La fría noche barcelonesa del 9 de diciembre en la sala Apolo y luego en la madrileña sala la Riviera encogieron a los fotógrafos y reporteros que esperaban pacientemente la acreditación, mientras Lionize descargaban su furibundo repertorio, que llegaba nítidamente atravesando las paredes de ambas salas… rostros satisfechos entre el público al entrar a los recintos.
Era después el turno de Valient Thorr, otra potente banda con una propuesta a caballo entre el boogie, el rock sureño y el heavy metal. Divertidos, estrafalarios, entregados, tanto que terminamos saltando, bailando y coreando temas que oíamos por primera vez.
Y llegaron los amos de ambas noches. Los integrantes de Clutch pisaron ambos escenarios sonrientes, con la serenidad de quien sabe lo que se trae entre manos, que no es otra cosa que la banda de rock más poderosa del planeta. Priorizando la calidad sonora sobre el volumen, consiguen ser aún más efectivos y contundentes de lo que de por sí presagian sus discos.
El repertorio, que cambian de un concierto a otro, nos deparó la agradable sorpresa de un recorrido por su extensa discografía, con especial atención a sus últimas obras, Earth Rocker y Psychic Warfare… grandes temas como Elephant Riders, Pure Rock Fury, Gravel Road, The Mob Goes Wild, Earthrocker, X-Ray Vision, rematando la faena con un Electric Worry que desató la locura del respetable.
Tim Sult estático al borde del escenario, concentrado en desgranar riffs, Dan Maines se paseó relajado con su bajo, siempre cerca de Jean-Paul Gaster, quien cabalgó preciso y contundente sobre su minimalista batería, mientras Neil Fallon, con su poderosa voz y ese magnetismo propio de los grandes frontmen, llevaba el peso del espectáculo. Parece irreal que esa relajada banda, desate semejante torbellino de blues heavy rock. Potencia controlada.
Texto Christian Bormann.
Fotos Desi Estévez (Barcelona) y Christian Bormann (Madrid).
