+ Q Rock Fest celebró su quinta edición el pasado 11 de junio con un cartel de autentico lujo, los alemanes Rage y Ktulu desde Barcelona, además de otras siete bandas canarias.
Estuvimos en la quinta edición del + Q Rock Fest en Los Realejos, Tenerife, festival anual de metal organizado por el colectivo El Guetto donde año tras año July y su equipo se superan con esfuerzo titánico para brindarnos actuaciones de calidad, muchas noches sin dormir y preocupaciones son la tónica general para quienes se enrolan en este barco aunque la gratificación que se obtiene al final merece la pena, la maquinaria lejos de pararse, sigue en marcha preparando una nueva edición.
Obviamente hay muchos puntos a mejorar, algunos por parte de la organización, como bien dice el comunicado emitido por la propia organización en las redes sociales, formalismos burocráticos, papeleos, permisos etc.. Sin mencionar los contratiempos que surgen sobre la marcha, como el que nos propinó nuestro querido chófer del bus, dejándonos tirados. A destacar el despliegue técnico en cuanto a sonido se refiere, que empezó titubeante pero con el paso de las bandas mejoró notablemente, la construcción de un gran trust y un escenario en el que las bandas se encontraron cómodas dando rienda suelta a sus movimientos, la iluminación adquiría más protagonismo una vez instaló la noche, haciendo los espectáculos más vistosos, un amplio pasillo a modo de foso nos facilitó hacer nuestro trabajo. precios populares y bebidas de calidad, algo más flojo en cuanto a comida, bocadillos como única fuente de alimento.
En lo que a las bandas se refiere, para este 2016, contamos con un gran elenco de músicos autóctonos: Doctor Yao, Boom Peyote, Disoomnia, Alea Jacta, Neomaniac y Esclavitud como locales junto a Heather Brooke desde Gran Canaria y como plato fuerte los barceloneses Ktulu.
Los «alemanes» Rage conforman la guinda de éste cartel de lujo, renovada en lo que a sus integrantes se refiere pero no en su sonido, power metal de antaño, como así nos demostraron en su último disco «The devil strikes again» publicado éste mismo año, desde 2105, Peavy Wagner ha mantenido una formación estable con Vassilios «Lucky» Maniatopoulos a la batería y Marcos Rodríguez a la guitarra, venezolano de nacimiento pero muy conocido y querido en tierras tinerfeñas, sobre las 16:00 estaba previsto que comenzara el primer concierto, retrasos de última hora unido a un publico escaso hicieron que la descarga de Doctor Yao se produjera cerca de una hora más tarde, mientras Rage terminaba de ajustar su sonido. Me detengo en éste punto ya que me gustaría destacar el tema de la asistencia, de todos es sabido que nos cuesta llegar a la hora a los eventos, bien sea porque las primeras bandas no son de nuestro agrado o porque sòlo queremos ver al cabeza de cartel, y ésta es bajo mi punto de vista la cuestión que tenemos que corregir en nuestra actitud ya que hemos pagado una entrada, sería bueno animarnos a disfrutar desde el minuto uno, así conseguiremos un enriquecimiento global, que se sigan organizando éste tipo de fiestas y que los amantes del Rock en general sigamos disfrutando, eso sí ni un pero para todos y cada uno de los allí presentes, tanto los que estuvieron de inicio como los que se iban uniendo, no pararon de animar.
A medida que avanzaba la tarde, después del show de Doctor Yao, un trío con buenos ritmos que supo animar a los presentes ponían la primera piedra de una intensa jornada, siempre es difícil el papel de abrir un festival, pero ellos cumplieron a la perfección sin amilanarse y demostrando actitud y ganas, con un EP ya circulando e inmersos en la grabación de nuevo material, prometen dar guerra.
Los grancanarios Heather Brooke recogen el testigo y continúan con una buena dosis de metal, éstos enmascarados de camisa negra abotonada te trasladan a otro mundo con su entramado de líneas progresivas, a nadie nos dejó indiferente, con una brutal proyección en los últimos años que les ha llevado a ganar el concurso Lala Core y protagonizar actuaciones que la mayoría de sus fans recordamos. gran aceptación del publico local, su primer EP fueron los temas elegidos para el set list en ésta ocasión.
Disfrutamos de el descaro y los ritmos pesados de Boom Peyote que cambiaron un poco el tercio, con esos tintes rap y hardcore, entraron como una bocanada de aire fresco, he de reconocer que éste cuarteto me sorprendió muchísimo, sonaron muy bien, de hecho una de las mejores bandas en cuanto a sonido, nos hicieron mover el cuello , sin duda una actuación muy destacada.
Disoomnia con su metal melódico se apoderaron de la tarima en siguiente lugar, toques de electrónica e influencias algo góticas proporcionan una bofetada sonora a los fieles que se amontonaban en la valla frente al escenario, con sorpresiva cover de «Stairway to Heaven» de Led Zeppelin incluída, éste quinteto parece que funcionan como si de un único ser se tratase, bien acoplados y con muchas horas de vuelo, el año pasado estrenaron disco y son fijos en los carteles isleños, contando con alguna que otra participación en península.
Los enérgicos Alea Jacta y su trash/metal core propinaron bofetadas sonoras a los cada vez más numeroso fieles que se amontonaban en la valla frente al escenario, formación ésta última por cierto con mucho reconocimiento, no es para menos ya que su andadura comenzó a mediados de los 90, varias demos y EP’s les avalan, han sufrido algunos cambios de componentes pero desde hace un par de años cuentan con formación estable, ritmos rápidos, riffs trabajados e incisivos tienen por bandera, escalofrios recorrían nuestra espina dorsal mientras la tarde caía.
A partir de éste momento comienzan a entrar en juego elementos que no habíamos podido disfrutar, importante y fundamental la iluminación sobre todo cuando tenemos en acción a una banda del estilo de Neomaniac, casi entrada la noche montan su fenomenal atrezzo, junto a una muy cuidada puesta en escena para ofrecernos un torbellino de metal industrial, moderno y rudo, una formación que aparte de música ofrece espectáculo, mucha interacción con los asistentes, pelotas hinchables por doquier, un dj, tambores gigantes, trajes y caretas varias o muñecas siniestras repartidas por el escenario son algunos de sus atractivos, lo que ellos denominan su «Circus Hell», «Fight Guanche» y sus primeros acordes hacen atronar el recinto, vista y oído se fusionan para no perder detalle de lo que sería un show brutal.
Con Esclavitud se abrió la ventana del heavy más clásico, celebrando su vigésimo aniversario en esto, formados en 1996, éste cuarteto proveniente de La Laguna fueron los siguientes en aporrear nuestras mentes, unos músicos como la copa de un pino, tuve la oportunidad de verlos en un Winds Of Rock y ser testigo de la calidad que atesoran, muchas horas de ensayo, grabación y unas tremendas tablas adquiridas durante todos éstos años, potentes riffs y estribillos melódicos con esa voz aguda que posee su cantante, tan característica del metal más «old school», hicieron las delicias de todos.
Rage, desgranó un set list trufado de éxitos para orgasmo de la parroquia, cachondeo cariñoso incluído hacia nuestro querido guitarrista Marcos a grito de «Chopito» «Chopito», el cual interpretaba los temas con una técnica impresionante, firmando una soberbia actuación, el trío sonaba cañón, después de arreglar algún problemilla técnico, mucha química en el ambiente con un Peavy Wagner muy implicado y cercano, verdarememnte se le ve feliz con sus nuevos compañeros de viaje, no ha sido fácil la trayectoria de éste grupo, numerosas idas y venidas de miembros durante todos estos años de carrera, cosa que no ha mermado la producción de nuevos temas y discos, contando con una amplia discografía, Mr. Wagner siempre consigue rearmarse y eso es algo a tener muy en cuenta en mi opinión, como recuerdo, a parte de ver a Rage por vez primera y en nuestros dominios, tengo una púa fantástica con la que el gran Marcos me obsequió, sobresaliente.
Por último, Ktulu saltaba al ruedo como una apisonadora, los de «El día de la bestia» no dejaron títere con cabeza si es que aún quedaba alguno, anunciando el Apocalipsis a base de buen trash, evolucionando con el tiempo hacia un metal más vanguardista dando paso a las nuevas tecnologías, pero sin perder de vista sus orígenes, algo tarde en cuanto a horario para ser sincero, lo que repercutió en el aforo, aunque no empañó un final de festival con la fuerza por bandera.
Desde Dirty Rock ponemos nuestro granito de arena con éste sentido reportaje, un placer para mí desplazarme desde la isla vecina para ofreceros mi punto de vista, teniendo la oportunidad de conocer gente nueva y maravillosa, pasar unas horas junto a viejos amigos y apoyar el panorama musical canario
Texto y fotos por Adal García
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