Anhelo no define suficientemente bien el estado en el que nos encontrábamos ante la llegada del show de Tim Easton a Madrid el pasado viernes 25 de Noviembre. Una vez más y de la mano de The Mad Note Co. y el gran José Luis Carnes a la cabeza tuvimos la oportunidad de disfrutar en la sala Boite Live del infinito talento del compositor de Ohio afincado en Nashville, Tennessee (que si no lo dices así ya sabéis que no es lo mismo, hay que decir ciudad y estado, para parecer un poco más culto). Ya lo andábamos echando mucho de menos desde la última vez que The Mad Note nos regaló su presencia en la capital. Tres infinitos años casi exactos desde aquel 22 de Noviembre de 2013 en el que le vimos en la misma noche de la Ruta Norteamericana junto a Joseph Parsons, otro gigante solo y con su bandaza, los US Rails.
En su anterior visita Tim vino solo e hizo un show acústico tan memorable como íntimo. Esta vez se desmelenó bastante más de la mano del batería James Dommek Jr., un tipo de Alaska con rasgos esquimales que le guió baquetas en mano con una maestría digna de los grandes y una pegada tan fuerte como efectiva en cada golpe. Easton optó está vez por una fórmula cañera para deleite de los presentes que observábamos atentos las proezas en los rápidos cambios de acorde mástil arriba y abajo. Tim estaba como poseído por el diablo que le robó el alma al joven Robert Johnson y su eficacia a las seis cuerdas era más que sorprendente para lo que se espera de un cantautor de Nashville.
Y así, Gibson en mano y armónica en boca fue como Tim iba desgajando pasajes de su nueva loncha, el maravilloso «American Fork», del que disfrutamos temas como el blusero «Elmore James» o la deliciosa balada «On My Way». De su anterior trabajo abordó, por ejemplo, el grandioso «Don’t Lie», tema con el que abre esa joya que es «Not Cool». Otras dos delicias vinieron desde su primer trabajo en solitario, el magno «Special 20», un album que alberga los temas «All The Pretty Girls Leave Town» y «Just Like Home» y es que Tim se siente como en casa en España. Además nos hizo disfrutar de una versionaza del clásico americano «Been All Around This World», aquel que popularizara en la cinta de los Hermanos Cohen, «Inside Llewyn Davis» el actor Oscar Isaac, convertido en el alter ego perdedor de Bob Dylan recorriendo los garitos de moda newyorkinos en busca de cualquier oportunidad que sacará del ostracismo a un cantautor cuyo principal sueño era tener un bolo en el famoso Gaslight Café. El personaje de Llewyn Davis está parcialmente inspirado en la autobiografía del cantante de folk Dave Van Ronk, al que se le atribuye el tema en cuestión. Aunque la versión de Easton tira más por la que hacían los Grateful Dead, acelerada y endulzada a base de blues y bottle neck. Tim nos comenta que el tema es el típico clásico americano que habla del amor, familia, armas y algún que otro asesinato. No da puntada sin hilo el de Nashville.
Easton es un tipo curtido como músico en las calles. Abandonó su país cuando era joven con la única compañía de su guitarra, a la que es fiel a pesar de «maltratarla» en el show madrileño donde rompió un par de cuerdas en sendas ocasiones. Suerte que Germán Salto y algunos de los componentes de su banda estuvieron al quite para repararlas al tiempo que le prestaban una de las que ellos mismos usaban anteriormente para telonear a Easton.
Cuando Easton dejó Estados Unidos se vino a Europa y estuvo «vagabundeando» entre otras ciudades por Londres, París, Barcelona y la misma Madrid, donde pasó gran parte de su juventud tocando incluso en el Metro. De hecho Tim habla un castellano bastante claro y correcto que le permitió defenderse en algunos pasajes de su concierto. Es un tipo fiel a sus principios, una persona entrañable y cercana con la que puedes charlar de cualquier tema. Pero que esto no nos haga perder la perspectiva, tiene una dilatada carrera con ocho LPs a sus espaldas desde que empezara en solitario allá por el año 1998 y tras haber publicado un disco «Guardian Angel» son su anterior banda los Haynes Boys en 1996.
Tim Easton es ahora mismo el mejor artista de música Americana del panorama internacional. Por su experiencia, por sus composiciones a las letras y a los acordes, por su modo de tocar y por lo delicioso que suena cada uno de los riffs que interpreta. Su lírica está cargada de rabia y su música está cargada de amor. Es un maestro de lo posible en tiempos imposibles, un poeta íntegro, una persona que quiere cambiar el mundo desde dentro a base de humanidad. Todo esto desde una ciudad que alberga lo mejor de la cultura musical americana y en la que es difícil brillar con luz propia como lo hace Tim. Aún recuerdo su broma en el show de su anterior visita en el que nos comentaba que en Nashville hasta los perros tienen estudio de grabación. Me quedo en el oído con la letra de su tema «Next To You», otro de los que nos ha regalado hoy y en el que reza: «I can hear every note better when I’m next to you…I can hear every song better when I’m next to you…I can hear everything better when I’m next to you» porque eso es exactamente lo que nos has hecho sentir hoy que hemos tenido la suerte de estar cerca de ti, Tim!
Recojo mis bártulos con la seguridad de que acabo de ver el mejor concierto del año sin lugar a dudas y me voy a casa pensando que Tim Easton es un paso al frente en lo que a música folk moderna se refiere, un paso que puede no detectarse entre a multitud, pero el paso de Tim es diferente, el suyo es un pequeño paso para Nashville, pero un gran paso para la humanidad. ¡Salud!
