El pasado 18 de noviembre la artista norteamericana Tift Merritt visitó la Ciudad Condal dentro de la gira de presentación de su nuevo disco “The Stitch of the World”. Esta vez, en un intimista formato electroacústico y acompañada del guitarrista belga Bart Vervaeck a la pedalsteel.
Cualquiera que haya tenido la oportunidad de escuchar en vivo la música de Merritt, seguramente se habrá preguntado por qué una artista de este calibre no llena grandes auditorios ni alcanza grandes cifras de ventas. Quizá, pensando de manera egoísta, es mejor así, si de esta forma se puede tener el lujo de disfrutar de recitales como el que ofreció la texana el pasado sábado.
Su nuevo trabajo, nacido este mismo año, es un claro ejemplo de su excelencia y madurez como compositora, y digna referencia dentro del country, folk y Americana.
Aparentemente tímida, Merritt subió al escenario donde ya le esperaba Bart Vervaeck, para dar comienzo a la noche. El dúo comenzó interpretando “Stitch of the World”, un tema con una perfecta comunión entre la delicada voz de Merritt y la suave línea melódica de Vervaeck con su steel guitar, seguida de “Wait for me”, creando una atmósfera onírica a la que sólo le podía seguir “Dusty Old Man”, un tema con matices soul cercano al estilo de la artista Bonnie Raitt en sus primeros años.
A “My Boat” “un tema muy especial para mi…” basado en un poema de Raymond Carver, le siguió “Small Talk Relations”, que interpretó al piano junto a su voz ligeramente rasgada, que recuerda, en algunos momentos, a la artista Dusty Springfield.
Tras los íntimos “Another Country” y “Travel Alone”, llegó el momento de “All the Reasons We Don’t Have to Fight”, y Merritt, acompañada de su guitarra acústica bajó del escenario y se mezcló entre un público ya rendido a sus pies.
Tras “Eastern light” e “Icarus”, donde volvió al piano acompañada de una fina línea de steel guitar, la norteamericana cogió su guitarra eléctrica para deleitar al público con “Proclamation Bones, uno de esos temas que te transporta a otro tiempo y lugar.
“Love Soldiers On” fue el tema que dio fin a una noche inolvidable con un repertorio repleto de joyas atemporales, que dio una lección de música real, sin trampa ni cartón, de una de los muchos artistas que, sin duda alguna, merecen un reconocimiento mayor del que tienen.
Texto por Belén Mena y fotos por Desi Estévez.
