El guitarrista norteamericano Bill Frisell ofreció el pasado jueves 20 de julio en el teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife un notable concierto. Frisell junto con Tony Scherr y Keny Wollesen, sobre el amplio territorio del jazz y la improvisación, ofrecieron sus personales paisajes musicales. Frisell y su música siempre serpenteante, flotante con el sonido de la guitarra, puede envolver y transformar casi cualquier cosa. Dota a la música de un brillo nuevo. Y lo logra a través de su amplísimo repertorio de posibilidades melódicas que abarcan desde el country, al rhythim and blues, el folk y el rock progresivo. Su ya larga obra, tres decenas y media de discos propios y un centenar largo de colaboraciones, es espléndida, siempre distinguida.
Brillo y nitidez en el escenario
Dos estupendos músicos, Tony Scherr (Sex Mob, Norah Jones, Rufus Wainwright, Tift Merritt) al bajo y Keny Wollesen (Tom Waits, Ron Sexsmith, John Scofield, The Wood Brothers, Carrie Rodriguez) a la batería, con los que viene tocando desde hace más de 20 años, acompañaron a Bill Frisell en esta aventura musical en la 26 edición del Festival Internacional Canarias Jazz & más Heineken el pasado 20 de julio en Tenerife. Explorando esas distintas posibilidades de la canción sobre temas propios y populares en un delicado registro de contrapuntos y armonías que fue bordeando las canciones de un modo sutil y amable. Desplegaron las infinitas capas, matices y materias que podían ser halladas y que los músicos iban encontrando en un juego de libertad improvisadora. Una delicia.
Las progresiones armónicas de Frisell, su juego con los pedales, las distorsiones y los delays, los bucles… aportaron climas nuevos en la calurosa noche en Tenerife. La ductilidad y sobriedad del bajo sosteniendo la melodía o reafirmando el beat, y el endiablado swing de una batería, que también se encargó de proponer toda la armadura del concierto, fueron la base creativa de un trío que se conoce de sobra y expresa sobre el escenario una música maravillosa que está siendo creada al instante.
Climas densos, twangs casi angustiantes, con guitarras desgarradas y lánguidas, a veces con ritmos cansinos. Bill Frisell convirtió su concierto en Tenerife en otro bosquejo sonoro y cuaderno de viaje por las polvorientas y desiertas rutas norteamericanas, llenas de desolación, pueblos fantasmas, bourbon y vaqueros.
Un concierto como pocos
Concierto de profunda belleza melódica, limpio y cristalino. En ocasiones, saturado, en otras con señales desde su mundo rockero, folk, surf, blues y country. Hasta ciertos aires clásicos. Evidencias todas de su amplia paleta musical y de su afán explorador, en el mejor sentido del término. Pasajes donde Frisell se tomaba ciertas licencias en busca de componer atmósferas eléctricas que, como nubes sonoras, se esparcieron por el teatro Guimerá poniendo un toque de cierta dramatización a su música. Frisell reflejó ese estado de serenidad interior con su música sin otra pretensión que la del propio disfrute, durante la hora y veinte minutos que duró su concierto en Tenerife.
Bill Frisell trajo a la isla la virtud de la sencillez musical como forma de expresión. Como parte de este artista que se luce por no lucirse, abordando diferentes universos estilísticos, asimilando material de la cultura popular norteamericana, aproximándolos a su memoria afectiva para darles un nuevo brillo.
Temas de su último disco “When You Wish Upon a Star”, canciones de John Lennon, Sam Cooke, Wes Montgomery, The Beach Boys, Muddy Waters, Carrie Rodriguez, o su último tema de la noche, «What the World Needs Now is Love» de Burt Bacharach, ciñó un maravilloso concierto de Bill Frisell este pasado jueves 20 de julio en Santa Cruz de Tenerife.
La elegancia de lo sencillo
Bill Frisell, inquieto soñador y con nervio, demostró en Santa Cruz de Tenerife que sigue siendo uno de los guitarristas más sorprendentes que afloran en el Jazz. Músico inclasificable -las etiquetas nunca le interesaron desde hace casi cuatro décadas- vino a presentar su último trabajo en solitario publicado el año pasado “When You Wish Upon a Star”. Un álbum de 16 temas, primer proyecto discográfico íntegramente formado por piezas y temas ciertamente populares procedentes del cine y la televisión, temas de su reciente trabajo en colaboración publicado este mes de mayo Small Town junto con el contrabajista Thomas Morgan en un programa de duetos registrados durante el concierto que ambos músicos ofrecieran en el prestigioso Village Vanguard de la ciudad de Nueva York.
Bill Frisell es uno de los guitarristas más destacados en la historia de la música desde los años ochenta. Cuenta con más una treintena de discos a su nombre, colaboraciones en géneros y estilos diversos. Sin ser como Ry Cooder en su intención antropológica, Bill Frisell se apropia de ese baúl de la Americana. Ese que admite géneros norteamericanos de raigambre como el Country, Blues, Hillbilly, Bluegrass, Folk y vislumbre primeriza del Jazz y Rock and Roll. Aemás de flirtear con otros géneros como boleros, sones, tangos y bossa, folclores de distintas latitudes, música de cámara contemporánea, avant rock, funk o pop, siempre con esa firma inconfundible de toque suave y nítido, cual dulce caricia a las cuerdas.
Texto por Carlos Pérez Báez y fotos por Jesús Villa.
