Ambiente de gala el pasado viernes en el Café Berlín para recibir a Tift Merritt, en su segunda visita a España tras abrir hace cuatro años para Josh Ritter. Ha habido muchos cambios en su vida desde entonces. Tras unos años entre París y New York, acabó regresando a su North Carolina natal. Además, rompió con una larga relación poco antes del nacimiento de su bebé, la pequeña Jean. Estos temas, junto con la sensación del paso del tiempo, llenan los surcos de su último trabajo, grabado en sus últimos meses de embarazo y que fue la base del recital.
El gran Eric Heywood, que se anunciaba como acompañante en su gira europea, no pudo finalmente acompañarla, siendo sustituido por Bart Vervaeck. Un guitarrista belga de escaso currículo que cumplió a la perfección con su papel de matizar unas canciones que la Merritt llena por sí sola y que llegó a Madrid perfectamente acoplado a su jefa (tras verles titubeantes en su show en el Take Root, donde interrumpieron un par de temas por estar fuera de tono).
Tift es una artista total, que se rige por sensaciones, y en el Café Berlín tuvo uno de esos días grandes donde desde el primer minuto la magia se apodera de toda la sala. Un sold out total, con un público que escuchó con un silencio y atención poco habituales en estos lares. Comenzó el concierto con cuatro temas de su último disco, que en directo se crecen y nos hacen redescubrir un trabajo que, tal vez por falta de escuchas, no habíamos valorado en toda su grandeza. Culmina la serie con My Boat, un tema homenaje a los refugiados que cruzan el Mediterráneo y que está basado en un poema de Raymond Carver. Tras una delicada Another Country llega el primer set al piano, un instrumento que ataca con una técnica muy expresiva y personal. Good Hearted Man es uno de los momentos de la noche; puro soul que nos hace poner los pelos de punta ante la belleza que nos llega desde el escenario.
Bramble Rose, único recuerdo a su disco de debut, da paso a otro momento especial: la interpretación totalmente desenchufada de All The Reasons We Don’t Have To Fight, tras el cual vuelve a combinar guitarra y piano en los últimos cuatro temas del concierto, todos piezas extraídas de Stitch of the World.. Para los bises, Heartache is An Uphill Climb y un cierre de fiesta con una maravillosa versión de Stray Paper, el single estrella de Tambourine, uno de los mejores discos del género en lo que va de siglo y que al no conseguir el éxito esperado (a pesar de la nominación a los Grammy) hizo que la carrera de Tift perdiera velocidad y se quedara en un estatus medio que no hace justicia ante el enorme talento que atesora la cantautora texana.
En resúmen, uno de los mejores conciertos del año a cargo de una intérprete superdotada que, superando su indisimulada timidez, tuvo tiempo para contarnos su peregrinación por los parques de juegos madrileños con su bebé, su desagrado con la administración Trump (un clásico), la estupefacción en que se sumió tras saber que Don Henley haría un dueto con Mick Jagger interpretando Bramble Rose, dar las gracias al público que expresó su alegría por tenerla por fin de nuevo en Madrid,… Un lujo poder disfrutar de talentos como el suyo en la intimidad del Café Berlín. Esperemos que no tengan que pasar otros cuatro años hasta que podamos disfrutarla de nuevo.
Fotografías y videos: Paula Rodriguez
Setlist
Stitch of the World
Wait for Me
Dusty Old Man
My Boat
Small Talk Relations
Another Country
Traveling Alone
Good Hearted Man
Bramble Rose
All the Reasons We Don’t Have to Fight
Eastern Light
Icarus
Proclamation Bones
Something Came Over Me
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Heartache Is an Uphill Climb
Stray Paper