The Pretty Things regresaron a nuestro país celebrando su cincuenta aniversario y presentando The Sweet Pretty Things (Are In Bed Now Of Course), doceavo disco en estudio de los británicos, aquellos que los llamaban «los primos más feos de los Rolling Stones«, ahí siguen llenando salas de pequeño aforo y haciendo disfrutar con el mejor y más genuino rock and roll. Por la madrileña y emblemática Sala El Sol pasaron el 8 de Noviembre congregando a un buen número de nostálgicos que no se dejan convencer por modas pasajeras y se mantienen firmes en los sonidos que marcaron una época.
Puntuales y con ganas de hacer disfrutar a todos los presentes, The Pretty Things conectaron con el público desde los primeros temas, sin trampa ni cartón la jugada estaba más que clara y a estas alturas de la película no era plan de adulterar el nombre de The Pretty Things. Rock and Roll, Blues… fueron ellos, los primeros, los que dieron pie a que su música convergiera en el garage-punk o beat británico de los años sesenta. De esta manera plantaron cara a su actuación en Madrid , sin dilaciones… queréis rock and roll?? Pues ahí tenéis un arsenal de viejos himnos inalterables al paso del tiempo para que disfrutéis un rato.
La banda puso en evidencia que cuando se suben a un escenario su único objetivo es complacer y dejar satisfecho a todos los asistentes prodigando ímpetu y experiencia. No existe problema alguno en interpretar temas de lo más bailables a golpe de rock o engrandecer el concierto con el más clásico sonido blues. Las arrugas no son excusa para seguir sintiendo la música y hacerla llegar al cliente final como hace décadas. Auténticas leyendas del blues rock británico, encabezando la formación Phil May a la voz y Dick Taylor a la guitarra venían acompañados por Frank Holland a la guitarra, George Perez al bajo y Jack Greenwood a la batería. Quien se lo iba a decir cuando empezaron… que después de cincuenta años iban a seguir llenando salas. Y es que para esto no hay secreto, únicamente ser fieles a un estilo, tanto de vida como musicalmente hablando, y conservar esa personalidad que no se ha visto vulnerada con el paso del tiempo.
