banda y un concierto absolutamente de lujo.
Las tres horas de concierto de Chris Robinson Brotherhood en Madrid discurrieron a través de esa metamorfosis psicodélica, enriquecida con Country y Blues, como si escuchásemos el «American Beauty» de los Grateful Dead, sonido envolvente hacia un blues mutante, tanto rústico y sutil. Funcionando siempre como una naturaleza unicelular, como una entidad homogénea siempre en progresión, como pudimos ver en las dos partes del concierto
Ahora como en aquellos sesentas, tiempos de extrañas y contrapuestas mezclas, Vietnam ardía en napalm, éxodo Sirio, intensos movimientos sociales, disturbios en las calles, ahora más que nunca necesitamos a hippies enarbolando las flores brotadas de la psicodelia de la banda de un sargento, menos helicópteros y aviones de combate y más canciones como las de Chris Robinson Brotherhood como Shore Power o Star or Stone bullendo en un lumínico muro de sonido, como hacían los deadheads.
Los cinco jinetes nunca soltaron sus caballos, siempre delicados sacudieron al personal con una andanada de rock, meditación y experimentación, una especie de Alicia en el País de las Maravillas o puzzle en la comunidad espiritual de los Hare Krishna persiguiendo su particular conejo blanco hasta su madriguera, todo se convirtió finalmente en poco menos que un friend of the devil.
Repertorio de Chris Robinson Brotherhood el 10 de abril de 2016 en la Sala But de Madrid.
Parte 1:
- Hello L.A., Bye Bye Birmingham (Delaney Bramlett y Mac Davis)
- Tomorrow Blues (Big Moon Ritual)
- Roan County Banjo
- Reflections on a Broken Mirror
- She Belongs to me (Bob Dylan)
- Meanwhile in the Gods
- Like a Tumbleweed in Eden (Chris Robinson & The New Earth Mud)
- Never Been to Spain (Hoyt Axon)
Parte 2:
- Let’s Go, Let’s Go, Let’s Go (Hank Ballard and the Midnighters) (The Magic Door)
- Ain’t It Hard But Fair
- Shore Power
- Star or Stone
- The music’s hot (Slim Harpo)
- Vibration & Light Suite (Betty’s Blend Volume Two)
- Ride (Chris Robinson & The New Earth Mud)
- Got Love if you want it (Slim Harpo)
- Catfish John (bises: Johnny Russel)
Texto por Ángel Manuel Hernández Montes y Carlos Pérez Báez.
Fotos de Gemma Fernández, Jorge T. Gómez, Ángel M. Hernández Montes y Carlos Pérez Báez.
Vídeos por Carlos Pérez Báez.
