Pat Metheny ofreció el pasado 28 de Mayo en el Auditorio Nacional de Música de Madrid un espléndido concierto agotando entradas con bastante antelación a la fecha de actuación. Dentro de un marco inmejorable para la escucha de cuatro soberbios músicos encima del escenario que acompañaban a la figura primordial de la noche, Gwilym Simcock al piano, Linda Oh al contrabajo y bajo eléctrico y Antonio Sánchez a la batería. Dos horas y cuarenta y cinco minutos de un viaje vertiginoso por los eclécticos caminos del jazz personificado de la mano de Pat Metheny. La sensibilidad jazzística muestra su cara más metódica y transita a la vez por senderos que convergen en extenuantes y vertiginosos quehaceres alterando la armonía en una amalgama de confusas notas.
«Una noche con Pat Metheny» fue el colofón del ciclo Jazz en el Auditorio. Inagotable Metheny dando un repaso a su extensa carrera y que sigue su tarea en la búsqueda de nuevas sonoridades con ese timbre de guitarra tan peculiar, que a la primera escucha se sabe de quien se trata. La música de Metheny va más allá del virtuosismo, es capaz de transmitir sensaciones y crear un ambiente que pocos músicos saben hacer llegar al espectador, ideas y vivencias hechas melodías una vez más nos envolvieron y nos transportaron a emplazamientos secretos, el secreto… las magistrales composiciones de Metheny. Tiempo para el intimismo sonoro mostrando la sensibilidad en base a la desnudez de las seis cuerdas, desafiante mano a mano con cada músico para volver al formato cuarteto. Tres bises y la gente en pie pidiendo más, siempre sonriente transmitió desde el escenario una incesante gratitud a todo el público que se dio cita. De nuevo nos descubrimos ante Pat Metheny, uno de los guitarristas contemporáneos más influyentes de toda la historia del jazz.