Desertfest Belgium, Nada faltó, nada sobró, y no hubo bastante.

Desertfest Belgium. Tres días de rock, heavy, psych, stoner, doom…. un buen número de seleccionadas bandas. Berlín y Londres son otras de las ciudades que han acogido el festival. Se celebró del 13 al 15 de octubre en diferentes locales entre ellos el famoso TRIX. Atmósfera subterránea y mucha tralla, la tormenta de arena nos apabulló. Dirty Rock estuvo allí, tremendo viernes 13.

 En Desertfest Belgium 2017, un buen número de seleccionadas bandas nos volaron la tapa de los sesos. Berlín y Londres son otras de las ciudades que han acogido el festival. La organización inglesa nos brinda una nueva edición del Desertfest en territorio Belga, el mejor reclamo, un espléndido cartel lleno de perlas que prácticamente son imposibles de catar dentro de nuestras fronteras. Lo mejor del stoner, heavy, psych, doom y sludge se citan por cuarta primavera consecutiva en la localidad de Borgerhout, Amberes, la ciudad más grande de Flandes, superando los 500.000 habitantes y poseedora de una ruta cervecera con los mejores bares de Bélgica y posiblemente del mundo, también ciudad de moda, diseño y diamantes. Desde Londres hasta Atenas pasando por Berlín y Amberes, esta concentración cultural se lleva sucediendo durante seis años en cuatro países donde la riqueza y ambición por los sonidos más underground, provocan la migración de fans de todas las regiones del planeta.

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Contra todo pronóstico, una cálida temperatura más propia del verano que de ésta época del año, propició que disfrutásemos de unos días en manga corta y olvidar las sudaderas en el armario, eso si, llueva, nieve o truene, el color negro es el pilar de un gremio que no entiende de otras combinaciones. Una vez más, el Trix es el lugar elegido para desarrollar la serie de conciertos, un edificio que da apoyo a la escena dirigida a músicos y administraciones involucradas en el género alternativo y el rock, nace con el objetivo de darle a la ciudad una estancia comparable a la Ancienne Belgique en Bruselas o el Vooruit en Gante, alberga varias salas de ensayo, un estudio de grabación y anualmente ofrece uno o varios residentes. Un patio interior donde se desarrollaba toda la actividad de merchandising oficial y su terraza colindante, brindaban al festi ese toque mini Open Air, componiendo un área de descanso perfecta para tomar un refrigerio y repostar entre recitales.

Los amigos de Branca Studio y Error¡ Design conformaban parte del line-up artístico ofreciéndonos sus mejores trabajos, incluídos diseños exclusivos para la ocasión de algunas de las bandas participantes, ambas marcas residentes en Barcelona y creadas por Pol Abran Cantador y Xavi Forné respectivamente, con quienes tuve el placer de compartir varios días de charla, representan dos de los máximos exponentes no solo del diseño gráfico nacional, pues se extienden hasta el cine o literatura con una lista envidiable de clientes. Heavy Psych Sounds, sello discográfico y agencia de reservas especializada del género (House Of Broken Promises, Duel, Holy Grove, Mothership, Dead Witches…) junto a un par o tres de stands dedicados a la venta de puro plástico ponían la guinda al ambiente comercial y deleite de melómanos. La jornada del viernes comenzaba con horario vespertino, apertura de puertas a las 17:30 y primer vistazo tras el consiguiente ritual de ajuste de pulsera, una hora después, el power trío finlandés Kaleidobolt y el cuarteto italiano Caronte, en el Vulture Stage y Canyon Stage respectivamente, nos mostraban el potencial de la calidad de sonido, desconocido para mi hasta ese momento de estos escenarios, pequeñas tarimas sin apenas altura con el público extremadamente cerca, donde el intercambio de energía y la conexión entre músico y fan se sienten verdaderamente, grata sorpresa ver a bandas emergentes de auténticas resonancias sin alardes comerciales. Curiosamente, el país transalpino está siendo protagonista por haber cocinado grandes nombres y promesas en los últimos años en esto del stoner. Los hermanos Bones, tres para ser exactos, tras unos pinitos con otras formaciones locales deciden en 2010 unir sus destinos en una misma agrupación, dado que sus influencias tienen un carácter fuertemente marcado hacía el ocultismo, su estilo Shamanic Doom consiste en letras de carga sexual, drogas, alcohol o mística, siendo sus conciertos un ritual esotérico protagonizado por aspavientos hechiceros de su frontman, Dorian Bones.

All Them Witches estrenaban la sala de aforo superior reservada a formaciones de mayor envergadura, escenario más elevado y un pequeño foso para fotógrafos alejaban a la parroquia, lo cual no restó magia a las actuaciones, pues también posee su encanto intimista. Los de Nashville no han perdido el tiempo, una productividad bestial desde su formación en 2012 con cuatro EP’s y siete discos de estudio, dos de ellos en 2015, les han llevado a presentar su rock neo-psicodélico en este Desertfest, creaciones que saben mejor en directo, pues su instrumental de teclado fusionado con la atmósfera de sus riffs de guitarra invitan a «viajar». La primera bofetada sería llegó de la mano de Lowrider, el cuarteto sueco hizo alusión a su propio nombre, proveniente de la cultura chicana y su forma de transformar los coches para manifestarse ante la sociedad, el Low Rider, sacos de arena en el maletero para bajar la suspensión y molar, pues eso hicieron, conseguir que los cientos que allí estábamos fuésemos como un Chevrolet Impala de 1964 meneando el chasis de arriba a abajo degustando un bolo de altos vuelos, maravillado con la técnica y la consecución de un tono de guitarra nítido, definido, casi como si escuchásemos la reproducción de un cd. Su único disco de estudio, «Ode To lo», publicado en 2000 y reeditado en 2002, se ha convertido en una especie de santo grial después del largo paréntesis entre 2003 y 2013, reapareciendo en 2014 en festivales por el viejo continente.

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 Tras esta tormenta de arena acudimos bien entonados al show que a la postre sería de los mejores pases de la tarde, los bostonianos Gozu, hicieron temblar los cimientos del perímetro con una soberbia puesta en escena, derroche energético, descaro y virtuosismo, un estilo fresco que casa a la perfección los pasajes endiablados con las melodías más emotivas desencadenando explosiones endorfínicas cerebrales, buena prueba de ello, es su último Lp, «Revival», de 2016. Cabe destacar el binomio unificado entre interpretes y asistentes con el resultante compadreo que da paso a un intercambio de impresiones y unas sinceras felicitaciones. Con todo ello, avanzamos sin remedio hacía el final del primer día encarando los tres últimos conciertos, turno para unos pioneros del sludge desde 1991 como -(16)-, el quinteto americano se ha ganado un merecido crédito con su última obra «Lifespan Of A Moth», la más pesada y oscura de la banda, encontrándose entre los proveedores de riffs más duros del panorama como podemos ver en su directo, mientras tanto, en Desert Stage resonaba un heavy blues envuelto de rock en su máxima expresión, se trata de los californianos Radio Moscow, que protegidos por el groove desencadenaron un torbellino de energía y poder para dar paso a los anfitriones Steak Number Eight, uno de los grupos autóctonos más respetados, pues desde chavales se hallan en el punto de mira con notorias participaciones en importantes concursos de rock del país y pasada una década, llevando su sonido a un público más amplio. Nos quedaban dos días de emociones aún en Desertfest Belgium.

Texto y fotos: Adal García.

 

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