Molly Burch debutó el pasado mes de febrero con el espléndido «Please be Mine». La cantautora californiana facturó este maravilloso disco de 10 canciones tras romper con su novio, miembro también de su banda. Tras crecer en la ciudad de Los Angeles junto a su padre productor y escritor en Hollywood junto a su madre, directora de casting, se pasó toda la vida entre bambalinas escuchando viejos temas cinematográficos, Billie Holiday, Nina Simone y sobre todo a Patsy Cline.
Ese lamento Roy Orbison y Cline de Molly Burch, hacen que sus canciones ahumadas y alcance inverosímil, evoque sus influencias tempranas. Tras su adolescencia tomó rumbo hacia Carolina del Norte en Asheville para estudiar Jazz Vocal Performance.
En busca de un estanque más grande, Burch se mudó a Austin, Texas. Allí, Molly comenzó a escribir su propia música recordando siempre sus influencias en Everly Brothers y Sam Cooke como sus guías de composición. Please Be Mine se grabó en el idílico estudio en Dripping Springs, Texas. Motivados por la tarifa por hora, Burch y su banda grabaron todas las pistas y voces básicas en directo desde en una habitación y en un día. Dailey Toliver a la guitarra, el batería Ignacio Guerrero, y la bajista Kitty Beebe, su banda de siempre, grabaron «Please be Mine». Canciones de amor hermosas, melancólicas de pérdida, soledad y reconexión. Uno de los grandes discos del 2017.
Escucha «Please be Mine», nuevo disco de Molly Burch