Havalina en el Aguere Espacio Cultural 18/11/2017
El domingo le contaba a mi vecino lo bien que lo pasé en el concierto de Havalina en el Aguere. Y él me decía que soy muy pesado, que estoy todo el día con la música, y que si soy un friki y que si no puedo vivir sin ella.
Pero es que con ella yo vivo infinitamente mejor. Tengo muchas razones por las que conecto mi bienestar con la música, tanto a nivel físico como mental. El poder de la música me produce sensaciones muy placenteras.
Y por ello un concierto de Havalina es siempre un complaciente recreo. Porque te ofrece un agradable e intenso viaje donde olvidar por un momento tus problemas, rutinas o pequeños quebraderos de cabeza. Entregarte a su propuesta y danzar de forma más o menos agitada y dejarte llevar, y disfrutar.
Sus sonidos revolucionaron todas mis neuronas.
Me vais a permitir que, en esta ocasión, obvie la crónica convencional con los comentarios sobre el aforo, duración o setlist, porque el directo trivializa todos esos aspectos y cábalas.
Sí destacaría la ejecución de “Altas tormentas I y II”, que me parecieron el momento más álgido del evento.
Alguno de mis amigos que acudían por primera vez a ver a Havalina, me decían «¿Tú te esperabas esto?» «¿De dónde sacan esos tres tíos todos esos sonidos?»
Y es que si el virtuoso Manuel Cabezalí,en vez de nacer en Fuenteheridos (Huelva), hubiese nacido en Bristol hoy sería una celebrity.
Se nota su disposición, armonía y buen rollo entre los miembros del grupo. Se divierten y sonríen en todo momento. Eso se palpa y hace que todas esas capas de sonido te vayan atrapando in crescendo, desparramando a veces riffs de rock más duro, y siempre con una atmósfera espacial sobrecogedora.
Experiencia habilidosa a la guitarra, teclados y bajo y una batería enérgica y entregada. MUERDESOMBRA gana mucho en directo.
Nos llevaron en volandas de forma sencilla, atrapándonos con su propuesta, en un paseo apasionado y contundente con un final apoteósico con un Cabezalí desatado. Y eso es más de lo que uno se encuentra habitualmente en un escenario.
Gracias Havalina por vuestra entrega y humildad. No cambiéis nunca. Sois fabulosos. Y gracias al Aguere por traernos estas gotas de agua al desierto.
Y si estás leyendo esto y nunca has visto a Havalina en directo, no dejes de acudir a verles a la primera ocasión que tengas. Porque lo único eterno es la oscuridad. Y momentos como estos donde público y banda se unen son impagables.
Texto: José Fradejas
Fotos: Jesús Villa