Aunque en Dirty Rock podéis disfrutar de las crónicas generales narrando cómo se desarrollaron los dos días del festival vitoriano en esta edición, hemos decidido también hacer una crónica independiente sobre dos de los conciertos que vimos en Mendizabala durante esas intensas jornadas. Cuando varios redactores aportan diferentes puntos de vista el resultado no puede ser más que enriquecedor para los que nos leéis. En mi caso, voy a ser uno de los pocos en defender la propuesta de Evil Elvis en la noche gasteiztarra, y uno de los muchos en alabar la solidez de la gótica banda británica.
El de Danzig fue sin duda el concierto más controvertido del festival. Uno puede entender la polémica una vez vista la actuación, pero es que la cosa ya estaba disparada desde antes, utilizando algunos argumentos no demasiado musicales desde mi punto de vista: “Está gordo”, “Está calvo”, “Es un gilipollas” o “Es vergonzoso que una banda de heavy metal de tercera actúe en horario de cabeza de cartel”. Parece evidente que mucha de esta gente no vivió como yo el insuperable período 1988-1994 de esta banda, cuando con una tetralogía de elepés monumental, con una discográfica como Def Jam y un productor como Rick Rubin detrás, y un lineup –John Christ, Eerie Von y Chuck Biscuits– increíble, para algunos de nosotros ésta era la mejor banda de hard rock sobre la tierra… ¿Heavy metal de tercera?… sí, claro… Por eso Glenn aparecía cantando “You & Me” con una orquesta en la banda sonora de la peli “Less Than Zero”, codeándose con colosos como Roy Orbison, Joan Jett, The Bangles, Slayer o Public Enemy -por cierto, ¿qué leches habrá sido de Andrew McCarthy?-, y por eso escribió “Thirteen” para el “American Recordings” de Johnny Cash. Porque era un heavymetalero de cuarta categoría.
De hecho, para mí ya fue un éxito que Glenn pisase las tablas del escenario Bowie en Vitoria. Mientras estaba plantado allí, cinco minutos antes del show, todavía no las tenía todas conmigo. Durante los últimos años, este hombre ha cancelado actuaciones instantes antes de empezar, ha arremetido contra gente de las primeras filas por grabar en vídeo la actuación, se ha dado de hostias en el backstage, ha quitado cámaras a los fotógrafos del foso o se ha cagado en las muelas del técnico de la mesa de sonido de turno antes de arremeter contra los speakers del escenario… Un tipo simpático devorado por su personaje, el tito Glenn Allen Anzalone. En el Azkena Rock, los chicos de prensa no pudieron acceder a hacer fotografías durante su set, y aunque uno comprende su cabreo, si llegan a estar allí igual la cosa se hubiese puesto más peliaguda que en el affair St. Louis/Guns´n´roses.
Puede resultar difícil de defender lo que vimos allí, pero lo voy a intentar. Yo lo calificaría como un desastre maravilloso. El sonido empezó muy mal, luego estuvo fatal y en la parte final fue malo pero soportable. Glenn con una actitud y una mala leche cojonudas. Se daba golpes en el pecho con el micro y estaba más por la labor de berrear que la de cantar, agitando la cabeza y moviéndose con intensidad durante el inicio del show, cuando ese metal sin ningún contenido en el que se ha volcado desde que despidió a su banda original hizo acto de presencia: “Skin Carver”, “Hammer Of The Gods”, “Black Hell”… Sus compañeros desde hace años –Johnny Kelly de Type O Negative, su colega Steve Zing desde los tiempos de Misfits/Samhain y el gran Tommy Victor de Prong– simplemente no encajan para los temas clásicos en vivo. Recuerdo a Glenn en el homevideo VHS que Danzig editaron en la época de su primer disco alabando las virtudes de la guitarra Les Paul, diciendo que era la mejor para el sonido que pretendía conseguir con su grupo. Desgraciadamente eso hace mucho tiempo que quedó atrás. Los riffs pesados y envolventes de Christ han dejado paso a un sonido metálico muy afilado y abusante de los armónicos. Si antes del concierto albergaba alguna posibilidad de ver a Victor sentado al borde del escenario esgrimiendo una acústica en “Blood And Tears”, se esfumaron casi inmediatamente. Una pena.
A pesar de todo esto, por lo demencial que resultaba todo y observando la desbandada que se produjo entre el público, cuando aparecieron las canciones que todos esperábamos escuchar ya no me pude quitar la sonrisa de la cara: “Until You Call On The Dark”, “Am I Demon”, “Her Black Wings” o la sensacional “How The Gods Kill” -quizás el único tema del concierto donde se respiró el aroma genuino que tenía este grupo en sus años dorados. Mi momento favorito del show sin duda-. El concierto pudo ser decepcionante por varios motivos (la voz de Glenn, el tempo absolutamente cambiado de las canciones,etc), así que lo mejor fue disfrutar de lo que se pudo y ya está. Yo lo hice, aunque obviamente ayuda mucho tener grabados a fuego en el escroto los cuatro primeros discos clásicos de Danzig.
La versión de “N. I. B.” de Black Sabbath estuvo bien… con “Her Black Wings” y “Brand New God” ya no ví caras de cabreo a mi alrededor sino todo lo contrario… y con “Twist Of Cain” y “Mother” algunos ya empezamos a perder definitivamente los papeles. Gran final de show en el que parece que hasta Glenn está cómodo… ¿Sonido infame?… Si. ¿Voz justa?… no sé yo. Yo vi una potencia de alarido enorme, pero no muy enfocada en intentar cantar bien, aunque a mi esos himnos y esa actitud sí me parecieron enormes. La banda se retira y no puedo creer que no hayan tocado nada más de “Lucifuge”… What the fuck? Ese disco es apabullante y para mí el mejor de su carrera sin duda. Nadie esperaba un “I´m The One”, pero joder, un “Tired Of Being Alive”, un “Snakes Of Christ” o un “Devil´s Plaything” si. Afortunadamente tocaron “Long Way Back From Hell”, y sólo por esa canción ya mereció la pena todo el concierto. Gracias al Azkena por apostar con un artista tan inestable como este. Ver a este grupo en su época dorada tuvo que ser la puta hostia. El día que Glenn decidió volcarse en el rock industrial, despedir a sus músicos y empezar a producir sus discos cometió el mayor error de su vida. Y me apuesto lo que queráis a que él lo sabe también.
En la jornada del sábado, mientras esperaba a ver a The Who, no me atraía nada ver a 091, así que aposté por los británicos Fields Of Nephilim. Una banda que no conocía de nada, que no había escuchado en mi vida, y de la que la única referencia que tenía era que me dijeron que habían hecho rock gótico en la década de los 80 antes de reunificarse hace pocos años, sólo con su cantante original Carl McCoy. No me interesa el rollo gótico, creo que lo más semejante a eso que tengo en la discografía de mi casa son los Southern Death Cult -que en mi opinión eran muy poquita cosa comparado con lo que se convertirían después Astbury & co.-, y el “Vision Thing” de Sisters Of Mercy, pero por lo que a mí respecta ese es un disco de heavy metal. Pues amigos, acerté de pleno. Los Nephilim dieron un concierto ACOJONANTE, así en mayúsculas. Se plantaron en el escenario sin decir una palabra, sin moverse un pie de su sitio, salvo los lentos paseos de su cantante por el borde del escenario, y durante algo más de una hora nos agarraron por el cuello con unos temas que resultaron abrasivos, hirientes, melódicos y absolutamente fascinantes. No me preguntéis qué canciones tocaron ni a qué álbumes pertenecían, porque a veces eso no importa, la música te agarra por partes del cuerpo que no tienen que ver con los oídos, y el otro día fue una de esas veces. El hecho de que no mucha gente se acercase a verles me permitió aproximarme con facilidad hasta las primeras filas durante el show. Sonaron de puta madre, el guitarra solista se salió con un sonido muy duro – claro, tocaba una Les Paul -, el resto de la banda estuvo a la altura, y con su look de vaqueros vestidos de cuero y la oscuridad reinante en escena aquello parecía más una banda de vampiros amenizando una fiesta para los protagonistas de la película “El Ansia” de Ridley Scott que un concierto en un festival. Curiosamente estábamos en el escenario en recuerdo de David Bowie, protagonista de aquel gran film junto a Susan Sarandon. Gran banda, con un magnetismo escénico tremendamente atrayente. Los Cult de “Love”, los Sisters of Mercy de “Vision Thing” y estos harían un triple cartel de la leche. En mi opinión, junto al hipohuracanado show de Refused, lo más sorprendente del festi tras los Who. A cuidarse.
Texto de J.M. Martínez y fotos por Koldo Orue.
Sitio Web de Koldo Orue https://www.koldoorue.com/
Fotos en el artículo de Fields Of Nephilim. Danzig no permitió hacer fotos a los fotógrafos acreditados al festival.
Si quieres leer la crónica de la primera jornada del Azkena Rock Festival del día 17 de junio de 2016, clica en éste párrafo.
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