Nacho Para tiene pinta de profeta y anoche vino a predicar en la Sala REM de Murcia, una excelente sala, por cierto-. No hay muchas bandas en España en este momento que presenten una tarjeta de visita como la de Bantastic Fand.
Con dos discos en la calle repletos de canciones redondas, bien cantadas y bien tocadas, tienen la suficiente humildad para conceder que en el primero de ellos las cosas podían haber salido mejor si hubieran tenido un mejor conocimiento de las técnicas de grabación; pero la realidad es que esas canciones, las de “Strong enough to refuse” (2014) y las de “Welcome to Desert Town” (2016), son materia prima de alta calidad para entregar a la audiencia hora y media de concierto intenso, en el que desde el primer minuto –tomen nota de esto, porque no todos lo consiguen- la banda suena perfectamente ensamblada, las voces se oyen nítidas, cada instrumento está en su sitio.
En suma, que para el público la fiesta empieza por todo lo alto. Con “I’m ready”, toda una declaración, comienza la presentación en Murcia de su segundo álbum, después de un año rodándolo por las tierras del Norte, donde hacer “americana” no es algo anómalo, nada que haya que justificar. Sin embargo en las tierras cálidas al sur del Manzanares el mainstream – indie se enseñorea del panorama musical, y bandas de auténtico lujo como ésta se convierten en rock alternativo, los que no tienen espacio en las emisoras ni en los festivales, los que se hacen sus propios discos y los venden al terminar cada noche.
Pero vamos a lo que importa, porque Bantastic Fand llenó de música la noche del sábado, ocho músicos sobre el escenario regalándonos canciones que son piezas de orfebrería en las que todo es a la vez natural y perfecto, himnos que algunos hemos interiorizado y que viven en nosotros, como ese descomunal “Givin’ up the battle” que te hace olvidar la idea de ir a repostar a la barra del bar porque no puedes perdértelo, canciones como “When she came to the city” que te hacen sonreír todo el tiempo que duran, haciéndote cómplice de esas sonrisas que los músicos intercambian entre ellos, paisajes que te impresionan como el que recorren en “Desert Town”.
Nacho Para es el alma del conjunto, pero a su lado nadie está de más, desde el viejo amigo inseparable, Paco del Cerro, rebosando alegría de vivir en ese segundo plano al que los bateristas están acostumbrados, a Fernando Rubio, estilista de la guitarra que no se detiene si hay que hacer explotar la noche, algo que particularmente sucedió en dos temas ajenos espectacularmente abordados: “Southern man” de Neil Young, y “Cold Turkey”, de Lennon, ésta última con una entregada interpretación del vocalista invitado, el murciano Juan Antonio Ross.
Momentos que te arrancaban de tu sitio, empujándote hacia esa música poderosa que te llama y a la que no te puedes resistir. Teclados a pares –Ramón García y Carlos Campoy-, un dúo rítmico sólido y sin artificios –el que forman Iván Estefanía a la guitarra y Chencho Vilar al bajo-,y una voz que si se calla la echas en falta, la de Paloma del Cerro. En esta banda vitalista que tiene entre sus devociones “Love the one you’re with”, de Stephen Stills, y aunque niegue su condición de frontman –Fernando Rubio y Paco del Cerro también cantan- Nacho Para es la presencia carismática, el hombre enamorado de una música que es también un estilo de vida, que es capaz de transmitir emoción y belleza en cada verso, en cada giro: ahí está ese otro himno que es “Calling”, “My invention”, que tocaron anoche por primera vez en público, o la canción con la que se despidieron, ese “My morning” que es un canto al optimismo, asidero en los momentos duros en los que la única solución es remontar el vuelo, y que Nacho canta con una inflexión de voz que es profundamente dylaniana, porque Bantastic Fand llevaron “Love sick”, del Maestro, a su terreno, y se divirtieron con “Most likely you go your way (and I’ll go mine)”, pero mostró cuánto Dylan y cuánta América, cuánta verdad hay en su música y en sus venas, cuando ese sentimiento entra en sus propias canciones, hechas aquí, en el Sureste, a orillas del Mediterráneo.