El pasado fin de semana tuvo lugar una nueva edición del que se ha convertido en un clásico e imprescindible Festival Boreal 2016.
Durante los días 14, 15, 16 y 17 de septiembre, con una oferta singular, variadísima y de gran calidad, pudimos asistir a un evento con el que, sinceramente, se encuentra uno en pocas ocasiones.
Aunando las ya habituales muestras de gusto y sensibilidad a la hora de la selección de los artistas y actividades (mercadillos, juegos para toda la familia, charlas, conferencias, exposiciones, etc.) y con el viso, el leitmotiv, de la mezcla de culturas, la interracialidad, el amor por la naturaleza, en esta edición los organizadores de este evento que incluyeron cambios de distribución en los espacios -un magnífico nuevo escenario, una zona de acampada, varias y bien equipadas zonas de servicios…- y consolidaron el sistema de transición entre conciertos y escenarios, forjaron unas jornafas ricas y variadas en la oferta y muy intensas en las vivencias.
El cartel ya lo decía todo. Y créanme que no engañaba. Artistas de Haití, Cuba, Estonia, Corea del Sur, Canarias, Brasil, Portugal, Mozambique, Guinea-Bissau y EE.UU. ofrecieron un espectáculo digno de mención en cualquier publicación musical de cualquier parte del planeta.
The Conqueror Project y don Virgilio llevaron desde Canarias la música reggae de la mano del formidable Diego Hernández, que nuevamente hizo las delicias de la creciente y divertida comuniad rasta-fila asistente.
Fajardo, el grancanario, solemne con su guitarra en el escenario Isla Baja, un auditorio para expresiones sosegadas, nos cautivó con su carácter y su fuerza.
Vox Sambou de Haití, a pesar del terrible incidente con su vocalista, que no pudo asistir debido a un control aeroportuario en NYC, supieron sobreponerse a esta incidencia y salvar más que digna y dinámicamente el incoveniente. Mucho baile y muchas risas.
Maarja Nuut, una verdadera sorpresa. Sensacional solista, violín y pedales de efectos, con una presencia casi etérea y un sonido cautivador y envolvente. No deben perderla de vista.
Matthew Logan Vasquez la cabeza de cartel. Su descarga rockera explotó en el escenario Los silos. Su repertorio habitual, sus fragmentos de versiones (¡hasta un poco de Suspicious Minds!) con toda seguridad marcarán un hito en la historia del festival.
Mu Mbana, artista polifacético de Guinea Bissau. El sosiego y sensibilidad junto a la denuncia social. Sonidos africanos casi hipnóticos y una voz memorable. Terminó su función con el público en el bolsillo y el público con el artista en el corazón.
La Dame Blanche, desde Cuba. Su hip hop latino y urbano con un carisma y una presencia en escena muy dinámica, trajo sonidos mestizos a la escena de Los Silos. El público se entregó como si fuera el último. Pero hubo más.
La isla de Tenerife, la comarca de la Isla Baja y en concreto y muy especialmente el municipio de Los Silos -volcado íntegramente, desde el equipo de gobierno hasta cada uno de sus vecinos y dando una vez más muestra de su compromiso con La Cultura- abrieron sus corazón, alma y esencia al público y a los artistas.
