The Rolling Stones actuaron en Barcelona (Estadi Olimpic) el pasado miércoles 27 de septiembre. Única parada española de los 14 conciertos programados en Europa dentro de la gira No Filter Tour, con Los Zigarros como testigos y teloneros de excepción para esta ocasión. 9 países europeos, el primero de ellos el pasado 9 de septiembre en Hamburgo y el último de esta gira en París. Tres conciertos ofrecerán los Rolling Stones en Alemania, tres en Francia y uno en España, Holanda, Dinamarca, Suiza, Suecia, Austria, Italia y Holanda.
Octava ocasión que los Stones visitaban Barcelona, la última hace 10 años para un concierto privado para 800 empleados del Deutsche Bank en la sala Oval y 41 años desde aquel primer concierto de sus Satánicas Majestades en la geografía española el 11 de junio de 1976 en la plaza de toros Monumental.
Concierto número 22 en España, 8 en Barcelona, 7 Madrid que coincide con la penúltima visita de los Stones el 25 de junio de 2014 en el estadio Santiago Bernabeu y las ocho visitas restantes repartidas por ciudades como Benidorm, Bilbao, Vigo, Málaga, Santiago,El Ejido y San Sebastián.
Sexto año consecutivo en el que los Rolling Stones ininterrumpidamente prosiguen de gira desde aquel 50 & Counting Tour en 2012 y 2013, luego la gira 14 On Fire entre febrero y noviembre de 2014, el Zip Code Tour entre los meses de mayo y julio de 2015, el América Latina Olé Tour 2016 entre febrero y marzo de 2016 y la gira Norteamericana de octubre de este 2016.
The Rolling Stones publicaron el pasado 3 de diciembre “Blue & Lonesome”, disco “accidental” de versiones de Blues, grabado en tres días en los londinenses British Grove Studios el pasado mes de diciembre totalmente en directo. Álbum de versiones totalmente de Blues, producido por Don Was, y se muestra como un anticipo de lo que será su próximo disco con canciones inéditas.
Con motivo de esta nueva visita de los Rolling Stones, buena parte del equipo de Dirty Rock Magazine se desplazó a Barcelona para disfrutar de esta nueva experiencia. A continuación, cinco opiniones, 5 juicios sobre el concierto de los Stones en Barcelona a cargo de Claudia Daluz, Jabier Rioboó, Adal García, José Fradejas y Carlos Pérez Báez.
Los Rolling Stones tal cuales en Barcelona.
Sesenta mil personas en Barcelona fueron testigos el pasado 27 de septiembre con el concierto de los Rolling Stones, de un momento trascendental e histórico en sus vidas. Ellos son pura dinamita, como demostraron sobradamente durante dos horas y trece minutos sobre un imponente escenario Jagger (74 años), Richards (73) 74 en diciembre, Wood (70) y Watts (76).
Los Zigarros , encargados de abrir el sexto concierto de sus Satánicas Majestades en esta gira europea, y en el que una vez embalados, apostaron por el rock revitalista y canalla rebosante de riffs de guitarra aplasta tímpanos adherida a esa mezcla teatral de New York Dolls-Hanoi Rock, el magnetismo Stones y el nervio de The Jacobites, a través de guitarras afiladas, canciones y melodías pegadizas.
Los Stones ofrecieron una noche gloriosa que no apeló a la nostalgia reciclada. Concierto crudo de los Stones en Barcelona, lejos del oportunismo revisionista, a la altura de su propio legado, más guitarrero y tirando menos en este concierto y gira de su sección de vientos.
Diez años pasaron para que los Rolling Stones regresaran nuevamente a Barcelona en una semana histórica y crucial tanto para la ciudad como para la región a cuatro días vista de la consulta o referéndum de independencia de Cataluña conocido como 1-O, no autorizado y declarado ilegal por el Gobierno de España y por el Tribunal Constitucional, convocado por la Generalidad de Cataluña para el 1 de octubre de 2017.
Hablar de un concierto de los Stones podría parecer fácil, predecible y sin mucho que aportar. Tras más de 50 años de trayectoria, sus canciones y todo el repertorio mostrado en Barcelona desde el minuto uno sigue vigente, actualizado y sin tumbarse en el pasado. Es imposible evadir la nostalgia cuando cargas con material de semejante valor.
Los Rolling Stones siguen estando en condiciones de evocar demonios con la misma oscuridad que en sus años mozos. En su momento, unos jóvenes The Rolling Stones se apasionaron con aquellas historias y tendieron puentes entre la América profunda y la juventud europea. Medio siglo más tarde, otra vez los Stones vuelven a colocar al blues en la cima del mundo, aunque también podría pensarse que, en esta oportunidad, parece ser el cancionero afroamericano el que acude al rescate de la banda, cuyo letargo autoral, después de 12 años sin grabar y bastante más tiempo sin componer grandes canciones, ya empezaba a inquietar a propios y ajenos.
Ronnie Wood, Mick Jagger y Charlie Watts estuvieron soberbios en Barcelona. Keith Richards exquisito y magistral en una noche que arrancaría con un escenario en llamas, “Simpathy for the devil”, sin palabras. Caras nuevas en una gira española de los Stones con el saxofonista Karl Denson por el malogrado Bobby Keys y la corista Sasha Allen por Lisa Fischer.
Todos ustedes conocen como se las gastan éstos que han robado tantas almas, que estuvieron muy cerca de Jesucristo, que se cercioraron de que Poncio Pilatos se lavara las manos y sellara su destino y que matasen a Zares y ministros ¿Quién mató a los Kennedy? cuando en definitiva fuimos tú y yo. Pleased to meet you hope you guess my name … Y así otros 19 himnos más.
Por muchos adjetivos que se puedan utilizar, nada logrará plasmar lo que experimenté en directo. Su legado sigue ahí, inalterable, y de ahí no se moverá jamás.
Por Carlos Pérez Báez.
Los Rolling Stones arrasan Barcelona con su particular patente de corso.
No tocaron “Bitch”, “Wild Horses” ni “Let’s Spend The Night Together” o “Angie”. Ése es uno de los lujos que los Rolling Stones se pudieron permitir en su reciente concierto en el Estadio Olímpico de Barcelona el pasado 27 de septiembre de 2017. Podríamos imaginar otros tantos repertorios igualmente irreprochables que durasen dos horas y media y que conquistaran al público con la misma facilidad que el que ofrecieron ante un coliseo lleno hasta la bandera. Dicho de otra manera: para tener a todos sus seguidores satisfechos deberían realizar tres conciertos consecutivos con contenidos totalmente distintos.
Habían pasado casi once años desde su anterior visita a la Ciudad Condal y había verdadera hambre de su música, de volver a ver a Mick Jagger solicitando “Sympathy For The Devil” al tiempo que Keith Richards susurraba “Happy” y “Slipping Away” en los momentos donde su carisma suplió un visible cansancio. Pero eso era lo de menos; con tenerlo allí sus seguidores no le iban a exigir algo que Ron Wood dio de sobra, una implicación total y absoluta en cada solo de guitarra, en cubrir detalles desde su instrumento haciendo navegar a la nave a viento en popa a toda vela. El filibustero más tranquilo, aquel encantador rostro impenetrable llamado Charlie Watts, mantuvo desde su batería el rumbo de un bajel que fue navegando cada vez más mejor conforme avanzaban las canciones. Fantásticas “Brown Sugar”, “Jumpin’ Jack Flash” y “Midnight Rambler”. A su lado –y son demasiadas las crónicas en las que se olvida su saber hacer-, el bajista Darryl Jones se prodigó a los coros. También brillaron otros músicos, como el ya clásico teclista Chuck Leavell, que saben de sobra cuál es su cometido sobre las tablas. Y en ese terreno cabe destacar que la vocalista Sasha Allen estuvo a la altura de Jagger en ese duelo a dos voces que fue “Gimme Shelter”.
Por supuesto, hubo opiniones para todos los gustos: que si son mayores, que si Keith no siempre se deja la piel en escena, que si el escenario es más pequeño que en anteriores ocasiones… En fin, pequeñas pegas que no ensombrecieron la soberbia actuación de ese barco pirata capitaneado por un Mick más en forma que nunca o, mejor dicho, tan grande como siempre. Con setenta y cuatro años allí continúa. Por algo tiene patente de corso.
Por Claudia Daluz.
The Rolling Stones, lección de clase en el Olimpic Lluis Companys.
Viaje relámpago a Barna desde el archipiélago canario en un aeroplano madrugador que olía a Stones, cita ineludible con los “yayos “. Miércoles de revolución en muchos aspectos, una vieja conocida como Barcelona adscrita a conciertos históricos e hitos. Paz y concordia en las calles en contra del marketing del rodillo. El mismo que tiene putrefacto el Rock, y hace que después de casi cuatro décadas enganchado a esta droga llamada Rock me plantee muchas cosas. Infernal control de entrada, comprensible en un mundo de reventa y mafia, la pasta está en el “live”….
Lejos quedó aquel 25 de junio de 2003 en la catedral del fútbol San Mamés donde vi por última vez a los “Stones”, “los Rolling”, sus Satánicas Majestades o la puta banda más grande de rock & roll del universo. Reunión de sumo placer de conocer a compañeros de diferentes puntos, compartir mesa, ideas, gustos en torno a nuestra religión que flota por encima de todo. Sin filtro en un mundo filtrado.
Con puntualidad y tras observar la soberana cagada de no poner baños en pista A. Taponar la entrada a esta con la pista B, fraccionando a la plebe por el vil metal, pienso lo a gusto que se está en una sala pequeña o en un cómodo festival. Señores de la usura si queréis que la peña con talegos frescos chupe cañas a 3,50 pavos y katxis a 10 con el truco del medio a 7, compre un vaso recuerdo a 2´50 que se podía devolver para colapso de las barras, ya lentas de solemnidad, y sea más rentable…poner baños suficientes pedazo de alcornoques inconscientes….una veintena lo más cercano para unos miles, si no puedo mear no bebo…acabamos miccionando en las puertas traseras de los escasos baños.
El turrón comenzó con Los Zigarros, los valencianos se marcaron su bolo en el que a buen seguro hicieron nuevos fans…cuarta vez que los veo desde aquel Azkena 13´ y siempre me ha convencido la banda y su propuesta, pues son perros del rock & roll, yo tarareé sus temas y agradecí sus acordes de rock primigenio en mis oídos, tras dos discos, ellos fueron los elegidos…¡¡ahí queda eso!!
Cuatro pantallas rectangulares enormes de forma vertical con resolución 4K Ultra HD, acojonantes sin más, fueron suficientes para este 48 tour. Al ritmo de “Sympathy for the devil” estos faraones encabezados por el eterno Mick Jagger, nervio puro y voz inquebrantable. Un Olímpico a rebosar de veteranos y neófitos por aquello de la muesca en el revolver. Reguero de clásicos con un sonido simplemente genial impregnado de la clase que rezuman, “It´s Only Rock And Roll”, “Tumbling Dice”. Cayeron “Just Your Fool” y “Ride´Em On Down” del último álbum que cuadraron a la perfección en el set list, me llamó la atención la cantidad de “teenagers” bailando como hippies poseídos. Keith Richards se emocionó en las presentaciones pues él y Ronnie Wood con algún gesto de cansancio pero enorme, se llevaron las más efusivas, Keith cantó “Happy” y “Slippin´away” cometió un buen número de cagaditas en todo el bolo, perdonables pero evidentes con miradas asesinas de sus compañeros. Habló Jagger unas palabras catalán y presentó a sus compañeros.
“Rock Offs” fue la séptima y la elegida por los fans. Veinte trallazos con la traca final “Gimme Shelter” y un “Satisfaction” pelín lento y los fuegos de artificio finales tras dos horas y cuarto. El resto de la banda con un Charlie Watts y un Darryl Jones disfrutando como siempre, coristas y teclado en segundo plano con minutos de gloria de Sasha Allen que quizás no tenga la potencia de su antecesora. Había que venir, repetir, pues puede ser la última, a mí me gustaron y convencieron, el formato quizás ya no…Grácies Barcelona Sempre Stones!!!
Por Jabier Rioboó.
¿Qué vamos a hacer cuando se mueran estos tíos?
Hay muchos grupos en activo, que se convierten en bandas tributo a ellos mismos, pero este no es el caso. Los Stones van sobrados, sin filtros ni aditivos, con un setlist infalible que consigue que su imagen enjuta y acartonada, resulte incluso más entrañable. La energía original se ha disipado pero la ceremonia sigue siendo épica.
4 pantallas verticales gigantes, una para cada miembro del grupo, para que nadie se pierda nada, sustituyen el attrezzo circense de antaño, ahora los temas son los protagonistas. Hubo varios momentazos, cada cual recordará el suyo propio, en una noche mágica.
Yo destacaría el “oe,oe,oe,oe,oeeeee, Richaards, Richaards” cuando este emocionado iba a interpretar “Happy”, y cuando al unísono Jagger y la corista Sasha Allen me erizaron la piel, desgañitándose en “Gimme Shelter”.
Ahora empiezan más melodiosos, brillan con los temas de su “Blue and Lonesome”, y van subiendo el ritmo, “Rocks off” brutal, aceleran al final y ponen la guinda con “Satisfaction”.
Estos septuagenarios te dejan con ganas de mucho más tras 2 horas, y ansiar vivir de nuevo esta experiencia que es un concierto suyo. No hay adjetivos posibles. Rock sólido con mayúsculas, compacto, historia viva del rock, ¡Gracias por esta sensación!
Jagger, Richards, Watts, Wood, ¡Sois unas putas leyendas!
Por José Fradejas.
Rolling Stones: Cantos bien rodados
Los incombustibles Rolling Stones nos ofrecieron unos de sus mejores shows en España, puntualidad británica y un alarde de fuerza y actitud desde el minuto uno con la apertura del riff inicial de Sympathy For The Devil.
Momento en el que el abarrotado estadio Olímpico de Montjuic ovacionó por primera vez a la banda y los esqueletos daban sus primeros vuelcos de cadera acompañando a Mick Jagger en uno de sus sempiternos coqueteos con la pasarela, en la retaguardia, Keith Richards, Ronnie Wood, Charlie Watts y Darryl Jones a las cuatro cuerdas, teclados y coros conformaban el line up para esta ocasión prescindiendo de la sección de vientos a la que últimamente nos tenían acostumbrados.
Personalmente, tras las últimas actuaciones en grandes superficies de importantes nombres del rock en nuestro país, temía por la calidad de sonido de este histórico evento, pero nada más lejos, un montaje perfecto disipó toda duda en cuanto saltaron a escena Los Zigarros, artista invitado que no vaciló a la hora de declarar que era el día más feliz de sus carreras, el cuarteto valenciano no defraudó y poco a poco fue desgranando los éxitos de sus dos discos, «Los Zigarros 2013» y «A Todo Que Si 2016» proclamándose como una de las formaciones mas en forma del de Rock N Roll estatal.
Los buenos augurios se cumplieron y las Piedras Rodantes asociados a una monstruosa acústica fueron implacables con sus 20 canciones, unas dos horas y media de concierto, composiciones que forman parte de nuestra vida en un set list que no dejó indiferente a nadie, lt“s Only Rock ‘n’ Roll, Under My Thumb 0 Miss You dieron fe de ello, quizás eché en falta clásicos en formato acústico como Angie 0 Wild Horses, pero nunca llueve a gusto de todos.
Rocks Off, se coló en la lista por votación popular y hacía el ecuador del concierto, tras reconocimiento unánime de los presentes, un emocionado Keith Richards cogió las riendas para soltarse con dos temas, Happy y Slipping Away. Los últimos tres cuartos de hora se antojaban frenéticos desde que Richards acarició su Les Paul para interpretar Start Me Up, la temperatura del estadio ascendió varios grados mientras las voces del respetable dejaron un brutal eco de ondas reflexivas tras cantar la primera estrofa, Brown Sugar y Jumpin’ Jack Flash hicieron de nexo para enganchar con los bises, Gimme Shelter y Satisfaction, esta última con un prolongado y apoteósico final que sirvió para despedir a sus majestades.
Por Adal García.
Lista de reproducción con vídeos del concierto de The Rolling Stones en Barcelona el pasado 27 de septiembre.
Repertorio de The Rolling Stones en el Estadi Olimpic el 27 de septiembre de 2017:
1.Sympathy For The Devil
2.It’s Only Rock’n Roll
3.Tumbling Dice
4.Just Your Fool
5.Ride ‘Em On Down
6.Under My Thumb
7.Rocks Off
8.You Can’t Always Get What You Want
9.Paint It Black
10.Honky Tonk Women
— presentaciones —
11.Happy (Keith Richards)
12.Slipping Away (Keith Richards)
13.Miss You
14.Midnight Rambler
15.Street Fighting Man
16.Start Me Up
17.Brown Sugar
18.Jumping Jack Flash
—bises—
19.Gimme Shelter
20.Satisfaction
El concierto de los Rolling Stones en Barcelona empezó a las 21:17 y concluyó a las 23:30 horas.
Mick Jagger, Keith Richards , Charlie Watts , Ronnie Wood y Darryl Jones.
Karl Denson – saxo
Tim Ries – saxo y teclados
Chuck Leavell – teclados, percusión y coros
Matt Clifford – teclados, percusión y tromba
Bernard Fowler y Sasha Allen – coros y percusión
Textos por Claudia Daluz, Jabier Rioboó, Adal García, José Fradejas y Carlos Pérez Báez.
Fotos por José Llull García, Jabier Rioboó y Carlos Pérez Báez.
Vídeos por José Fradejas, Carlos Pérez Báez, Javier Naranjo, y Suso Travieso.
