Nick Moss se presentaba por primera vez en Madrid con su grupo habitual de los últimos años, que incluye a Nick Fane (al bajo), Taylor Streiff (al piano) y Patrick Seals (a la batería); y con la ausencia de Michael Ledbetter, que además de vocalista y guitarra rítmica, también componía parte de las canciones del grupo y todavía comparte ocasionalmente escenario con ellos.
Sorprende lo extenso de la gira española (once fechas) y lo ajustado del precio de las entradas, que suponíamos más alto dada la trayectoria del Sr. Moss: un hombre ya asiduo a las nominaciones de los Blues Awards y aclamado por crítica y compañeros de profesión. El llenazo de Madrid se ha dado también en otras ciudades, convirtiendo su visita a España en un éxito rotundo.
Pronto se harían evidentes las razones por las que se llaman «The Nick Moss Band«: Nick dirige con maestría a la vez que comparte el protagonismo generosamente con los músicos que le acompañan. Quizá los años que pasó a la sombra de otros bluesmen de Chicago (como Buddy Scott o Jimmy Dawkins) le hayan otorgado la perspectiva adecuada tanto para saber ejercer de líder como para quedarse en segundo plano cuando el momento lo requiere. En cualquier caso, está claro que disfruta con la aportación del resto de los músicos de la banda, y como resultado, favorece que la actuación se convierta en una elaborada jam.
A pesar de contar ya con doce álbumes en solitario llenos de composiciones propias, la mayor parte del peso del concierto recae en versiones de otros grandes del blues: comienzan con ‘Cut You Loose’, popularizada por Otis Rush, y antes de pasar a ‘Rock This House’ de Jimmy Rogers, Nick comenta que precisamente con él vino a tocar a Madrid en el año 1994 ó 95. En ‘The End’ los desarrollos instrumentales toman ya el control, y el sonido limpio y nítido que suele tener la sala Clamores, y del que también disfrutamos esta noche, ayuda a que el resultado sea mucho más espectacular.
Teclista y batería se quedan solos para ejecutar a dúo otra jam, tras la cual Nick vuelve a las voces para ofrecernos un certero ‘Boogie Man’, de Freddie King. El resto del grupo abandonaría el escenario más tarde dejándole tras la batería (aun sin despegarse de su guitarra), para dedicarle una canción a su mujer. ‘Serves Me Right to Suffer’, de su último disco From the Root To the Fruit, reclamaba de nuevo la participación de todos en una nueva jam rebosante de energía e intensidad.
En definitiva, asistimos a un ejercicio de creatividad en el que predominó el virtuosismo de unos músicos que van mucho más allá de la mera exhibición técnica, y que poseen la capacidad de transmitir y conmover.
Texto y fotos: CGM
