Se le esperaba con muchísimas ganas a Jesse Dayton en Barcelona el pasado 9 de noviembre en la sala Rocksound. Último concierto de la gira española y europea por parte de este fenomenal cantante, guitarrista y compositor tejano.
El que fuera guitarrista de Johnny Cash, Waylon Jennings, Johnny Bush, Willie Nelson o junto a John Doe en X entre otros, presentó en Barcelona su noveno y excepcional trabajo “The Revealer”, disco producido por John Evan en el que sus doce nuevas canciones segregan todo ese Soul sureño que desprende su garganta, honky tonk, cow punk, country y rock and roll.
Jesse Dayton y sus dos músicos Chris Rhoades al contrabajo y Kevin Charney a la batería salieron al escenario del Rocksound en tromba y con los roles bien definidos durante la hora y diez minutos que duró el concierto. Abrieron fuego con Daddy Was a Badass, la canción que inaugura su último disco «The Revealer».
Un set en Barcelona de Jesse Dayton en el que combinó temas de su nuevo disco, The Way We Are, I’m At Home Gettin’ Hammered (While She’s Out Gettin’ Nailed) o Possum Ran Over My Grave junto con otros grandes clásicos de Mike Stitson, Townes Van Zandt, Nick Lowe, Slim Harpo, The Cars, Dwight Yoakam o en temas en los que participó en su grabación junto a Waylon Jennings o en su banda The Road Kings a finales de los 90 junto a Jason Burns y Richie Vasquez.
Fantástico maestro de ceremonias de Jesse Dayton en Barcelona, a la que no paró de propinarle piropos, no paró en cada canción de contar historias de Texas, de su ciudad natal Beaumont o Austin e historias relacionadas con las canciones, su propia vida y experiencias. Y sobre todo la influencia en Dayton de George Jones, ambos tejanos, ambos con la misma entrega como se demostró aquella noche, canciones de Jones incrustadas en el ADN de Dayton como la de otros proscritos con las que ha compartido horas en el estudio como Kris Kristofferson, Dale Watson, Jerry Reed, Waylon Jennings o incluso Rob Zombie entre otros.
El concierto de Jesse Dayton aquel pasado jueves 9 de enero en Barcelona se asemejó a un tráiler de varias toneladas, que una vez rampa abajo, ya no hubo quien lo parara. Hubo un tiempo en el que la industria trató de encasillarlo en sus comienzos como guitarrista de sesión en Nashville. Lo salvó aquellas canciones de Ray Price, Hank Williams o George Jones que escuchaba en casa de sus abuelos, canciones de Nelson o Jennings, en casa de sus padres, o aquellos fines de semanas cuando iba con sus amigos a ver en directo a Johnny Paycheck, Hank Williams Jr. y a la siguiente semana a Black Sabbath o The Clash, mientras los otros niños de su barrio jugaban en el barrio.
Nunca tuvo Dayton que elegir un género o enfocarse en un mundo particular. Como tejano, la industria quería saber cuál sería el tamaño de su sombrero. Nunca pudieron, nunca lograron controlar el sonido de su guitarra, el inconformista y con gran personalidad, una versatilidad reflejada tanto en su exposición como en un reguero de contactos personales que permitieron a Jessie Dayton enaltecer su patrón mirando sin recelo atisbos de renovación.
Una vez más fuimos testigos de un concierto, Jesse Dayton en Barcelona que se quedará incrustado en mi memoria toda la vida. Tipo que nos aproximó al fuego y calma del country más salvaje genuino y primitivo, dando la vida en el escenario y desprendiéndose de su alma en cada canción, combustible aupado a nuestros cerebros. Las versiones del Lonesome, On’ry and Mean de Waylong Jennings, Pancho & Lefty de Townes Van Zandt, el Lately I’ve Let Things Slide de Nick Lowe, el Boystown Nuevo Laredo de The Road Kings o el remix final con las canciones de The Cars de Just What I Needed o el Honky Tonk Man de Dwight Yoakam, realmente apabullantes.
Gracias a Producciones Acaraperro, gracias a Silvia, Manel y Eduardo por mantener vivo el directo con artistas de este nivel en Barcelona, siempre a “acaraperro”, como ellos dicen, sin colchón, sin ninguna protección. Y sin ceder ante nada ni nadie. Gracias.
Texto por Carlos Pérez Báez y fotos por Desi Estévez.
