El pasado fin de semana tuvimos el placer de disfrutar de Nunatak y la infinita intensidad, en una serie de tres conciertos que los trajo al Lone Star en Santa Cruz de Tenerife, al Café Quilombo en La Orotava -ambos en Tenerife- y al festival Sonidos Líquidos en la isla de Lanzarote. Todos dentro de la gira de presentación de su último trabajo «Nunatak y el Pulso Infinito»
Preliminares
La noche del 24 ofrecieron un espectáculo memorable en el Lone Star. Nunatak se acompañó de Sumergible -una banda local que fue la mejor selección para la ocasión; una jugada inmejorable de Belén Canitrot (Canarias Suena+)- que ejecutó su repertorio con la perfección y detallismo que ya vienen caracterizándola. Sumergible hizo muestra de su ascendiente trayectoria fruto, sin duda, de su duro trabajo y buen hacer.
Con la entrada de Nunatak a la escena del Lone, impulsados por los acordes anteriores de Sumergible el casi completo aforo de la sala asistimos a un empoderamiento de lo natural, de lo fresco y de lo realmente bello. Contundentes e intensos, cada uno en lo suyo. La gran capacidad vocal de Adrián sorprendió. La guitarra de Gonzalo llena, repleta, de matices conjugó con los coros de ¿toda la banda? y la trompeta de José Manuel, completando las melodías junto a los teclados y percusiones varias (a cargo de Pedro). La batería y el bajo hicieron su trabajo con corrección; Alex y Nando firmes en su cometido.
Los temas se fueron encadenando y, poco a poco, el público se entregó. El sonido de la sala fue el preciso para esas dos bandas. El momento de máxima intensidad se alcanzó cuando los murcianos abandoaron el escenario y entre la audiencia continuaron con su repertorio. Un gesto de complicidad hacia el público y de gran dominio de la escena (aquí puedes ver un clip del momento).
Al finalizar el concierto pudimos disfrutar de una velada de música en un muy buen ambiente. Gran noche.