El rock de raíces americano o heartland rock y el soul blanco o blue eyed soul no forman parte de ningún movimiento sino que son todo un género en sí mismo, su discurrir paralelo está plagado de guiños en ambas direcciones y cuenta con décadas de historia, y es que los cantantes de soul blanco nunca han sido tan puristas como los negros de la Stax o la Motown y no han escondido su querencia por la música de raíces, así como los músicos de raíces siempre han mostrado en mayor o menor media su amor por este tipo de soul, ahí están de un lado Joe Cocker, Graham Parker, Frankie Miller, Rod Stewart, Bobby Charles, Mitch Ryder, Steve Winwood, los Young Rascals, Eric Burdon o Van Morrison y de otro la Creedence, la Allman Brothers, la J. Geils, Bob Seger o Bruce Springsteen, todo esto por citar algunos de los nombres más ilustres y clásicos, pero la lista podría ser interminable.
Esto viene al caso porque considero a Will Hoge en la actualidad a un artista que condensa a partes iguales la esencia de los dos estilos, y mi devoción por él proviene de mi pasión hacia esa manera de entender el pop y el rock.
Las canciones desnudas que Will interpretó en el Loco Club manan de la fuente, sus composiciones podían arrancar de un sentimiento clasicista escuela Dylan al que él va imprimiendo su marcado acento sureño, el que va de los Lynyrd Skynyrd a los Black Crowes y terminar arropadas por el alma, mucho alma el que brota de una voz prodigiosa que hizo el silencio en la sala en varias ocasiones, no le hizo falta pedirlo, lo ganó.
Me atrevería a decir que igual que nosotros Will hechó en falta a su banda, varias veces en los momentos más intensos y eléctricos miró espontáneamente hacia atrás, y ahí tiró de arresto, le sobró valor y determinación para culminar una noche en la que su banda sólo contó con un miembro, él.
Will ejecutó un repertorio muy completo, rozó las dos horas de actuación y nos regaló un bis inesperado y un momento mágico subido a la barra del Loco y aún así se dejó en el tintero algunas piezas sublimes de su cancionero, cómo la muy autobiográfica A different man, uno de los hits más grandes del blue eyed soul hechos nunca, se sintió a gusto, muy agradecido y prometió volver, te esperamos Will y a la próxima no te escapas.
Fotos por Iñaki Serpico.
