Tras escuchar «I Can Destroy», el reciente disco de Paul Gilbert publicado hace unos meses, era de presumir que acudir a su primer concierto de su mini gira en España el pasado 24 de octubre en la sala Bikini de Barcelona, el guitarrista estaría lejos de empachar, masturbar y taladrar ociosamente con sus técnicas a los devotos de la guitarra, quedando bien claro aquella noche en una sala casi a rebosar que el blues mejora su improvisación en el metal.
Hablar de Paul Gilbert es hablar de un guitarrista de élite, dotado de una técnica depurada y una versatilidad descomunal. Recordemos que desde temprana edad comenzó su andar en el mundo de las 6 cuerdas, experimentando y creciendo musicalmente hablando en bandas como Missing Lynx, Tau Zero, Racer X, pero no sería sino hasta la formación de Mr. Big cuando la reputación de Paul Gilbert alcanzó niveles altísimos. Posteriormente continuaría su camino en solitario, alternando presentaciones y discos con su vocación de enseñanza musical.
Paul Gilbert comenzó su concierto en Barcelona con su clásico popurrí de canciones en una que abarcó temas de Racer X, Mr. Big y canciones en solitario como Scarified, Anything For You, I Like Rock o Girls Watching entre otras muchas contagiando desde los incios al público en Barcelona involucrando a la gente a meterse dentro del concierto, irrepetible comienzo.
Acompañado Gilbert de bajo y batería, ofreció en Barcelona un repertorio basado en su comienzo a su nuevo disco «I Can Destroy», demostrando que en estos momentos está más interesado en ofrecer limpieza y simpleza a su sonido, más blusero, quizás dejando fuera de su concierto mucho material de su prolífica carrera.
Paul Gilbert dejo muy claro en Barcelona por qué se le considera un grande, el señor de los dedos invisibles. Los tres literalmente terminaron de aniquilar a toda la concurrencia con sus desenfrenadas virguerías de pura técnica, mordisqueando las cuerdas, concierto con muchísima pegada y para todos los públicos. Memorable la pasión que puso en cada tema Gilbert y su cercanía con el público.
Fotos de Desi Estévez y texto por Suzanne Candle.