Birkins (ahora sin el “The”) nos tienen acostumbrados a un sano ritmo de un nuevo disco cada año y medio, una fórmula que repiten con este cuarto larga duración que lleva por título “Aquí hay dragones” y que publico el pasado 29 de septiembre El Genio Equivocado.
El título de este nuevo trabajo hace referencia a esos territorios inexplorados, a esas áreas oscuras en las cartas de navegación, al misterio de lo desconocido.
Algo que no les es nada ajeno en esta nueva aventura musical, pues tras el cierre de etapa con su anterior publicación, “Souvenirs” (El Genio Equivocado 2015), han decidido dar un brusco viraje a su rumbo creativo y adentrarse en nuevos territorios.
La banda, formada por Dani Birkin, Cristina Santana, Alby Ramírez y Sergio Miró, registraron los 10 temas incluidos en este trabajo en los estudios de Paco Loco en el Puerto de Santa María, Cádiz, como viene siendo habitual para ellos. Paco Loco es asiduo colaborador del cuarteto canario, y en palabras de la banda, su George Martin particular.
Escucha el nuevo disco de Birkins Aquí hay dragones
La formación base de Birkins para este disco se completa con Rafa Daza en el bajo y David Gonçalves en los teclados y pianos. En el apartado de las colaboraciones repiten también el ya habitual Rami Jaffee (Foo Fighters, The Wallflowers, Lucinda Williams, Kris Kristofferson) en los teclados y órgano Hammond B-3, y Chris Carmichael -quien ya contribuyera con sus arreglos e interpretación de cuerdas en el segundo disco de la banda “Châteaux en Espagne” (El Genio Equivocado 2013)-.
En el apartado técnico, las labores de mezcla han corrido a cargo, una vez más, de Paco Loco, que, además de producir el disco, participa como músico. Para la masterización de “Aquí hay dragones”, Birkins han vuelto a ponerse en manos de Mario G. Alberni, de Kadifornia Mastering. El arte y maquetación del disco ha sido obra de Noemí Tejera -artista que se ha encargado del arte de sus dos anteriores trabajos y de muchas de las fotos promocionales del grupo-, a partir de una instantánea original del fotógrafo estadounidense Alfred Stieglitz (1864-1946), tomada en 1917 y titulada “Georgia O’Keeffe-Hands”.
“Aquí hay dragones”, dibujando el mapa
«La mañana en la que se empieza a grabar un trabajo en estudio es siempre navegar entre borradores mentales. Es divisar en la distancia contornos de una isla acribillada de brumas, y a medida que nos vamos acercando a ella comienza a tomar carácter de disco. Es un viaje surcando olas que balbucean secretos a voces de océano, es dibujar milenios encaramados a los acantilados de esa isla lejana como el enigma de la vida.
A medida que se suceden las canciones, los sonidos comienzan a ofrendarnos una noción del espacio, una ceremonia al nacimiento en su vertiente más violenta y creativa; melodías, letras, ritmos, brújulas, sextantes y astrolabio, diseñando una cartografía de sentimientos incógnitos, lugares no hallados, penínsulas desamarradas bogando felices y continentes selváticos con gente espléndida. Las cuerdas son tendones asidos a la grabación y la memoria, las percusiones nervaduras del tiempo.
Se aspira con la modestia de un fámulo, el miedo de un réprobo y la ilusión juvenil de quien su corazón babea en la popa, a un lenguaje nuevo y maravilloso, compuesto de símbolos que retuercen el aire, y en el que tan solo uno de ellos podría con-tener; palabras, oraciones, textos completos, bibliotecas, idiomas desaparecidos, contemporáneos y venideros, y así hasta el fin de los siglos. Todo el saber de la humanidad encerrado en una nota musical».
En definitiva, grabar un disco no es más que esa humilde y bella pretensión de compartir soledades.
«Es dejar de divisar el mundo a través de aquellos borradores mentales bajo una vaga astronomía o república de estrellas. ¡Canción a la vista!, a través de un catalejo en el que se observa todo al mismo tiempo, todas y cada una de las posibilidades y existencias, reales y soñadas, todo, desde siempre hacia todas las direcciones, con-templando entonces lo absoluto, y no regresar jamás.»
Birkins