Rocktiembre volvía al ruedo treinta y ocho años después de su primera edición que tuvo lugar en la plaza de toros de Vistalegre. Un entrañable reencuentro con gran parte de los protagonistas de aquel concierto de 1978. La plaza de toros de Las Ventas acogió a los rockeros más nostálgicos de todo el país, el rock cantado en la lengua de Cervantes. El rock que marcó una época, en la que escuchar y hacer música rock no estaba bien visto, calló más de una boca. Un auténtico llenazo que esperemos que se vuelva a repetir en, si hay, próximas ediciones.
En los aledaños se respiraba un fuerte olor a rock, pero no el de camiseta de los Stones comprada en Zara, sino a ese ambiente de buen rollo que a muchos se les había olvidado. Lo del pasado 17 de Septiembre fue una auténtica fiesta, historia viva de nuestro rock, de los que pasaron de escuchar y hacer sonidos de actualidad y sin darse cuenta pusieron banda sonora a una época que nos la vendieron como «transición». Coz, Topo, Ñu, Asfalto, Baron Rojo y Burning se encargaron de dar un corte de mangas a los que no daban un duro por ellos hace treinta y ocho años. «El Pirata» y «El Mariskal» siempre ligados a este rollo, estuvieron presentando cada formación y amenizando los espacios de tiempo que se dedicaban a cambiar el equipo de las bandas. Con la puntualidad que se esperaba, abrieron fuego Coz sin aún estar todo el personal dentro.
La fiesta no había hecho nada más que empezar con clásicos de una de las formaciones por las que han pasado un gran número de músicos que luego declinarían en otros grupos, como es el caso de los Hermanos de Castro, Tony Urbano, Eduardo Pinilla… Juan Márquez y sus Coz nos hicieron bailar con los temas más conocidos como «Más Sexy» o «Las Chicas Son Guerreras» y así se metieron al público en el bolsillo. Topo saltó al escenario para demostrar que sus amig@s siguen muy viv@s y que eso de apoltronarse en un tresillo no va con nosotr@s.
Lele Laina y Jose Luis Jiménez como capitanes de una de las formaciones que mejor han abanderado el rock urbano madrileño nos mostraron que siguen en plenitud de facultades, sus actuaciones no tienen desperdicio. No se pasa de moda uno de sus himnos grabado en 1978 y que su letra sigue tan vigente en nuestros días «Vallecas 1996», la perfecta descripción de nuestro país con «Colores», «Marea Negra» o el afectuoso y emocionante «Días de Escuela» de su primera grabación con Asfalto. Se esperaba que todas las formaciones dieran el máximo rendimiento en este Rocktiembre 2016 y así lo demostraron en el escenario.
De esta forma Jose Carlos Molina y sus Ñu se llevaron el gato al agua, posiblemente los mejores del festival, la gente vibró con la actuación de Ñu, sonaron contundentes y compactos, una elección de temas muy acertados que coreamos en una voz unísona «No Hay Ningún Loco», «El Flautista» o el atronador «El Tren Azul» con la colaboración de la violinista Judith Mateo. Cada actuación se nos quedaba corta, nos ponían el caramelo en la boca y cuando menos te los esperabas te lo quitaban, lástima que el tiempo estuviese tan ajustado porque la noche se hubiera podido alargar algunas horas más. La cuenta atrás venía de la mano de Asfalto liderado por Julio Castejón que aunque pase el tiempo no abandona la formación que ha sido parte de su vida.
Unos modelados Asfalto supieron darle la merecida calidad a temas como «No Estás Solo», «Más que una Intención» o los primigenios «Días de Escuela», «Rocinante» y «Capitán Trueno» que fueron acompañadas con el máximo cariño por todo el público. Barón Rojo defraudaron a muchos y otros nos consolamos cantando los temas haciendo oídos sordos a la voz de Carlos de Castro.
La gente se entregó desde los primeros acordes de «Rockero Indomable» siguiendo cada paso por la tarima a Armando de Castro pero los gorgoritos de la voz eran superiores y forzaban los comentarios negativos entre el público. Burning pusieron el broche final con su rock castizo, chulesco y barriobajero que se descafeinó con el nuevo formato cargado de coros y vientos, logrando una gran musicalidad y puesta en escena aunque algo alejado del clásico estilo Burning.
Se quedaron temas en el tintero que perfectamente encajaban más que «Willie Dixon», «Tú te lo llevas todo» o «Todo a Cien». «Mueve tus caderas», «Que hace una chica como tú en un sitio como este?» o «Esto es un atraco» fueron los himnos que Burning utilizó para hacer bailar a todo cristo y culminar la velada, con todo el resto de músicos, con el clásico «Sábado a la Noche» del argentino Moris. Especial y conmemorativa tarde noche la que pasamos de buena música, buen rollo y esperemos que se vuelva a repetir!!!