Desertfest en el barrio londinense de Camden Town celebró su quinta edición en tres jornadas desde el 29 de abril al 1 de mayo, tercera y ultima crónica de la jornada de domingo, locura de auténtico stoner, doom, psych o sludge.
Último amanecer en Camden, el cansancio y la falta de sueño iban haciendo mella en nuestros cuerpos, pero lejos de aletargarnos, madrugamos más que el resto de jornadas pues hoy es un día importante, ávidos aún entendiendo que se acerca el fin. Desayuno inglés tradicional en la primera ingesta del día, adaptándonos al medio, a diferencia de los dos primeros días, el estreno de la sala Koko como novedad, Monolord, Elder, Trouble y Electric Wizard son los elegidos.
Viendo el cartel no tenemos otra opción que pasar la velada por completo ahí adentro, tan solo con tiempo para un concierto previo en la sala Underworld, decididos nos dirigimos al «Inframundo», sobre las 14:15 saltan cinco chavales a escena, se trata de OHHMS, previamenteabían estado colocando en la tarima sus «juguetes», nos ofrecieron un buen show sin dejar nada al azar, que gratificante es cuando vas a ver una banda desconocida y te mola, sales doblemente satisfecho, OHHMS son una formación local que proviene de Kent, sinceramente he de decir que nos gustó muchísimo, tanto en ejecución, sonido y algo muy importante el descaro y las tablas que tenían sobre el escenario, más propias de un grupo veterano, derrochan personalidad, originalidad y seguridad facturando un metal progresivo fresco con sludge y psicodelia e influencias post-metal, cuentan con dos álbumes en su haber el primero publicado en octubre de 2014 lleva por título «Bloom», el cual sólo contiene dos temas, «Bad Seeds» y «Rise Of The Hervibore», de 18 y 14 minutos de duración respectivamente, el segundo vió la luz en junio de 2015, bajo el nombre de «Cold», del que podemos destacar «The Anchor» y «Dawn Of The Swarm» una mención especial hacia las portadas de sus discos, que como buen amante del diseño, no me han dejado indiferente… geniales, con 45 minutos de concierto fueron suficientes para demostrar que es un quinteto a seguir a partir de ahora, su nombre quedaría bien registrado en nuestras cabezas.
El reloj marca las 15:00 , y a las 16:15 tenemos cita con Monolord en Koko y afortunadament tenemos tiempo de sobra para ésta vez sí, sentarnos a comer tranquilamente, una vez hecho el repostaje, paseamos calle abajo hacia nuestro destino, el sol nos acompaña, y la multitud también, vislumbramos el nuevo recinto, una espectacular fachada con más de 100 años de historia nos contempla,un lugar emblemático que ha albergado maravillosos momentos para el recuerdo con numerosos conciertos, actuaciones y filmes, con capacidad para 1.410 personas, comenzó siendo un teatro y a los pocos años incluirían películas en su programación, sobrevivió a la segunda guerra mundial, convirtiéndose en teatro de la BBC Radio en 1945 y en 1972 pasó a ser declarado monumento clasificado, en 2004 el edificio diseñado por el arquitecto W.G.R Sprague pasa a ser propiedad de la compañía Mint Entertainment, conocedores de su potencial, se embarcan en un costoso proceso de remodelación y reapertura para transformar la sala en la que hoy conocemos, preparada con nuevo equipamiento para conciertos, producciones etc… desde entonces, artistas de talla mundial han escogido éste recinto para presentar sus trabajos, organizar fiestas y diferentes tipos de eventos.Una vez dentro, la vista se nos dispara hacia todos los lados, contemplando su distribución, claramente tipo teatro, varios anillos y un color rojo intenso en sus paredes combinados con escasa iluminación, hacen un cóctel perfecto para que los sentidos estén alerta, la música hace el resto…Comienza Monolord a la hora prevista, el devenir de la tarde queda al descubierto con la primera descarga de riffs pesados y repetitivos, sin demasiadas florituras técnicas o solos, junto a una voz efecto monolítica que por momentos invita al trance, dos rasgos muy característicos de éste género, dejando claras sus influencias. de auténtico doom clásico a cargo de ésta formación sueca con Thomas Jäger al micro y mandando en las seis cuerdas, Mikka Häkki al bajo y Esben Willems a los tambores en una carrera meteórica la de éste trío, comenzaron su andadura en 2013 y ya se postulan como banda importante en los futuros carteles, el Desertfest de éste año, lo confirma en Marzo de 2014 publican su primer trabajo, «Empress Rising», un álbum de 5 temas, largos eso sí, de más de 7 minutos cada uno, conformando una tormenta eléctrica musical de 46 minutos en toda una declaración de intenciones, su segundo disco, «Vaenir» sale en Abril de 2015, convirtiendo a la promesa en realidad con la misma metodología, seis canciones de larga duración excepto en «The Cosmic Silence» un tema de 2:41 con aires Planet Caravan, en algún momento su música puede resultar aburrida, incluso fácil, pero no olvidemos que es difícil dar con la tecla y hacer valer eso de que en la simpleza está el éxito.
Set list: 1. Icon 2. We Will Burn 3. Died A Million Times 4. Lords (Nueva) 5. Cursing The One 6. Empress Rising.
45 minutos nos separan de Elder, la sala comienza a coger temperatura y el cuerómetro gana enteros, los parroquianos tenemos muchas ganas de ver a éstos tres y es que hablar de Elder es hablar de buen gusto y de artesanía musical, hacedores de pasajes sonoros de una increíble plasticidad que cuentan historias dentro de una misma canción a medida que pasan los minutos y ésta se desarrolla, moldeándolas a su antojo con dulces melodías y arpegios, cambios de ritmo, áridos solos, armónicos imposibles y poderosos y elegantes riffs todo ello aderezado con gotas de la mejor psicodelia, la fuerza magnética del doom y como no, el poder del desierto, creando un híbrido perfecto. Provienen de Boston, y sus influencias las podemos encontrar en grupos como Colour Haze, Black Sabbath o Dungen, la banda está compuesta por Nick DiSalvo (guitarra y voz), Matt Couto (batería), y Jack Donovan (bajo), tres tipos jóvenes de una inteligencia y ejecución musical brutal, donde la compenetración y el detalle brillan en cada nota y composición, personalmente creo que estamos ante uno de los guitarristas totales del momento pues el dominio que posée Nick del instrumento es de admirar, armado con su SG hace de rítmico, solista y vocalista, entre él y Jack hacen que no eches de menos un cuarto elemento, y es que hay que ser muy bueno a las cuatro cuerdas para eso, y que el nivel de la banda no decaiga, Matt se encarga de que nadie pierda su sitio llevando la batuta desde atrás.Desde 2006 han publicado tres álbumes, además de dar a conocer varias demos y Ep’s, pero es ahora, y sobre todo con la salida al mercado de su último redondo»Lore» en 2015, cuando han alcanzado un mayor auge e importancia, han trabajado con varios sellos como Stickman Records, MeteorCity Records o Burning World Records, lanzando con éste último un directo de su actuación en el festival holandés Roadburn de 2013. Su set list para ésta ocasión no tiene desperdicio, abren con «Compendium» y seguidamente «Lore», dos pepinazos progresivos stoner rock de su último trabajo, donde la voz de Nick, acompañado del acorde preciso, desengrana los temas a la entrada de las primeras estrofas líricas como si de la apertura de los pétalos de una flor se tratara, mostrando toda su esencia , el público disfruta totalmente entregado ante ésta demostración de energía y buenas vibraciones, la verdad que lo ponen fácil, ya que lo dan todo, su tercer tema es una nueva producción de la cual aún no conocemos su título, pero cumple a la perfección con el nivel de lo anteriormente reproducido, continúan con «Dead Roots Stirring», «Gemini» y «The End», las tres de su segundo disco «Dead Roots Stirring» editado en 2011, en definitiva, un número sobresaliente para engordar nuestro currículum y seguir recopilando sensaciones positivas de cara a la recta final, como consejo, os diré que si alguna vez os encontráis con Elder en vuestro cartel, no los dejéis escapar, es otra de esas perlitas que vuestra mente, cuerpo y alma agradecerán.
La tarde avanzaba sin remedio y en el ecuador de la misma tenemos a Trouble, un cambio de tercio, dejando un poco de lado los sonidos más oscuros y acercándonos al heavy metal clásico, es más fué todo un acierto por parte de la organizacón colocar a Trouble en ésta posición, sentó como un refresco.Los de Illinois no han tenido un camino fácil, siempre moviéndose en segundo plano tras la sombra de bandas de la época como Saint Vitus, Candlemass o Pentagram, su carrera comenzaba allá por 1979 y a mediados de los 80, concretamente en 1984 lanzarían su primer plástico, el maravilloso «Psalm9», muchos años y miembros han pasado desde entonces por ésta influyente banda, la cual ha adquirido un mayor protagonismo en ésta última época con el resurgir del género y la creciente oleada de nuevas bandas.Formación estable con un Kyle Thomas rejuvenecido de garganta, los incombustibles Rick Wartell & Bruce Franklin a las guitarras, el gran Marko Lira a la batería junto con Rob Hultz a las cuatro cuerdas, lo cierto es que no éramos conscientes de lo que íbamos a presenciar, quién nos iba a decir a mi camarada y a mí que sería una de las mejores actuaciones del festival, aunque habíamos asistido a unas cuantas y todas de gran calidad, para nosotros si tuviéramos que elegir una, sería ésta, sencillamente épica.Un show de 11 temas cargado de clásicos tales como «The Tempter», «The Skull», «When The Sky Comes Down», «At The End Of My Daze» o «The Wolf»,con una impresionante cover del «Supernaut» de Black Sabbath, una bofetada metálica desde el segundo uno recorría nuestros cuerpos sin piedad a medida que descargaban su potente directo, mezcla de tiempos lentos pero con increíble dinamismo, Kyle hace estragos con su poderío vocal, la pegada de bombo y caja de Marko sincronizados con los dedos de Rob al bajo influían en nuestro ritmo cardíaco mientras Rick & Bruce nos deleitaban con unas guitarras gemelas a caballo entre los más salvajes Judas Priest y los más dulces Wishbone Ash, después de una hora de concierto en la que Trouble reventó Koko, puso en pié a todo el respetable marchandose en medio de una cariñosa ovación, la banda ha ocupado el lugar que le corresponde, y han vuelto para quedarse.El destino nos tenía preparada otra sorpresa, cuando de regreso a casa coincidimos con la banda en el aeropuerto de Gatwick, un encuentro fortuíto en el que hubo tiempo de cambiar impresiones y hacernos una buena instantánea para el recuerdo.
Después de tres conciertos toca la espera más ansiosa, un nuevo giro de timón para encarar la recta final en la que cada cual lo lleva como puede, unos salen fuera a coger aire, otros piden birra y algunos comen dátiles a modo de merienda para reponer energía. Electric Wizard es el último pase de la tarde, el cabeza de cartel con el correspondiente lleno de la sala, uno de los reclamos por el cual nos decidimos a emigrar a tierras británicas éste año.Está claro que el cuarteto inglés liderado por Jus Oborn está en la pomada, copando la cima de los carteles allá donde van, el «olor a azufre» comienza a percibirse en el ambiente, la iluminación se torna oscura y violenta… el diablo está cerca.Un proyector detrás de la batería de Simon Poole comienza a emitir las apocalípticas imágenes del comienzo del fin y seguidamente escuchamos los primeros acordes de «I, The Witchfinder», incluído en el disco «Dopethrone» editado en el 2000, un pesadísimo y lento riff unido al efecto vocal de Mr. Oborn suenan como si nos recitaran un hechizo de otro tiempo,seguidamente el maléfico groove de «Dunwich» nos hace mover la cabeza, un temazo del álbum «Witchcult Today» del año 2007 y sin descanso «The Chosen Few» y «Lucifer`s Slaves». Las diapositivas de sexo, drogas y rock & roll son la tónica a seguir en la pantalla, y teniendo a una guitarrista de la planta y estilo como Liz Buckingham, dá morbo cuanto menos, pareja de Jus Osborn por cierto, se ha hecho con una plaza fija en la banda desde 2003, cambiando la formación a cuarteto, «Satanic Rites Of Drugula» es la siguiente en aporrear nuestras mentes, enganchando con «Dopethrone», otro buen clásico con un agradecido solo entre medias, segundo tema que tocaban de ese disco, por esa época en el 2010 ya despuntaban, pero fué con su segundo LP, «Come My Fanatics…» en el año 2007, donde verdaremente se situaron en el mapa, LP del cual rescataron «Return Trip», para mí uno de los momentazos de la noche, una composición sencilla, efectiva e incisiva que hizo tronar los cimientos del lugar, aún quedaba algo más de la era 2010, el elegido para cerrar, «Funeralopolis», con uno de los ritmos más reconocidos de la banda y esos golpes de caja a destiempo tan sabrosos, avanza la instrumental y a los 3 minutos la irrupción de la melodía vocal de Oborn y el cambio de riff producen una dicotomía cerebral al personal, no sin antes hacer el llamamiento a los fieles con «Black Masses», afortunadamente todos los fanáticos caminamos hacia la salida con la cabeza sobre nuestros hombros, en lo que sería la guinda de éste festival, merece un apartado aparte una valoración personal de lo allí vivido, que englobe la experiencia no sólo musical, sino humana, cultural, social y política.
Para mí ha sido un auténtico placer desplazarme hasta Camden para transmitirte a tí, querido lector, toda la información, sentimientos y energía emanadas en éstos tres días de festejo a modo de crónicas y fotografías, espero que hayáis disfrutando con las historias del mismo modo que he disfrutado yo escribiéndolas y recuerda que sólo lo podrás leer aquí, en Dirty Rock.
Texto y fotos por Adal García.