Dave Kusworth dijo una vez: “Nikki Sudden creía en el rock ‘n’ roll, y qué duro es hacerlo ahora, en este frío nuevo milenio”. Su añorado compañero de fatigas, con el que nos dejó varias obras del rock más romántico y elegante que se haya escrito jamás, estaría orgulloso de ver a Mr. Kusworth defendiendo su legado. Todo un superviviente, el de Birmingham sigue viviendo el rock como se vivía antes. Cuánto tiempo hacía que no veíamos llegar a la prueba de sonido a un rockero con una botella en la mano. Dave, sorprendido al ver la cuidada decoración de la sala, prometió dar un gran concierto, y cumplió. Había además gran expectación entre el rockerío local ante la llegada de semejante leyenda y la sala Rock & Blues se llenó hasta la bandera.
Con cierto retraso poco británico comenzó el concierto con For all the Perfect People, sonando como lo es: todo un clásico del rock. Dave, con una pose y un look absolutamente rockeros, y luciendo la mítica guitarra Gibson que heredó de Nikki Sudden, fue el protagonista del concierto. A la segunda canción, la botella de vino blanco ya había caído por el suelo y el pie de micro había estado pendiendo de un hilo al borde del escenario. La banda que le acompañaba conseguía arropar a la estrella a la perfección. La base rítmica, formada por el batería de Birmingham Martin Farrow y el barcelonés Alex Montes, le da a cada canción lo que necesita. El escocés Chris McDougall, que llevó la guitarra solista durante casi todo el concierto, reinterpreta los riffs clásicos con el espíritu correcto y haciendo segundas voces cuando es necesario. Hemos visto unas cuantas veces a mitos disminuidos por la mala elección de su banda, pero Dave Kusworth ha elegido gente que respira el mismo aire que él.
El repertorio fue picoteando en las distintas etapas de su larga carrera, aunque teniendo como base principal el imperecedero repertorio de los añorados Jacobites, de los que fueron cayendo temas como Hearts are like flowers, Big store, Fortune of Fame. Heart of Hearts, Pin Your Heart to Me,… No faltaron tampoco visitas a su etapa con los Bounty Hunters, interpretando el ya mencionado For the Perfect People y Threads. Prácticamente sin pausa entre canción y canción (salvo una parada obligada para cambiar una cuerda), el concierto pasó como un suspiro, llenando la sala con un ambiente que a los veteranos del lugar les hizo soltar una lagrimita recordando las visitas ochenteras de Johnny Thunders y Lords of the New Church. Ay, los añorados viejos tiempos…
Para el bis se dejaron un homenaje a uno de sus referentes, el señor James Osterberg (que, quien lo hubiera imaginado, va a acabar enterrándonos a todos), revisitando el No Fun de los Stooges. Y, para cerrar la velada, qué mejor que volver al debut de los Jacobites con Kings & Queens. Mr. Dave Kusworth acabó con un gran sabor de boca, como delataba su sonrisa de satisfacción. Después de una temporada un poco perdido, el apoyo de Ellas McDaniel -un español afincado en Londres- y Alex Montes -bajista de la banda-, le está ayudando a centrarse de nuevo y volver a tener proyectos para entrar a grabar un nuevo disco y seguir girando con esta banda que parece haberle dado la estabilidad que necesitaba.
En resúmen, una gran noche de R´N´R y un público más que satisfecho, como demostró el ajetreo en el puesto del merchandising al finalizar el concierto. Zaragoza era el lugar perfecto para iniciar la gira de Dave. Una ciudad con una buena base de fans de Mr. Kusworth. Además, el sello zaragozano You are the cosmos acaba de reeditar en vinilo Old Scarlett, de los Jacobites. Hay que agradecer también a Chema Antípodas, promotor que se arriesgó (con éxito) a acercar a la ciudad a esta leyenda de una manera de hacer rock que, poco a poco, está desapareciendo. Estamos seguros que, dado el éxito obtenido, pronto tendremos a la banda de nuevo por nuestras tierras en una gira más extensa. Hasta entonces, siempre nos quedará la oportunidad de escuchar sus discos.
