Susan Santos es un nombre protagonista de 2016 tras la salida de su cuarto disco: Skin and Bones. Esas canciones conforman uno de los grandes discos del año y ratifican la calidad de esta guitarrista, compositora y cantante que navega por aguas blueseras cercanas al rock, al soul, al funk y a todas las grandes corrientes musicales americanas. Su disco Skin and Bones, fue elegido por Dirty Rock Magazine como el 7º mejor disco nacional de 2016.
Mujer, zurda y de Badajoz. Todo facilidades para dedicarse a una música cercana al blues…
Es cierto que no es un mundo fácil, en general. Es una música de minorías, por así decirlo; el rollo de ser zurda no es a día de hoy ningún impedimento. Lo único es que puede ser más complicado encontrar la guitarra que te gusta… Y lo de chica, pues es cierto. Hay mujeres, cada vez más, pero en el sector no abundan las líder frontwoman con guitarra. Cuando llegué a Madrid fue como una odisea…
Viniste en 2009 a Madrid…
Sí, vine con la idea de dedicarme a la música. Lo dejé todo para apostar por la música. Yo tenía mi vida hecha ya. Trabajaba de profesora, tranquilamente, con la vida solucionada, pero me dije ´si no lo hago ahora, voy a lamentar toda la vida no haberlo intentado´. Los primeros años fueron duros, lógicamente. Monté mi banda, grabé mi primer disco, con mi nombre…
¿Esta vocación es de luchadores o de derrotados?
Mi camino es de lucha. Cuando realmente te gusta tanto algo, cuando sientes esta pasión por dedicarte a la música, aunque tengas una piedra en el camino en la que tropieces o circunstancias que no son fáciles, siempre, cualquier alegría te hace olvidar todos los sinsabores. Por eso creo que es un camino de lucha continua. Aparte de que no puedes despistar. Ahora mismo estoy en el mejor momento desde que estoy en Madrid. Veo que está saliendo bastante trabajo fuera de España. El último disco es el que abre más la música hacia otros horizontes. La primera vez que lo escuchó Manolo Fernández, de Toma Uno, que se lo pasé antes de que se editara el disco, me dijo que sonaba mucho a California, que qué había pasado. Es cuestión de escucharlo, pero se aleja algo del blues. Decía Manolo que me escuchaba mucho más cómoda…
¿Te has ido del Misisipi a California?
Yo creo que no hay que ser tan estricto con el tema de los estilos. El blues es la madre de todas estas músicas y van todas de la mano, pero ¿dónde pones la barrera a estas raíces americanas? Otra cosa es que hubiera hecho una sevillana…
¿Te llegó blues por la radio?
Me pasó que un verano, con unos 19 años, escuché un programa que se llamaba Tren Tres, en Radio 3, y me lo grabé en una cinta. Me enamoró ese sonido. Empecé a descubrir a otros artistas de blues. Cuando llegué a Madrid, en los primeros garitos en los que empecé a tocar con mi banda, conocí a Jorge Muñoz, el presentador del programa. Él me editó en vídeo algún concierto, con su cámara, lo grabó, lo montó y demás, y le dije, ´oye, yo empecé a tocar blues por ti´. Hace poco grabó otro concierto mío en la Sala Boite. Antes del blues, tocaba lo que escuchaba en casa, descubrí a los Beatles, a los Rolling, a Steely Dan… pero luego investigué en el blues y descubrí otros mundos.
¿Alguna referencia especial en términos de las seis cuerdas?
Entre los zurdos, supongo que Jimi Hendrix o Albert King… Sobre todo los clásicos, que por eso lo son. Albert King, BB King, Stevie Ray Vaughan, JJ Cale, con esa sonoridad tan complicada, y otros muchos…
En 2009, grabas tu primer álbum: Take Me Home (2010), con Grasa Records.
Separé así lo que era mi proyecto en Extremadura, donde tiraba quizá más hacia el soul-funk, y de repente todo giró. Era un momento en que tomaba otro camino. La acogida fue bastante buena. Era un primer paso en Madrid y me abrió los primeros conciertos. Era una carta de presentación y la gente empezó a conocerme. Luego está el segundo disco, Shuffle Woman (2012), con Peer Music, donde afianzo más el sonido. Tengo especial cariño a ese disco, porque pudimos tocar todos los músicos a la vez. En el primer y el segundo álbum toqué con la misma banda. Luego se rompe la barrera y empiezo a tocar con el bajista Manuel Bagüés y el baterista Ezequiel Navas, con los que grabé Electric Love (2014), en Paella Records, y el último Skin and Bones. Fue un paso hacia una mayor madurez, justo tras un proyecto de versiones. Ahora estoy bastante contenta. Me encanta hacer canciones, poder cantarlas en directo. Eso es lo mejor. Hay que grabar disco, para que la gente sepa lo que haces, pero como disfruto sobre todo es en los directos.
El último disco lo habéis grabado en tres días…
Bueno, tengo que concretar que ha sido en realidad en tres ratos. El primer día se pierde, porque llegas y montas todo a buena hora, el siguiente sacas otro rato…
Así graban los clásicos, en primeras tomas.
Efectivamente. Las primeras tomas son las más frescas. Hay algunas en que esa primera era la que valía. Todas las canciones son composiciones mías. Me encanta componer, pero hay poco tiempo: conciertos, fuera de casa, de gira fuera de Madrid… Por eso, es importante la conexión con los músicos. Que no lo hagan porque tienen un curro, sino porque les gusta esta música. Con buen ambiente, músicos con talento y buena gente, porque hay que echar muchas horas en la carretera. Es fundamental que haya buen ambiente y alegría, con personas que transmitan cosas positivas.
Escribes en inglés tus canciones. ¿Es demasiado estrecho este mundillo aquí?
Sí. También mi web está en español y en inglés. Por ejemplo, en febrero toco en Londres; en marzo, en Portugal, y la gente suele funcionar en ese idioma. Todos sabemos que este mundo es muy pequeño.
Guitarrista, trabajos en televisión en el teatro, compositora, cantante… ¿No es un amplio campo de acción?
Sí, a día de hoy, el 99% de lo que hago es mi proyecto. Muchas veces, económicamente necesitas también hacer otro tipo de trabajos. Estuve dos años tocando en un programa de televisión. Luego me enganché a un espectáculo musical. Y siempre hay sorpresas: en mayo, el día 13, habrá una sorpresa musical en la sala El Sol. Imagínate, llego allí, a un garito con Buddy Guy al lado. No había casi llegado a Madrid y estaba en Chicago!! Me dijo que cantara cuatro o cinco temas. Flipé, aluciné con ese cariño musical… Guau, cómo mola. Allí conocí a Jimmie Vaughan, con quien luego coincidí en España. Te dan una lección de cómo lo importante es la música.
Escucha el nuevo disco de Susan Santos «Skin & Bones» (2016)
Entrevista realizada por Miguel López. Fotos por Ana Hortelano.
