Miguel Rivera. El triunfo del “Percussive Guitar”. Teatro Luchana. Madrid, 26 de Junio de 2016.
Tuvimos la ocasión de presenciar en la capital un evento único en su genero. El concierto de Miguel Rivera presentación de su nuevo álbum “The Valley”. Miguel, natural de Zaragoza y no artificial como bromea él durante el concierto, es un genio del “percussive guitar”. Un género no muy extendido en nuestro país, pero de indudable y necesaria maestría para su correcta ejecución. Se trata de usar un único instrumento, evidentemente la guitarra, para llevar la melodía, los diferentes ritmos de una canción que típicamente haría la batería y, en ocasiones, hasta la voz. La caja y las cuerdas sirven para todo y al mismo tiempo. Para ello la guitarra acústica cuenta con diferentes micrófonos que captan en su interior no sólo el sonido de las cuerdas, sino el sonido de la percusión de esos golpes sobre su superficie. Así pues hablamos de un ejercicio de virtuosismo al alcance de muy pocos, entre los que se cuentan Miguel y su ídolo, el gran Tommy Emmanuel.
Miguel saltó a la fama con su incomparable versión del clásico de Michael Jackson “Beat It” que se viralizó rápidamente obteniendo en un tiempo record más de 3 millones de visitas en youtube y que hoy en día supera los 5 millones de visualizaciones. Ahí es nada.
Hoy en el teatro Luchana de Madrid nos presenta su nuevo álbum, fruto de una impecable campaña de crowdfunding a la que muchos nos hemos rendido dadas las dotes del maestro Rivera. El concierto comienza con el clásico de Lightnin’ Hopkins, “Jail House Blues”. Rivera ha bebido del Blues como buen guitarrista y ejecuta esta maravilla a la perfección. Suele ser un fijo en sus directos y vaya si se agradece.
El segundo tema nos sumerge de lleno en The Valley, del que nos deleita con una adaptación para percussive guitar del clásico de Rimski-Kórsakov “Scheherezade”. Es increíble como suena el Luchana ante la soledad de la guitarra de Miguel arrastrando arriba y abajo las manos por todo el cuerpo de la guitarra, llenándolo todo. Alcanzamos un estado de relajación propio de las piezas maestras y Miguel va entrando en harina. Le sigue “Hope”, una composición original que no tiene nada que envidiar al clásico anterior. Tras un nuevo escarceo con unos riffs bluseros para deleite del respetable, nos metemos con “Oneric Tales”, una pieza en la que Miguel cambia por completo la afinación de la guitarra a la búsqueda de nuevos sonidos. Consigue unas melodías a medio camino entre lo oriental y lo africano. Muestra justamente eso, un estado de ensoñación muy difícil de describir si no se escucha el tema. Es una joyita dentro de este “The Valley”. Llega el turno del primer single del álbum. Se trata de “Numantia” que además es el tema que abre el disco. Un tema inspirado en la heroica defensa y en las ruinas de dicha localización. Miguel consigue dotar de un alma celta a la canción rememorando las diferentes etnias que habitaron la zona.
Rivera es capaz de sumirnos en todos los géneros con talento y la siguiente pieza es una bossa nova brasileña “Black Orpheus” (Mañana de carnaval). Este tema no se encuentra en su último disco y es otro regalo para la galería que comprueba sorprendida todo lo que Miguel puede hacer con una guitarra en las manos.
Seguimos con el corte que da nombre al disco. Miguel tenía 9 canciones en las que había estado trabajando y le faltaba una para llegar a las 10 con las que quería completar el álbum. Este tema ha sido fruto de la composición desde lo que Miguel llama, el desierto, que vive el artista tras la consecución de la ansiada fama y la ansiedad, el vértigo que crea el hecho de estar en el punto de mira respecto a los siguientes pasos que justamente son el valle que retoma el inicio después del vacío. Desde esa sensación de vacío alrededor es de donde Miguel se ha sacado de la manga la joya que es este valle, “The Valley”.
A continuación escuchamos el primer tema que Miguel aprendió a la guitarra y con el que estaba en deuda para versionar, cómo no, en percussive guitar e incluirlo en el disco. Un tema que agradecemos no se quede fuera de la loncha porque es ya un imprescindible en su carrera. Se trata de “Greensleeves”. Luego vamos con el tema que le ha lanzado a la fama, el “Beat It” de Michael Jackson. Aquí sobran las palabras y sólo viendo su ejecución, como hemos comentado, se entiende el portento del que es capaz el zaragozano.
Vamos acercándonos al final del show y Miguel ataca el clásico del country-blues que es “Man Of Constant Sorrow” una versión que también está en su disco y que popularizó la película de George Clooney “O Brother!” que bajo la batuta de los hermanos Cohen narraba las aventuras y desventuras por tierras sureñas de tres reclusos escapados de una de esas cárceles infernales de trabajos forzosos del Mississippi rural de los años 30. Este es el único tema que Miguel canta en su disco.
Sólo quedan tres temas. Tenemos ocasión de asistir a una versionaza del “Hurt” de Nine Inch Nails que popularizó el mismísimo Johnny Cash dentro de aquellas maravillas que eran los American Recordings con el fabuloso Rick Rubin a los mandos de la producción. Quién le iba a decir al hombre de negro que versionaría un tema de rock industrial. La versión de Miguel es, por suerte, más cercana a la de Cash que a la de la banda del polifacético Trent Reznor.
Miguel vuelve a visitar su disco e interpreta la canción con la que dice que empezó todo cuando tenía 19 años. Es “Ciudad de las Hadas” que compuso en su primera banda. Si fuera una sala normal, en este momento Miguel se iría para que le demandáramos algún bis, pero como es una pequeña sala de teatro, Rivera prefiere quedarse y hacer una fiesta con su último tema sin necesidad de postureos en salidas y reentradas. El “Another One Bites The Dust” de Queen en persussive guitar y el chasquido de los dedos del público acompañando, pone el broche final a un concierto que recordaremos durante mucho tiempo, ya que supone el despegue de un artista con mayúsculas del que esperamos dar buenas noticias en breve. Gracias Miguel! Salud!
Fotos por Javier Naranjo.