Cada concierto es un mundo. El Teatro Barceló está abarrotado de un público variopinto, algunos con pelucas rosas y mujeres con el pelo teñido del mismo color, jaleando a los técnicos que preparaban el escenario tras la salida de Oso Leone. Entonces la luz se oscurece y salen los músicos que van a acompañar a Stephen Bruner.
Desde el batería con aires jamaicanos, un violinista atrincherado tras su instrumento electrificado y al teclado un pianista vestido de chaqueta oscura con adornos dorados y mirada líquida, configuran una banda muy sólida y ecléctica que recibe a Thundercat, nombre tomado de una serie de dibujos animados y amante de los gatos.
Este californiano de Los Angeles, bajista, compositor y cantante ha nacido entre músicos, de hecho su padre fue batería de Diana Ross y los Temptations. Tiene un carácter afable y luce una vestimenta cuanto menos curiosa.
Bajo un gorro de fieltro gris lleva una peluca de lana de color rosa, ahora entiendo! Pero su calzado tampoco te deja indiferente, unos zapatos con el talón abierto y forrados de piel, unas babuchas elegantes que en la segunda canción abandona al pie del micro y se queda descalzo. Acomete canción tras canción de su último disco publicado “Drunk”, quizás el más redondo y de más larga duración, así como otras de discos anteriores.
Son cuatro los publicados hasta ahora y pasan del R&B, soul, jazz, funk y toques electrónicos, también se ha dejado seducir por el yacht rock . Es bromista y aclara que el humor es importante para la comunidad negra, “para nosotros el humor hunde sus raíces en un lugar oscuro, en los días de la esclavitud. Cuando hacemos reír es para que el otro deje de llorar».
Juega con el bajo, un ibanez japonés, rotundo en sus formas y sonido profundo. Tiene un don y se recrea en sacar sonidos imposibles evolucionando a territorios más experimentales, sus solos son apabullantes. Del trasfondo de sus canciones dice “creo que todo el mundo tiene problemas similares, inquietudes semejantes, aunque también creo que los jóvenes europeos siempre han estado más interesados en la música jazz y blues que aquí, que creen que la música pop mueve el mundo.” , “el jazz siempre ha estado ahí.
Cuando todo esta difícil socialmente el jazz es esa luz que te saca de la oscuridad. Además, no hay rapper o rock star que supere a los viejos jazzmen, que eran auténticas estrellas. De hecho, a mí me gustaría ser Charlie Parker por un día”.
Escucha el nuevo disco de Thundercat «Dunk» (2017)
Texto, fotos y vídeo por Ana Hortelano.
