Elvis Presley. Un nombre que va más allá de la música y la leyenda. Una idea en sí misma, la voz que te conquista para seguirte hasta el más allá si fuera preciso. Pasados cuarenta años desde su muerte –hecho todavía cuestionado por aquellos que creen que él mismo ideó un macabro montaje-, su mito sigue dando para litros de tinta y metros de celuloide. Por esa razón, el realizador Eugene Jarecki, conocido por documentales dedicados a Henry Kissinger o Ronald Reagan, ha puesto ahora su cámara al servicio de “THE KING”, pero a su manera: montados en el Rolls Royce de Elvis, charlas, encuentros y entrevistas se suceden a través de lugares clave en su carrera como Tupelo, Las Vegas o Nashville. El hallazgo de conseguir un plató en movimiento da esa idea de continua evolución de unas cuerdas vocales que podían pasar del Gospel al Blues sin olvidar el Rock’N’Roll en un único concierto.
Para que el resultado visual sea perfecto, el equipo del film ha contado con excelentes profesionales del medio, lo incluye la participación en el montaje de la española Èlia Gasull, cuya contribución ha sido excelente. Su vocación y enorme talento la llevaron a viajar a Nueva York para trabajar en proyectos de nivel internacional. El trabajo realizado en “Icaros: A Vision”, que compitió en el Festival de Tribeca de 2016 y cuyos elogios llenaron las páginas de Esquire y The New Yorker, sirvió para que formara parte de la tripulación de Jarecki y afrontara este particular desafío: “Dar forma a esta historia nos costó muchos meses de trabajo; el asiento trasero del Rolls Royce se convirtió en un escenario que abrió las puertas a más de una quincena de actuaciones musicales. THE KING es un concierto de principio a fin pero a la vez tuvimos que encontrar un lenguaje narrativo que nos permitiera combinar música y diálogo, siempre en movimiento y recorriendo un país tan diverso y cambiante como Estados Unidos.”
El periplo incluye conversaciones con personas que trataron de tú a tú al cantante que revolucionó el planeta a mediados de los años cincuenta. “La música es claramente una de las protagonistas principales de este film y, junto con las imágenes de archivo y el material rodado, nos ha permitido explicar una historia de América y de Elvis desde un punto de vista totalmente nuevo”, añade Gasull, cuyo currículum también incluye coproducciones para la CNN, Netflix, PBS, National Geographic, OWN y Televisión Española. En ese terreno la contribución de un experto del calibre de Greil Marcus, autor de un libro tan esencial como “Mystery Train”, apuntala un film que apasionará al espectador desde el primer minuto. A todo ello cabe añadir las opiniones de actores como Alec Baldwin, Ethan Hawke o Mike Myers y de músicos tan sorprendentes como Chuck D, de Public Enemy. “La idea no era hacer un biopic sobre Elvis –sostiene la montadora-, él y los eventos más importantes de su vida nos sirvieron como excusa para reflexionar sobre temas políticos y sociales que afectan a la sociedad americana”.
Aunque debamos esperar algunos meses para su estreno, su visionado en los festivales de Cannes y Sundance ha encandilado tanto a público como a crítica. Por eso, si al verla, un anciano con unas estrafalarias gafas de sol sonríe en la butaca de al lado, probablemente es que la película le haya traído varios recuerdos. Incluso demasiados.
